México D.F. Domingo 22 de agosto de 2004
Abogado pide a la Femospp omitir acción
penal contra el ex policía Raúl Mendiolea
Alegan "incapacidad mental" de implicado en la guerra
sucia
La fiscalía imputa al ex funcionario genocidio,
tortura y abuso de autoridad, entre otros delitos
GUSTAVO CASTILLO GARCIA
La defensa del ex subdirector de policía Raúl
Mendiolea Cerecero pidió a la Fiscalía Especial para Movimientos
Sociales y Políticos del Pasado (Femospp) no ejercer acción
penal contra su cliente, porque éste se halla "incapacitado física
y mentalmente" para responder por los delitos que se le imputan en torno
a los sucesos del 2 de octubre de 1968 y del 10 de junio de 1971.
El
17 de mayo, mediante un escrito dirigido al Ministerio Público Federal,
el abogado Mario Raúl Sánchez Curiel solicitó que
la Femospp elabore "la ponencia de no ejercicio de la acción penal".
Además, según el defensor, en las investigaciones
del 2 de octubre "de ninguna manera se acredita conducta desplegada por
Mendiolea que merezca reproche legal alguno".
La fiscalía rechazó el pasado 2 de agosto
dicha solicitud, pero ya entonces ese órgano de la Procuraduría
General de la República (PGR) daba por hecho que la Suprema Corte
de Justicia de la Nación (SCJN) resolvería si el delito de
genocidio tiene prescripción, aunque hasta ayer la intervención
del Poder Judicial federal no había sido solicitada por el procurador
general de la República, Rafael Macedo de la Concha.
"La SCJN está por resolver sobre la prescripción
o no de los delitos graves, como genocidio, privación ilegal de
la libertad y tortura, derivados de los hechos ocurridos el 10 de junio
de 1971, y los cometidos en contra de estudiantes y no estudiantes antes,
durante y después del día 2 de octubre de 1968, y que están
contenidos en las averiguaciones previas PGR/Femospp/011/2002 y PGR/Femospp/02/Femospp".
Respecto a Mendiolea Cerecero, el acuerdo refiere que
es investigado como presunto responsable de los delitos de genocidio (por
el 10 de junio), privación ilegal de la libertad, tortura, abuso
de autoridad y lo que resulte (por el 2 de octubre).
Brutalidad oficial
Por lo que hace a los acontecimientos relacionados con
el movimiento estudiantil de 68, uno de los denunciantes de Mendiolea Cerecero
es Alberto Abaroa Corona, "quien declaró ante la fiscalía
que a la una de la madrugada del día 24 de septiembre de 1968 fue
detenido cuando intentó salir de una de las escuelas del Instituto
Politécnico Nacional, junto con Arturo Salazar García y Fernando
Rivera Herrera, en el carro de Felipe Gutiérrez Belloso.
"Fueron detenidos por aproximadamente cuatro granaderos,
siendo golpeados brutalmente y de ahí los trasladaron, como a las
3 de mañana, a las instalaciones de Tlaxcoaque, y estando ahí
sin alimentos ni agua para beber fueron objeto de las peores vejaciones
y torturas, así como de golpes en los testículos por parte
de los jefes de la policía Raúl Mendiolea Cerecero y Luis
Cueto Ramírez.
"En la noche del mismo día fueron trasladados al
Campo Militar número uno. Para eso ya habían sido obligados
a firmar algunas declaraciones ante Raúl Mendiolea Cerecero y Luis
Cueto Ramírez.
"Una vez que estuvieron en el campo militar fueron colocados
en celdas separadas, sometidos a interrogatorios, desnudados; los hicieron
tragar agua por medio de mangueras y embudos; los golpeaban en el estómago
para no dejar marcas; los torturaron física y mentalmente poniéndoles
grabaciones de llanto de personas del sexo femenino y les decían
que eran sus familiares.
"En el caso de Alberto Jorge Abaroa Corona, supuestamente
de su mamá, para que aceptara su responsabilidad en hechos no cometidos,
como planear secuestros a atletas que participaron en las Olimpiadas.
"Asimismo, durante los interrogatorios le vendaron los
ojos, lo ataron de las manos y lo tuvieron tirado una noche en el piso
sin cama ni cobertor, sin que posteriormente se hiciera revisión
médica, señalando el denunciante que el interrogatorio que
le hacían estaba orientado para que formulara acusaciones en contra
del rector de la Universidad Nacional Autónoma de México,
Javier Barros Sierra, y del secretario de la Presidencia, Emilio Martínez
Manautou.
"Quienes los torturaron eran militares. Posteriormente,
el día 26 o 27 de septiembre, Abaroa Corona fue conducido, cuando
todavía tenía la ropa ensangrentada, ante la Procuraduría
General de Justicia del Distrito Federal".
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