México D.F. Sábado 21 de agosto de 2004
El grupo La Giralda presentó Las siete
bellezas
Kavih Iarmas: en el Medio Oriente, la mujer es más
respetada en los cuentos
ARTURO CRUZ BARCENAS
En la cultura árabe la mujer es idolatrada en el
arte; es llevada al nivel de casi diosa. Por eso, "para difundir la cultura
y música de esa región", el grupo La Giralda presentó
el espectáculo de narración oral y danza Las siete bellezas,
basado en la obra maestra del poeta persa Nezami Ganyavi, en La Capilla
del Centro Cultural Helénico, ante un foro lleno.
El formato es sencillo: entre cada pieza musical se va
narrando una de las historias, que en este caso fueron sólo tres,
a lo largo de dos horas, porque cada una puede durar 150 minutos.
"El objetivo -dijo Kavih Iarmas, actor y cantante de origen
iraní radicado en México- es revivir la voz del poeta persa
del siglo XII Nezami Ganyavi, quien escribió inspirado en siete
imágenes de hermosas mujeres, siete relatos llenos de símbolos
poéticos, de viajes fantásticos, y que al mismo tiempo mantienen
una decidida intención de mirar con realismo, tan cerca como sea
posible, la extraña naturaleza del deseo amoroso".
El
texto original no está disponible en español, por lo que
La Giralda realizó la traducción y la adaptación de
los poemas; en lo musical, siguiendo la línea de componer sus canciones
basándose en la tradición sonora de Medio Oriente, el grupo
viaja con la imaginación, al igual que el poeta, por ciudades, bosques
y palacios remotos, por infiernos y paraísos.
Los viajes dejan huella en el sonido de la voz, el laúd
y las percusiones. Las siete imágenes que cuenta la leyenda fueron
descubiertas por el rey Bahram y son promesas de amor y felicidad. La figura
femenina invade la vida del rey desde el momento en que halla pinturas
de mujeres de diferentes países.
Las féminas son musas omnipresentes de donde brotan
relatos, como el agua pura de la montaña; son inspiradoras, guías,
principio y fin de las historias. En el espectáculo de La Giralda
se vuelven cuerpo vivo en movimiento, y la bailarina invitada, Deva, crea
con el grupo cuadros de gran sensualidad.
Los asistentes a La Capilla Gótica, el pasado jueves,
apreciaron la representación de la belleza de India en su pabellón
negro, en su pabellón verde, la belleza mora, y de la belleza rusa
en su pabellón rojo.
Para Iarmas, lo que hace La Giralda, "aunque no me gusta
la palabra fusión, nuestro trabajo sí implica algo de eso.
Normalmente los músicos iraníes son muy tradicionales, magníficos,
pero no salen de su esquema, algunos por miedo a provocar al público
que está acostumbrado; también por la religiosidad.
"Es muy difícil, en el caso de la poesía,
romper palabras; lo mismo en la música. Los iraníes están
un poco más adelante que los persas, quienes cantan como hace 700
años. Yo estoy trabajando con músicos mexicanos, que tienen
una cultura diferente, con otras ideas, pero eso lo hace interesante.
"Sé que esto a algunos puristas tradicionalistas
no les va a gustar porque estamos rompiendo con cosas muy acendradas. La
heterodoxia tiene su costo y es muy difícil que algo así
lo pudiera hacer en Irán, y con una bailarina en el escenario, menos".
Agregó que algunos poetas del siglo XI no publicaron
sus creaciones por miedo a la reacción, pues "cuestionan el paraíso".
"En mi caso -precisó- soy religioso; creo en una energía;
me gusta el misticismo, y eso es algo abierto, más allá de
ser musulmán, cristiano o judío".
Las historias son aplaudidas por momentos y en algunos
casos ruborizan y provocan risas. Las bellas princesas de las narraciones
son deidades humanas. Retan a que las conquisten so riesgo de muerte. Muchos
perecen en el afán de hacer el amor con ellas. Sus cráneos
son colgados en plazas públicas.
Cuando algún valiente las posee es el más
feliz de los mortales. Iarmas ríe al respecto. Dijo que las historias
originales están en verso, por lo que las adaptaron para no aburrir.
"Si las expresáramos como fueron escritas se escucharían
hasta cursis. Buscamos que no se perdiera el sentido del humor, pero que
no fueran tan serias. "Todas son princesas. En el Turandot de Puccini
es así. En los cuentos árabes y persas las mujeres tienen
un rango inalcanzable. En la vida real ellas no tienen nada que decir,
pero en los cuentos las respetan mucho más que en Occidente. Más
que la belleza es la pureza, como la apoteosis. Son un sueño. Lo
bonito siempre se busca. Es una belleza que cuesta".
Las siete bellezas volverá a representarse
en La Capilla Gótica el 2 de septiembre, a las 20:00 horas.
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