México D.F. Miércoles 11 de agosto de 2004
Primero de su tipo que se establece en esa zona
El Foro Jesús González Dávila, espacio de arte fresco en Neza
ANTONIO MALACARA ESPECIAL
El Foro Teatral Jesús González Dávila, primer espacio de este tipo en Ciudad Nezahualcóyotl con un sueño trotando en el aire y servicios alternos de cafetería, librería y galería de arte, fue inaugurada el pasado 7 de agosto.
La galería, bautizada con el nombre de Alfredo Arcos, el artista plástico más importante del municipio, fue inaugurada también el sábado 7 junto con un mural que el propio Arcos pintó en el techo: perros, sandías y un niño chemo unido todavía umbilicalmente a una madre que inhala sandía.
Enclavado en pleno corazón de la colonia Evolución, a cuatro calles de la Plaza Santa Cecilia, el 264 de la calle Salto del Agua, deja ver una placa que anuncia el foro. Enfrente, de banqueta a banqueta, ha sido colocada una carpa con mesas y sillas para recibir y brindar con los invitados. Las dimensiones del foro no dan para tanto; de hecho, el nuevo espacio se construyó en la planta baja de la casa de la familia Toga, que después de tres años de trabajo logró acondicionarse para el proyecto.
Antonio Toga, director de la compañía teatral y culpable directo de esta santa necedad, recibe, entre sonriente, satisfecho y nervioso, a buena parte de la comunidad cultural de Neza: por ahí se ve a Porfirio García y Kuitláuak Macías, fundadores del grupo Poetas en Construcción (que este mes de agosto festejan su décimo tercer aniversario), nos entregan una nueva antología poética, Flor de polvo, y un tríptico en el que se detallan las actividades con que festejarán su aniversario.
Poco después llega Roberto Sánchez, director de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Nezahualcóyotl; saluda también Martín Cuaya, pintor integrante del grupo Neza Arte Nel; Myriam Castro, actriz, ofrece un refresco o un tequila. Todos estamos en espera del maestro Arcos, pues la galería, primer acto de la tarde, será inaugurada por él. La gente sigue llegando. El tequila no se anima a ser abierto.
Una hora después de lo programado, a las seis, llega por fin Alfredo Arcos; ya no hay tiempo de montar los comales donde han despedazado tortillas con formol para formar tremenditas figuras prehispánicas o rostros de Van Gogh. La inauguración y las palabras del artista son breves. La galería está totalmente llena, y mientras los comales van pasando de mano en mano se escucha la primera llamada.
Ya en el interior del foro hay siete filas de cómodas sillas colocadas sobre un graderío (en sus tiempo de sala-comedor, esto debió haber lucido bastante amplio). En el sonido se escucha Some day my prince will come,y cuando había llegado la suite de El Cascanueces, la tercera llamada toma por sorpresa a los retardados que ya no encuentran lugar y permanecen de pie.
Los niños prohibidos, de Jesús González Dávila, es presentada en cuatro cuadros. Los actores muestran amplias dosis de profesionalismo (no en balde esta compañía ha ganado premios nacionales de teatro), el director hace gala de recursos e imaginación para aprovechar al máximo los reducidos espacios del escenario (no en balde tiene premios de Dramaturgia, por la Universidad Libre de Berlín, y de Dirección, en el Concurso Nacional de Teatro).
Todo transcurre con el mágico sabor del éxito. Ahora ya no importan los retardos ni la ausencia de las autoridades culturales ni las miradas furtivas y nerviosas de algunos actores hacia el público (sobre todo del pequeño Emanuelle Toga); no importa tampoco que por momentos se rompan el ritmo y las atmósferas. Lo realmente importante, lo trascendental, lo que nos emociona de plano, es que un necio de siete suelas, como Antonio Toga, se haya salido con la suya, y haya logrado aterrizar su genio y sus conceptos en un espacio de arte fresco para compartirlo con la comunidad de este enorme municipio mexiquense.
"Qué bueno que vinieron ustedes -comenta el maestro Toga-, porque la mayoría de los medios, al hablar de Neza, creen que lo único importante es hablar de asesinos, violadores o narcos."
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