México D.F. Lunes 9 de agosto de 2004
El tema, objeto de reflexión en el foro
que se efectúa hoy en Culturas Populares
La discriminación, tan sutil que se comete de
forma inconsciente
Líderes indígenas y representantes oficiales
analizarán las políticas públicas dirigidas a las
etnias
CARLOS PAUL
Cómo se refleja en la realidad cotidiana y en la
política del gobierno de Vicente Fox la aceptación y el reconocimiento
de la comunidades indígenas, será tema de análisis
del foro que se realizará hoy a las 17 horas en el Museo Nacional
de Culturas Populares.
En el contexto de las actividades por el Día Internacional
de las Poblaciones Indígenas, proclamado por Naciones Unidas hace
10 años y que se celebra hoy, Pedro González, integrante
de la Asamblea de Inmigrantes Indígenas de la Ciudad de México;
Marcos Matías Alonso, del Seminario de Análisis y Experiencias
Indígenas; el investigador José del Val, del Programa de
Multiculturalidad de la UNAM; Griselda Galicia, titular de la Dirección
General de Culturas Populares e Indígenas, y Marcos Sandoval, director
del recinto coyoacanense, debatirán sobre si las políticas
culturales del gobierno federal han respondido a las diversas demandas
de los pueblos indígenas. Igualmente se revisará qué
ha pasado con el apoyo y el reconocimiento, a nivel internacional, de las
comunidades indígenas de nuestro país.
Sandoval
adelanta que Pedro González planteará un problema actual
y sensible: las formas de discriminación que prevalecen en la sociedad.
Explica: ''Ellos (los integrantes de la Asamblea de Inmigrantes
Indígenas) descubrieron en estaciones del Metro un comercial que
aparentemente es muy sencillo, pero que contiene una carga de racismo tremenda.
La publicidad es del desodorante Rexona, el cual exhorta a utilizar el
antitranspirante para que no huelas a indios verdes. Hacen un juego de
palabras que tiene una carga ideológica tremenda''.
Esto, agrega el funcionario, ''refleja y es producto de
una política. Si socialmente se trata de reconocer a los pueblos
indígenas, no deberían de existir esas manifestaciones.
Otro ejemplo ''es el promocional de la película
Matando Cabos. En las imágenes que se manejan en los carteles,
en las que aparecen 'los buenos', 'los malos' y 'los feos', las caras de
'los malos' y 'los feos' corresponden a rostros indígenas, mientras
'los buenos' son mestizos, blancos''.
La carga ideológica de esos anuncios, detalla Sandoval,
''es similar a lo que hacía el cine estadunidense hace algunos años,
cuando utilizaba figuras latinas como manera de reflejar el menosprecio.
Parecería que ahora eso se está haciendo en México
con los indígenas''.
Manifestaciones como las mencionadas son ''reflejo de
cómo la sociedad esta interpretando su relación con los pueblos
indígenas'', advierte el entrevistado.
En el Museo Nacional de Culturas Populares, dice su director,
"estamos tratando de generar diversas actividades para que las personas
no indígenas puedan reflexionar sobre el papel que les corresponde
desempeñar, porque a veces el racismo, la discriminación,
es tan sutil o sofisticada, que uno puede estar discriminando sin darse
cuenta, como es el caso del cartel de dicha película. A veces no
se piensan, no se perciben determinadas consecuencias, y es ahí
que se necesita una reflexión, que nosotros tratamos de impulsar".
Muestra dancística
Como parte de la celebración por el Día
Internacional de las Poblaciones Indígenas que se realiza en el
recinto, este domingo se llevó a cabo el Festival de Danza Indígena.
La comunidad ñahñú de Temascalcingo,
estado de México, perteneciente al pueblo Otomí, presentó
las coloridas danzas de Las pastoras y Los listones.
Conformado por 10 mujeres mayores y acompañado
con música de violín y tambor, el grupo bailó y entonó
diversas estrofas en agradecimiento a la Virgen María, quien en
esas danzas aparece como la madre protectora del ser humano, mitigadora
de aflicciones.
A ese grupo le siguió una agrupación totonaca
del municipio de Huehuetla, Puebla, con la danza de Los Quetzales, en
la que los ejecutantes, con respeto y devoción, retoman para su
vestuario los elementos y los colores de esa singular ave, complementándolo
con un peñacho en forma de arcoriris y una sonaja. Acompañados
con música de flauta y tambor, instrumentos interpretados por una
sola persona, el grupo imitó los movimientos del quetzal, para celebrar
al Señor del Divino Salvador, patrono de Huehuetla.
Para cerrar el festival, purépechas de Erongarícuaro,
Michoacán, presentaron la danza de Los Viejitos, relativa
a ciclos agrícolas. Los participantes, con disfraces que representan
de manera humorística la senectud, pasaron del caminar lento y cansado
a la fuerza y la agilidad.
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