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México D.F. Miércoles 4 de agosto de 2004 |
IMSS: el doble discurso
De
nueva cuenta, el gobierno federal y el partido
del que procede han dado muestras de fracturas internas en sus actitudes
hacia el Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social. Mientras
el presidente Vicente Fox se manifestaba a favor de una salida negociada
-"un acuerdo sensato, un acuerdo maduro", dijo el Presidente- alternativa
a la aprobación de la infame propuesta de modificaciones a la Ley
General del IMSS, el secretario de Gobernación, Santiago Creel,
se empeñaba en sostener posturas provocadoras y en agitar, inútilmente
y sin que viniera al caso, la amenaza de la represión: "Pues ya
serán las fuerzas públicas, las policías, quienes
deberán mantener el orden en caso de que alguien o algunos transgredan
ese orden", amagó el funcionario.
La provocación fue doblemente inoportuna, si se
considera que la dirigencia sindical anunció el envío de
una nueva propuesta a la dirección del IMSS y al Senado, en la que
flexibiliza aún más sus posturas y cede varias de las conquistas
laborales plasmadas en su contrato colectivo de trabajo, esas condiciones
que Fox ofreció respetar porque se trata, dijo, de "derechos bien
ganados, derechos legítimamente ganados".
Por su parte, Creel pretendió desvincular al gobierno
del que forma parte de cualquier responsabilidad en el diferendo, al asegurar
que "lo que haga el Congreso será ley y será una determinación
soberana que el gobierno habrá de respetar. Ya hemos expresado que
deseamos que se continúe con el trabajo legislativo, que los legisladores
decidan, ellos tienen la última palabra".
La falacia del secretario de Gobernación fue puesta
en evidencia, posiblemente sin querer (o no), por el coordinador de los
senadores panistas y presidente de la Junta de Coordinación Política
del Senado, Diego Fernández de Cevallos, quien manifestó
"la mejor disposición de escuchar y respetar a las partes (el sindicato
y la dirección del IMSS) y de no ser juez de lo que decidan; lo
más correcto es sostener la tesis de que ellos sean los que hagan
el mejor esfuerzo y que nos notifiquen para suspender el proceso legislativo".
No debe pasar inadvertido que una de las "partes" mencionadas por Fernández
de Cevallos es Santiago Levy, funcionario designado por Vicente Fox, por
más que la junta directiva de la institución sea formalmente
tripartita (empleadores, trabajadores y gobierno). Lo dicho por el senador
panista contrasta también -y acaso esté bien calculado- con
la estridencia con que un correligionario suyo, el diputado Germán
Martínez Cázares, anunció que "nos iremos hasta el
tope", en referencia a una aprobación a rajatabla de la disparatada
propuesta de reformas a la Ley del IMSS.
El gobierno está a tiempo de responder positivamente
a la flexibilidad del sindicato y evitar que el asunto sea resuelto por
el Legislativo. Llevar a votación del Congreso la iniciativa de
reformas mencionada implicaría para el foxismo una derrota en cualquiera
de las circunstancias: si es rechazada ello será visto como un grave
revés político, y si es aprobada eso no diluirá la
responsabilidad del Ejecutivo en el escalamiento del conflicto social ya
ha iniciado, conflicto ante el cual, para colmo, el gobierno federal no
tiene más planes ni ideas que echar mano, como amenazó ayer
el secretario Creel, de la represión. Cabe esperar, pues, por el
bien de todos, que el grupo en el poder actúe, así sea por
esta vez, con un mínimo sentido de equipo y que los propósitos
negociadores prevalezcan por sobre las bravatas policiacas.
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