He trabajado ocho años para estar en Juegos Olímpicos, enfatiza el maratonista

Voy en pos de una medalla, afirma Procopio Franco

ABRIL DEL RIO

De entre los deportistas que emprendieron ayer la aventura olímpica, sólo la voz del maratonista Procopio Franco se alzó para expresar que va a Grecia en pos de una medalla.

"He trabajado durante ocho años para estar en Juegos Olímpicos, para realizar parte de mi proyecto de vida como deportista y como persona, así que todo este trabajo tiene que terminar en algo que valga la pena.

"Ojalá me salgan las cosas como espero, porque estoy dando todo para lograr un buen resultado, que para mí es una medalla. Estoy preparado para todo, perder o ganar, y estar entre los 10 mejores también sería un buen resultado, pero voy en camino de algo más", afirmó el corredor hidalguense.

Franco tomó un vuelo a Madrid, para trasladarse a la localidad segoviana de Porto, donde continuará su preparación a más de 2 mil metros de altura, hasta el día 24. El fondista viajó en compañía de su entrenador, Bernardo García, y de su hermano Jesús, quien estará con él hasta que concluya la etapa en España.

García se trasladará también a Grecia, aunque él asumirá sus gastos y verá la carrera desde el kilómetro 25, pues no fue considerado dentro de la delegación.

Procopio se mostró especialmente emocionado ante el logro de haber calificado a los Juegos con apenas ocho años de experiencia en la distancia, pues se inició justamente en la maratón olímpica, en Atenas, cuando fue guía del corredor invidente Pedro Acosta.

El fondista viajó confiado en su preparación, pues afirmó que los registros parciales que ha realizado recientemente le permiten pensar en lograr una buena carrera. "Allá el reloj será lo de menos. Las condiciones de gran calor van a influir mucho, así que planeo ser un poco reservado, observar cómo están los demás, y reaccionaré cuando sea necesario", dijo el atleta, quien afirmó que no viaja a Atenas con amuleto alguno, excepto el acto místico de "tocar mi tierra y haber estado en contacto lo mayor posible con todo lo que me rodea" en su natal Otumba.

En otro vuelo viajaron deportistas con perspectivas más modestas, o en su caso reales, como las tres representantes de remo, encabezadas por Martha García, la veterana que emprendió el viaje con la incertidumbre ante la falta de acreditación para su entrenador, el ucraniano Nikolai Chuprina, quien además no tenía asegurado el hospedaje.

"La verdad es que he tenido que distraer los últimos días en trámites que no tendría por qué hacer si la Federación (Mexicana de Remo) se hubiera responsabilizado", lamentó la remera al borde del llanto.

García, la mujer que retornó al deporte después de 10 años para superar por mucho los tiempos de selección, los nacionales y los personales, se dirige hacia sus segundos Juegos Olímpicos, en los que se ha propuesto ubicarse al menos entre las 12 mejores del orbe en el skeef, es decir, mismo puesto que en Barcelona 92.

Más modesta es la aspiración del doble par abierto que integran Gabriea Medina y Aline Olvera, quienes coincidieron en que sólo van para adquirir la mejor experiencia de sus carreras hasta ahora, pues su mejor nivel está planeado para el siguiente ciclo olímpico.

Entre los de pantalón largo, el doctor Rafael Ornelas, jefe del servicio médico del Comité Olímpico Mexicano, manifestó que "ponemos las manos al fuego" por que los 114 deportistas estarán en Atenas limpios de dopaje.