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México D.F. Miércoles 4 de agosto de 2004
POESIA PARA LLEVAR
Ricardo Yáñez
Del náufrago
SOBRE LA FINITUD de una paloma blanca:
''SI. NO HE olvidado esa desgracia/ -abrí su pico y quise revivirla con mi aliento./ Pero nada./ Su cuello continuó flácido/ como el de los faisanes/ de una naturaleza muerta/ que colgaba en el comedor de mi abuela.// Su plumaje perdió brillo;/ estaba helada -ojos de máscara/ entrañas de polichinela/ patas de hule- eran el despojo patético/ de mi mascota favorita.// Después de un minuto de llanto/ acepté la derrota y me dije/ -que san Pedro la luzca en su vergel,/ que coma en la palma de santa Teresa..."
EL FRAGMENTO ANTERIOR procede del libro Ciudad del náufrago, de Guillermo Meléndez (Galeana, 1947), presentado el pasado mes en la Casa de la Cultura de Nuevo León. En él, en el fragmento, uno de sus tonos. Veamos, sólo dos páginas después, otro:
''EN LAS TIERRAS del rey Cristian IX/ veo luchar dos morsas/ -sus colmillos son sables letales/ y al sobreviviente lo aguarda/ un harem en celo.// Cae nieve; tirito;/ bailo como enfermo de corea reumática./ Quiero comprar un abrigo de nutria/ y al mostrar el billete/ el traficante majadero responde/ -aquí sólo oro se admite,/ con eso límpiese...-/ y antes de alejarse me presagia/ una muerte por congelamiento.// De pronto me despierta una mano/ recorriendo mi trusa./ Es mi madre que bostezando dice/ -de nada sirvió la belladona,/ otra vez estás ensopadito-."
SON SOLO DOS tonos de un volumen que atiende alrededor de 20 años de trabajo de un poeta que afirma mantenerse ''en el filo de la mesura y el desquicio", melómano sin culpas que casi orquestalmente confía: ''La música pronunció su sugestión, la literatura y la filosofía modularon mis arrebatos...", y que luego de advertir: ''Me fastidia el asombro", reconoce: ''De vez en cuando escribo porque quiero sacudirme el aislamiento: envío mensajes a fantasmas, confieso mis carencias a las piedras..." y acepta que ''todo es una simulación para comunicarme con otros semejantes más allá del sentido común; con los que como yo puedan ser una brizna, la grieta de un cristal, un cometa o la herida de un perro pasmado que recorre la ciudad muerto de hambre."
TALES AFIRMACIONES, cierto, son del 89, pero al estar recogidas en esta coedición de Conarte y el FCE (cuyo colofón, para mí enigmáticamente, data de octubre de 2002), las supondremos sin fecha de caducidad.
JUGUEMOS UN POCO: Brizna, grieta, cristal, cometa, herida... ƑNo naturalmente nos transporta a lo barroco (un verso de Góngora dio título al primer poemario de Meléndez) tal, llana, ennumeración? ƑY lo siguiente (''perro pasmado que recorre la ciudad muerto de hambre"), no a la picaresca? He allí dos de las afluencias, de los otros tonos, del nuevoleonés.
HAY MAS, POR supuesto, algunas nombradas en el prólogo por Rogelio Flores de la Luz, quien destaca el apartamiento del poeta de corrientes locales y nacionales. [email protected]
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