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México D.F. Miércoles 4 de agosto de 2004
Tiene 3.8 años más de vida:
titular de Vigilancia Ambiental
Bordo Poniente cumple las "más estrictas" normas
de operación
BERTHA TERESA RAMIREZ
El depósito de Bordo Poniente, ubicado en el ex
vaso de Texcoco, donde diariamente se colocan 12 mil toneladas de desechos
sólidos generados en la ciudad de México -el cual se encuentra
en su cuarta etapa de uso-, no es un basurero común y corriente.
El área más bien parece un desierto. Los desechos sólo
se aprecian en la parte donde los tráilers depositan los residuos
cada día.
El
color amarillo que ha ido adquiriendo la tierra no es casual, se lo han
dado las toneladas de material inerte -tepetate- con el que se cubren los
desechos depositados en el terreno de 360 hectáreas, en uso desde
1994, que presenta una elevación, así como el resto de las
áreas que han funcionado en la primera segunda y tercera etapas
del depósito, desde 1985.
Durante un recorrido realizado por La Jornada,
se apreció que en el depósito no hay pepena ni campamentos
y que el tránsito de trailers, con capacidad hasta de 32 toneladas,
es intenso durante el día, tanto en el Bordo Poniente, como en la
planta de transferencia, donde se separa la basura y donde el olor de los
desechos llega a ser insoportable. En esa planta también se observó
que es constante el trabajo que realizan fumigadores para abatir las moscas
y otros bichos.
El acceso al relleno sanitario es por una gran avenida,
a cuyos lados se puede observar una larga extensión de tierra recubierta
de pasto y árboles, así como canales donde personal al que
se conoce como "papeleros" recolecta papel; además se pudo ver una
área para el tratamiento de composta.
En entrevista, el director de Regulación y Vigilancia
Ambiental de la Secretaría del Medio Ambiente del Distrito Federal,
Guillermo Calderón, señaló que el Bordo Poniente cumple
con las especificaciones técnicas y normativas más estrictas
que se exigen en la materia a los depósitos de las grandes ciudades
industrializadas.
Explicó que el depósito, situado en los
márgenes del ex vaso de Texcoco, tiene en su base, "en la interfase
del suelo con los residuos", una cubierta protectora de plástico
que impide el paso de cualquier fluido de los que generan los residuos
sólidos o de cualquier otro material, hacia el subsuelo. Además,
cuenta con un sistema de drenado para dar salida a los jugos de la basura,
que se conocen como lixiviados, los cuales son tratados adecuadamente antes
de su disposición final al drenaje, indicó.
De la misma forma, se cuenta con canales para el manejo
adecuado y sin riesgos de los gases que se generan tras la fermentación
natural de los desechos, principalmente de gas metano, pero la característica
más importante de la técnica sanitaria para el manejo de
los residuos es que las miles de toneladas de basura que se depositan ahí
diariamente son inmediatamente cubiertas con una capa inerte de tepetate;
así los desechos no quedan expuestos, con lo cual se evita que se
procree fauna nociva y se conforma el relleno sanitario, sobre el cual,
una vez concluido el ciclo de vida del depósito, será reforestado
y cubierto de pasto, agregó.
Explicó que el Bordo Poniente ha entrado en su
etapa final y para el cierre del relleno, como ha hecho público
el jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador, se ha autorizado
el diseño de "una geometría", la cual "ha venido acompañada
de una sobrelevación de algunos metros en la periferia", pero ésta
permitirá que el Bordo Poniente tenga 3.8 años más
de vida.
Añadió que en este terreno de propiedad
federal se asentó el depósito de basura generada en la capital
del país y en varios municipios del estado de México, tras
un convenio entre el entonces Departamento del Distrito Federal y la Comisión
Nacional del Agua. Desde entonces ha tenido varias etapas de funcionamiento;
la primera operó sobre 98 hectáreas, la segunda sobre 75,
la tercera sobre 95 hectáreas, y una vez que cumplieron su ciclo
han sido reforestadas y sobre ellas se ha sembrado pasto, indicó
el funcionario.
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