México D.F. Miércoles 4 de agosto de 2004
Pirata, corsario, bucanero y filibustero
A menudo confundidos o utilizados como sinónimos por el habla coloquial, los cuatro términos principales que definen a los personajes centrales de la actividad ''pirática" surgen directamente de su relación con el proceso colonial en América y la disputa de las grandes potencias.
Así, en su libro Contra viento y marea. Los piratas en el golfo de México (Plaza & Janés), Antonio García de León contribuye a la definición de las palabras ''pirata", ''corsario", ''bucanero" y ''filibustero", surgidos así, de manera sucesiva, en el tiempo de la historia.
Los piratas ''obraban por su propia cuenta y no estaban sometidos a nación ni corona ninguna", muchas veces elegían o deponían a los capitanes de sus embarcaciones y se repartían el botín de modo más o menos equitativo. Además, habían surgido desde tiempos antiguos en el mar Mediterráneo y las costas de Africa.
Los corsarios, nombre dado porque recibían una ''patente de corso" o permiso para operar por parte de los respectivos gobiernos imperiales, sobre todo el inglés, comenzaron a llegar al mar Caribe en el siglo XVI para atacar a las flotas españolas. Tenían formación militar y estaban sometidos a un Estado.
Especie de ''paramilitares", el botín se repartía, en ese orden de importancia, entre la corona patrocinadora, los oficiales de rango y el resto de los marinos. Se encargaban además de labores de ''limpieza étnica" en las islas y del tráfico de esclavos negros secuestrados en Africa.
Los bucaneros y filibusteros corresponden a la etapa más desarrollada de la piratería y son los que crean refugios famosos como el de la isla de La Tortuga, cerca de la isla La Española (Santo Domingo y Haití), y sociedades como la Cofradía de los Hermanos de la Costa y los Mendigos del Mar, sustento de la literatura romántica sobre el tema.
Bucanero proviene del idioma caribe-arahuaco y se refiere a un tipo de parrilla para asar carne y filibustero del filibote, un tipo de embarcación ligera introducida por los holandeses para el contrabando. ARTURO JIMENEZ
|