México D.F. Miércoles 4 de agosto de 2004
El vicepresidente, obligado a presentar declaración
jurada por escándalo de Halliburton
George W. Bush y Dick Cheney, otra vez en el ojo del
huracán
Sospechas por la alerta de alto riesgo de la
Casa Blanca; fue elaborada hace más de tres años
Pese a la debilidad política de su contrincante,
John Kerry no logra despegar en las encuestas
DAVID BROOKS CORRESPONSAL
Nueva
York, 3 de agosto. Un día después que el presidente George
W. Bush provocó una movilización de fuerzas de seguridad
en Washington y Nueva York al anunciar una alerta de "alto riesgo" por
un atentado te-rrorista, se reveló que la información recibida
fue elaborada hace más de tres años, lo que despertó
sospechas sobre si la información de inteligencia se está
empleando para propósitos políticos o no.
A la vez, se dio a conocer que el vicepresidente Dick
Cheney fue in-terrogado por la Comisión de Cambios y Valores, máxima
autoridad del mercado bursátil en Wall Street, en el contexto de
la investigación por manipulación de informes a accionistas
de Halliburton en 1998, cuando Cheney era el ejecutivo en jefe de la gigantesca
empresa.
No fue el mejor día en términos de imagen
y credibilidad para la fórmula republicana que buscará la
relección en noviembre, pero am-bos tienen la suerte de que hasta
el momento sus contrincantes demócratas no han logrado explotar
es-tas oportunidades políticas.
La imagen pública del dúo en-cargado de
la Casa Blanca fue da-ñada este martes en dos frentes vulnerables,
la guerra y los vínculos de Bush y Cheney con el poderoso sector
empresarial.
El New York Times y otros me-dios revelaron que
la información recibida por las agencias de inteligencia sobre preparativos
de Al Qaeda para un posible atentado a objetivos financieros en Nueva York
y Washington fue elaborada antes del 11 de septiembre de 2001, por lo menos
hace tres años.
Así, el anuncio de una alerta elevada de "alto
riesgo" anunciada el fin de semana -que provocó el despliegue de
policías y agentes de seguridad pública en tres ciudades
más la implementación de mayores medidas de seguridad en
algunas calles, puentes, túneles y en edificios identificados como
posibles blancos en las últimas 72 ho-ras- resulta estar basado
en información vieja.
Aunque algunas fuentes oficiales insistieron en que hay
indicios de que esta información posiblemente se había actualizado
recientemente, y que eso provocaba sospechas de que Al Qaeda continuaba
preparando un posible ataque, varios funcionarios admitieron que no cuentan
con informes de que sea "inminente" un atentado, o que agentes "terroristas"
continúen de-sarrollando investigaciones para un posible ataque.
"Estamos investigando esa precisa pregunta", declaró
el secretario de Seguridad Interna, Tom Rid-ge. Sin embargo, nadie tiene
pruebas de que haya un complot activo.
El hecho de que no haya prueba de que se prepara un atentado
puso en tela de juicio, una vez más, las motivaciones de la Casa
Blanca para anunciar la alerta.
El Times, en su principal editorial, expresó
que la noticia de que gran parte de la información es de hace más
de tres años y la ausencia de pruebas de un posible atentado, "no
hace nada para reforzar la confianza que necesitan los estadunidenses de
que el gobierno no está utilizando (informes de) inteligencia para
una ventaja política".
Es "desafortunado", señaló, que el gobierno
tenga que luchar contra sospechas de los cálculos políticos
para estas alertas, "sospechas sembradas por el gobierno al engañar
al público sobre seguridad".
Pero hoy se anunciaron más arrestos de posibles
integrantes de Al Qaeda en Inglaterra y Pakistán, y las autoridades
informaron que hay más objetivos que podrían es-tar en la
mira de los "terroristas", incluyendo el edificio del Bank of America en
San Francisco.
Mientras, la Casa Blanca expresó su irritación
con el Times y otros medios que hablan de sospechas sobre posible
manipulación política de las alertas, e insistió en
que jamás haría tal cosa.
Por otro lado, se informó hoy que Cheney fue obligado
a presentar "declaraciones bajo juramento" sobre acusaciones de que Halliburton
Company manipuló la contabilidad para encubrir costos adicionales
de proyectos de construcción en 1998, durante el periodo en que
era su ejecutivo en jefe.
La Comisión de Valores y Cambios presentó
acusaciones contra la empresa pero no contra Cheney, y ahora la compañía
pagará una mul-ta de 7.5 millones de dólares a las autoridades
bursátiles. El vicepresidente y sus voceros rehusaron co-mentar
el asunto.
Los demócratas no avanzan
A pesar de meses, años, de escándalos por
tortura en Irak, el comportamiento de empresas como Enron, criticadas por
posibles conflictos de interés al otorgar contratos multimillonarios
a firmas vinculadas con el gobierno, como Ha-lliburton en el país
petrolero, y el ahora ampliamente documentado fracaso de inteligencia en
torno al 11-S y los engaños sobre la guerra de Irak -lo cual
ha causado un desplome de los niveles de credibilidad y apoyo a las políticas
de este gobierno, inclusive de aprobación del propio Bush-, los
demócratas no han logrado explotar lo que pa-recerían grandes
oportunidades po-líticas para tomar la delantera en la carrera hacia
las elecciones presidenciales de noviembre.
De hecho, la gran sorpresa, aunque no para todos, es que
después de un mes de que John Kerry anunció su compañero
de fórmula y realizó el gran festival de la Convención
Demócrata -actos en los que se ofrece a un candidato el más
extenso y amplio perfil nacional en los medios-, no ha ocurrido el tradicional
"rebote" en las encuestas que suele registrarse después de estos
eventos en un año electoral.
Por el contrario, fue el "rebote" posconvención
más pequeño que ha gozado un candidato retador a un presidente
desde 1972, según el editor en jefe de la encuestadora Gallup, reportó
el Times.
Según encuestadores y analistas, este fenómeno
reveló una vez más lo "congelada" y reñida que está
la competencia electoral presidencial, e indicaron que el electorado ya
ha definido su intención de voto mucho antes de lo anticipado comparado
con elecciones presidenciales anteriores.
Aunque varias encuestas realizadas inmediatamente después
de la convención demócrata registraron que en términos
generales hu-bo casi nulo cambio en lo que es un empate virtual entre Kerry
y Bush, sí se detectaron cambios favorables para el demócrata
en rubros claves.
Tres encuestas (CBS, CNN/Ga-llup y ABC/Washington Post)
re-gistraron que las opiniones sobre Kerry habían mejorado, en particular
sobre sus cualidades como co-mandante en jefe y respecto de quién
sería mejor para manejar la situación en Irak.
Sin embargo, el nivel de apoyo para su candidatura, en
dos de las encuestas, registró cambio nulo entre antes y después
de la convención. Líderes demócratas habían
pronosticado un rebote de entre 8 y 15 puntos para estas fechas.
El problema es que la fórmula Kerry-John Edwards
sólo logró es-to mientras que a finales de agosto Bush y
su equipo ocuparán el escenario central, al celebrar su propia convención
en Nueva York.
Para los candidatos esto podría llevar a la continuación
de sus ac-tuales estrategias, centradas casi ex-clusivamente en un pequeño
sec-tor de votantes indecisos en unos 18 estados claves, o podría
provocar un giro para buscar una mayor movilización de ese enorme
sector del electorado -50 por ciento del total- que no vota.
Pero para lo anterior, uno o los dos deberán abandonar
su cautelosa estrategia de sólo enfocarse en ese grupo indeciso,
caracterizado de centrista o moderado. El resultado de sus decisiones será
definido en tres meses.
Reabre puertas la estatua
La Estatua de la Libertad reabrió hoy sus puertas
al público después de estar clausurado el recinto desde el
11 de septiembre de 2001. El ac-to fue utilizado, claro, por los políticos
para proclamar que "la libertad triunfó" después de los atentados
del 11 de septiembre.
A la vez, continuó el juicio contra una de las
figuras centrales en el escándalo de Abu Ghraib, la soldado Lynndie
England (aparece en imágenes humillando a prisioneros), quien enfrenta
más de 38 años de cárcel si es condenada por más
de 19 acusaciones en su contra.
Además, se revelaron más posibles abusos
y dudas sobre las causas de detención de decenas de prisioneros,
mantenidos incomunicados, por las autoridades estadunidenses en Guantánamo,
Cuba.
También hay más información sobre
el nivel de represión de libre expresión de disidentes durante
ac-tos políticos donde aparece el presidente o su equipo, así
como respecto del impacto de las medidas de vigilancia y mayor invasión
de privacidad autorizadas bajo las medidas antiterroristas dentro y fuera
de Estados Unidos.
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