.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
Fotografía
Cartones
CineGuía
Suplementos
Perfiles
La Jornada en tu PALM
La Jornada sin Fronteras
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
La Jornada Michoacán
Librería
Correo electrónico
Búsquedas
Suscripciones
Obituario

P O L I T I C A
..

México D.F. Miércoles 4 de agosto de 2004

Luis Linares Zapata

El látigo de los legisladores

La tarea desempeñada por el Congreso ha sido ingrata, pero, eso sí, llevada con el rigor de inclemente aplanadora. La fusión de priístas con los electoralmente vapuleados panistas no dejó grietas y la iniciativa para modificar la ley del IMSS en dos de sus apartados pasó entre los diputados con una holgura hasta hace poco impensable. En el camino las conquistas contractuales quedaron emplazadas y pendientes de un hilo tan delgado que se romperá por varios lados y los trabajadores de ese instituto habrán de pagar la cuenta final.

El objetivo de esta ruta es apretar el sistema de jubilaciones y pensiones (RJP) hasta transformarlo en algo distinto a lo establecido en el contrato colectivo actual. Hay urgencia de saldar cuentas pendientes con el pasado, se alega. De acabar, sin miramientos, con los que se han llamado "privilegios de un sindicato abusivo". Se trata de liberar, dicen sin recato, de impagables cuentas a costa del erario. Para ello disfrazan con variadas argucias la intención de recargar sobre el ingreso de los trabajadores el monto total del RJP. Pasar del ciertamente ridículo 3 por ciento, que ahora pagan para el financiamiento de sus pensiones, hasta llegar a cifras ideales que hagan, como afirma el director, sustentable el régimen. Por esto debe entenderse la cifra completa que es requerida para sufragar el RJP.

Y, aunque poco se hable de ello por el momento, la embozada pretensión de ir más allá se abre paso sin grandes dificultades. Ahora que el Congreso tiene amenazado al sindicato con el peso de la ley. Ahora que la intensa y prolongada campaña propagandística ha penetrado en la población. Ahora que el deterioro en los servicios del IMSS ha llegado a niveles insostenibles y su mejoría se ve al alcance de la optimista mirada presidencial. Ahora que ha llegado a la dirección del IMSS el ariete del eficientismo oficial. El fiel, ejemplar, implacable seguidor de los programas y recomendaciones del Banco Mundial. El hombre con la capacidad para identificar a los pobres y para combatir la pobreza con las fórmulas adecuadas. El que marca rutas de acceso no manipulado a la marginación, el que no pretende amasar clientelas, el desinfectado doctor en economía Santiago Levy. Un funcionario entrenado para tales cometidos bajo la consigna de salvar a la patria, de velar por los intereses reales y verdaderos del instituto y del país completo. Levy, el de los sentimientos controlados para dar una fría sensación de actuar con serenidad y responsable dureza. Nada personal, podría repetir sin rubor tecnocrático, sólo la estricta voluntad de sacrificio para alcanzar la perfección de los balances dictaminados.

Levy, con seguridad, desea lo que la mayoría: ser apreciado, recordado con respeto y, por qué no, hasta querido por algunos que en determinado momento fueron sus acérrimos rivales, o por el abigarrado conjunto de opositores que le van surgiendo en su rectilíneo trotar por la administración pública. Quisiera, con inquebrantable fe, a prueba de rastreras presiones populistas, modelar un mecanismo esterilizado para la nueva seguridad social. Uno que asegure, al salir de sus manos, un futuro compartido y más justo, aunque sea llevado hasta el nivel de la pura sobrevivencia. Pero, en lugar de intenciones tan purificadas, Levy se devela como lo que en verdad representa: la cortante avanzada de voraces intereses de banqueros y aseguradoras trasnacionales. Financieros que aguardan un poco más allá de la hora presente, cobijados tras la dispendiosa capa de funcionarios privatizadores a ultranza. De esos negociantes protegidos en una maraña de complicidades con políticos ávidos, urgidos por los tiempos y sus irrefrenables ambiciones, de negociar con ellos condiciones para su arribo al poder. Facha que, sin el mínimo pudor, muestra también el tabasqueño Roberto Madrazo en un mensaje televisivo donde se cuelga varias medallas por eficacia política. Levy se piensa, se aprecia, como un director preocupado por el bienestar de los servidores públicos bajo su mando y no como un temible manojo de resentimientos sociales contra aquellos que, en mala hora, pasan, cargados de penas y miserias, por su elevado e implacable horizonte.

La retórica de justificación para cortar de tajo aquello que requirió años de negociaciones entre las partes que integran el IMSS parece impecabe a primera vista. Se busca quitar al contribuyente, a los demás trabajadores y obreros del país un peso insoportable que comprometerá, de seguir vigentes las mismas condiciones injustas y onerosas, las finanzas públicas por los años venideros. Un pasivo laboral insostenible: 700 mil millones de pesos a 20 años ha calculado, a ojo de buen cubero, el presidente Fox. Y todos los que oyen semejante cifra caen postrados ante la magnitud de la carga que aguarda a los incautos mexicanos. 35 mil millones por año para sostener el RJP de casi 400 mil personas que habrán laborado apenas 27 o 28 años y que, se espera, seguirán con vida otros 20 durante los cuales gravitarán sobre los raquíticos haberes del gobierno. Un horrendo, fantasmagórico escenario que hay necesidad imperiosa de liquidar, sostienen sus instantáneos apoyadores. Ya sea mediante una negociación férrea, a través de la declaratoria de quiebra (inviabilidad económica) o, con el auxilio del amenazante látigo de los legisladores. Ante tal panorama, la actual dirigencia sindical ha reculado, temerosa y precavida, hacia ofertas que permitan cambios inmediatos.

Inútil retirada. Levy va por todas las canicas ahora que olió la debilidad ajena y los priístas le hacen el trabajo de zapa. Lo grave es la amenaza que empieza a tomar cuerpo. Una titubeante, imprecisa, pero factible rebelión de los afectados y de otros más que se les unirán solidarios.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm

Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Coordinación de Publicidad
Tels: (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00 Exts: 4900 y 4104

Email
Coordinación de Sistemas
Teléfonos (55) 91 83 03 11 y 91 83 03 77

Email

  © Derechos Reservados 2003 DEMOS, Desarrollo de Medios, S.A. de C.V.
Todos los Derechos Reservados. Derechos de Autor 04-2003-08131804000-203.
Prohibida la reproducción total o parcial del contenido sin autorización expresa del titular.
El título y contenido se encuentran protegidos por la legislación de la materia en la República Mexicana.