El primer "autogolpe de Estado" de la incompetencia Jesús Ramírez Cuevas "Mientras más lo critican, más
se refugia en la soledad; mientras más se concentra en el aislamiento,
más lo critican", resume el cronista Carlos Monsiváis la
relación entre el presidente Vicente Fox y el denominado círculo
rojo. En entrevista, el escritor examina el denonado esfuerzo de Fox
por dilapidar la enorme credibilidad y apoyo ciudadano de sus inicios.
"Se trata del primer autogolpe de Estado a cargo de la incompetencia, el
vacío conceptual, el capricho dinástico frustradito, el reaccionarismo
que sólo sabe darle puestos bien remunerados a los fundamentalistas,
y el estupor ante el fracaso. Esto es único, y ojalá, irrepetible".
El escritor Carlos Monsiváis afirma que nunca se ha vivido tanto y tan intensamente la libertad de expresión, ni se ha ido tan a fondo en la crítica. Esta verdad alimenta el proceso complementario apunta el escritor, el del desencanto de la sociedad frente a un Fox que combina la astucia fallida con la ineptitud lograda: primero se le escucha con desconfianza; después con incredulidad; luego con el mayor desaliento; al final se le deja de oír y se renuncia a la búsqueda del humor involuntario. Al hablar de la relación del Presidente con la crítica, el reconocido cronista explica que en su imaginario los críticos son aquellos que no captan su buena voluntad, que no soluciona nada pero eso es lo que él tiene, así que lo soluciona todo. El autor de Entrada Libre plantea la paradoja de que el periodo de gracia (de Fox) termina no como una rebelión sino como un bostezo de arrepentimiento. En ese tránsito de la esperanza al fracaso, Monsiváis subraya los propósitos inconfesados de los Apóstoles del Voto Util, quienes buscaron afanosamente convencer a todos de las bondades de sufragar por el candidato de la derecha (muy su gusto, anota): el voto útil es en muy buena medida distinto al simple voto por Fox, porque se quería conceptualizar la rendición de la izquierda. Eso fue mezquino y pueril. Damos paso a la entrevista con Carlos Monsiváis, miembro prominente de ese sector que, proponiéndoselo o no, funciona como algo parecido a una conciencia crítica de la sociedad. Pero como él mismo advierte, el papel de la crítica no es provocar cambios sino dialogar, de modo estimulante, con los que deciden los cambios: los partidos, las asociaciones políticas, las ONG, la ciudadanía. En ese sentido, apunta el escritor, uno de los debates urgentes, que trasciende con mucho la idea casi cabalística del círculo rojo, es el sentido de la memoria histórica, para lo que se requiere una batalla cultural que clarifique los crímenes del pasado y explique lo sucedido esos años. En 2001, cuando el presidente Fox califica de círculo rojo a los críticos, dispone de un gran respaldo de la sociedad o de la ciudadanía. ¿Cómo describes la relación de Fox con los medios y la opinión pública en este periodo de "luna de miel", para usar una de sus expresiones casaderas? Entre 2000 y 2001 Fox dispuso de una enorme credibilidad muy pronto vuelta recelo, luego incredulidad, más tarde rechazo parcial y hoy tal vez situable como fuga masiva de las esperanzas en él depositadas. Esto me parece injusto, en la medida en que, sensatamente, no se debió confiar nunca en una persona tan desprovista de conocimientos básicos sobre el país y el mundo, pero obró milagros la necesidad de erradicar al PRI de Los Pinos, y por eso se invistió a Fox de todas las cualidades. Esto tiene pros y contras, y no admite descripciones facilonas. El que quería votar por Fox estaba en su derecho, como yo lo estuve al votar por Cuauhtémoc Cárdenas. En lo que a opinión pública se refiere, el problema no es el voto antipriísta o panista, sino la suprema necedad de los Apóstoles del Voto util. Si querían apoyar a un candidato de la derecha, muy su gusto; lo inconcebible es su invitación (patética) a la izquierda para que apoyase a la derecha, insistiendo en la desaparición de las distinciones entre izquierda y derecha. Un Apóstol del Voto util llegó a escribir en La Jornada que el PAN no era derechista. El voto útil es en muy buena medida distinto al simple voto por Fox, porque se quería conceptualizar la rendición de la izquierda. Eso fue mezquino y pueril. Vuelvo a tu pregunta. La necesidad de tener razón de los votantes no derechistas de Fox le dio una tregua, el vale por dos años de errores adjudicables a la inexperiencia. Y lo que sucedió en ese periodo es impresionante: el tiempo transcurrió a favor de la profundización de la inexperiencia. Lo que el gobierno de Fox no sabía se transformó en lo que nunca podría saber. Y la luna de miel se disipa entre asombros, desilusiones y frustraciones, pero, no está de más aclararlo, un sector amplísimo no se desilusiona de Fox, se desilusionó de su credibilidad al suponer que el desconocimiento enciclopédico de México es la garantía del buen gobierno. Así, el periodo de gracia termina, no con una rebelión sino con un bostezo de arrepentimiento. ¿Cómo se ha dado la evolución de Fox con el círculo rojo? Los reflejos políticos del Presidente son, por lo que se refrenda a diario, escasos y de corta duración. Y en su imaginario los críticos son aquellos que no captan su buena voluntad, que no soluciona nada pero es lo que él tiene, así que lo soluciona todo. Al principio, Fox cree que la crítica va en contra de los regímenes del PRI y no se dio por enterado. Ahí te hablan. Al advertir que las críticas sí lo aludían y lo cercaban, se indignó y despotricó pero, hay que admitirlo, sin energía visible. A veces da la impresión de alguien tan dolido con la ingratitud que se promete ser un anacoreta díscolo en su próxima rencarnación. Mientras más lo critican, más se refugia en la soledad; mientras más se concentra en el aislamiento, más lo critican. Al fin y al cabo no lo eligieron para que pregonase milagros en sus giras para el extranjero. ¿Te parece que ve en las giras sus momentos ideales de gobierno?
La mayoría de los medios apoyó al gobierno de Fox al principio, pero el círculo rojo nunca fue un refugio de resentidos, sino la constancia de los hechos que se amplía a diario. ¿Qué sucede con el desencanto generalizado? Fox no le ha cumplido a nadie, quizá porque ya no se acuerda de lo que prometió. Y el periodo del disculpar al novato ha dado paso a la atención crítica de lo que Fox actúa, y dice. Fox quiere engatusar, distraer, persuadir por la astucia. Algo así, no los conceptos sino los reflejos condicionados. Más que ningún otro elemento, lo suyo es la combinación de astucia fallida con ineptitud lograda, y esto intensifica la crítica. Y se suceden vanas etapas: Se oye a Fox con desconfianza, y se atribuye su lenguaje y sus actitudes a las décadas del PRI que desarmaron conceptualmente a la oposición. Se oye a Fox con prevención por su habla fundamentalista y su deseo de quedar bien con los obispos. Se oye a Fox con incredulidad porque no puede decir en serio su cadena de improvisaciones, ni puede prometer simplemente porque le gusta. Se oye a Fox con el mayor desaliento, porque ya se sabe que, así se contradiga belicosamente, por lo común lo que dice lo está queriendo decir en serio. Se deja de oír a Fox, salvo con propósitos de escudriñamiento divertido de los textos. Se renuncia a la búsqueda del humor involuntario. ¿Se ha producido en algún otro momento de la historia mexicana el derrumbe de un gobierno como el ahora presentado? No, porque aquí se trata del primer autogolpe de Estado a cargo de la incompetencia, el vacío conceptual, el capricho dinástico frustradito, el reaccionarismo que sólo sabe darle puestos bien remunerados a los fundamentalistas, y el estupor ante el fracaso. Esto es único y, ojalá, irrepetible. ¿Cuál es el papel de la crítica en el cambio democrático? ¿Cómo puede la crítica promover cambios de percepción y de comportamiento de gobernantes y gobernados? No tengo tanta confianza en la crítica, su papel no es provocar cambios sino dialogar, de modo estimulante, con los que deciden los cambios: los partidos, las asociaciones políticas, las ONG, la ciudadanía. Estoy más que convencido: atribuirle a la crítica periodística e intelectual las transformaciones es en el mejor de los casos simplificar en demasía el proceso de politización o de radicalización. La crítica sí tiene resonancias pero casi nunca son de corto y mediano plazo o de causa-efecto. La crítica ha sido, y sigue siendo, la gran referencia de salud mental, de uso generoso de la inteligencia, de los poderes del razonamiento. ¿Pero cuántos leen y cuántos razonan simultáneamente con los críticos, y cuántos se adhieren o se apartan de una causa por ideología específica? Pero en el caso de la pareja presidencial, la crítica sí ha tenido consecuencias. Es un fenómeno curioso. A propósito de las ambiciones de doña Marta Sahagún ya todo se había señalado muy ampliamente, pero como de costumbre, lo determinante fue la intervención de alguien de dentro (Alfonso Durazo) y de alguien de fuera (The Financial Times). Nadie sabe el bien que tiene hasta que lo ve confirmado por otras fuentes. Aquí el círculo rojo no importó, la destrucción minuciosa de las aspiraciones de la señora Sahagún vino de todos lados y muy especialmente del sentido común. Y el impulso ha sido tan fuerte que alcanza y devasta al PRD por la decisión inconcebible del gobernador de Tlaxcala y de su señora esposa de contender electoralmente. El fallecimiento político de la señora Marta anticipó el desastre moral del PRD, y esto exhibe el poder de la masa crítica, el de los razonamientos cuyo tiempo ha llegado. Este sí es el círculo rojo al que deberían temerle los políticos que no consiguen ni intentan el diálogo: el clima de opinión pública que es ya una conclusión sin escapatoria. La señora Sahagún no debe aspirar al cargo para el que no está calificada/ La pareja gubernativa juega con Tlaxcala como si fuera su banquete de bodas de plata/ Provida, Luis Pazos y la Secretaría de Salud han despojado a la lucha contra el sida de un dinero que les pertenecía. Si lo que se conoce como círculo rojo (medios, ensayistas, ONG, articulistas) ha cumplido con su tarea, ¿por qué se insiste tanto, y según creo justamente, en la ausencia de debate que tanto se necesita ante el vacío de poder? ¿Cuál sería el estado de salud de la crítica en la República? No tengo respuesta ni siquiera aproximada.
Desde luego, nunca se ha vivido tanto y tan intensamente la libertad de
expresión, ni se ha ido tan a fondo en la crítica (que lo
digan Fox, López Obrador, Elba Esther Gordillo, los diputados, los
senadores, Roberto Madrazo, la verdosa niñez del PVEM, el PAN, Provida,
los jerarcas eclesiásticos, las antiguas figuras reverenciadoras,
obispos como Onésimo Cepeda, Juan Sandoval Iñiguez, etcétera).
Sin embargo, la falta de consecuencias de la crítica es uno de los
obstáculos mayores para esa democratización tan profetizada
y tan dada por hecho. Todo se ha dicho pero nada cambia.
¿Efectivamente nada cambia?
Allí está por ejemplo la remoción de la directora
de la Lotería Nacional. Falta la auditoría que compruebe
sus apoyos irregulares a la derecha, Provida, etcétera, pero se
le hizo caso a la crítica.
Desde luego, las consignaciones de Echeverría, Moya Palencia, Díaz Escobar y Mendiolea Cerecedo son una parte del asunto, la judicial, indispensable si se quiere rencauzar la vida nacional a partir de los frenos a la impunidad. Pero también hace falta el debate sobre la memoria histórica, y allí se avanza muy lentamente, porque la explicación de lo ocurrido apenas alcanza unos cuantos sectores. Hace falta que los escasamente enterados de lo ocurrido en esos años (la mayoría) conozcan la naturaleza estricta de la Fiscalía Especial, que no es un instrumento de venganza del régimen contra el PRI ni mucho menos, sino el resultado de la presión de muchos años de grupos, de figuras como Rosario Ibarra, Raúl Alvarez Garín y Jesús Martín del Campo, de periodistas y escritores, de publicaciones. Uno de los debates urgentes, que trasciende con mucho la idea casi cabalística del círculo rojo, es el sentido de la memoria histórica. Otro, para situar el conflicto del IMSS, el sentido histórico y el presente del sindicalismo (lo que no obsta para entender las actuales maniobras como la gana de privatizar el IMSS). Otro, el apoyo de Fox y su gobierno a la ultraderecha, que es como decir, la reconciliación consigo mismos. ¿Tienes algún pronóstico en relación a las consignaciones de Echeverría y su grupo? Al momento de responderte no se ha dado
a conocer el fallo del juez, que obligará a un replanteamiento,
cualquiera que sea su sentido. Sin embargo, para que rindan los resultados
convincentes, deben ir acompañados de una batalla cultural, muy
específicamente, en torno a la clarificación de la memoria
histórica. No explicar lo que ha sucedido, es regalarles a los impunes
la oscuridad que su ámbito natural.
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