México D.F. Viernes 30 de julio de 2004
ENTREVISTA/JOSE AGUSTIN,
ESCRITOR
Mi caso es atípico en la literatura mexicana
Se cumplen 40 años de la publicación de su primera
novela
Tras la aparición de su obra De perfil
y su autobiografía, ''a los 21 años, ya podía escoger
editoriales, no tenía que corretear a nadie. Una serie de maravillas
inesperadas'', expresa el narrador
ARTURO JIMENEZ
A Gabriel Guía, el adolescente protagonista de
La tumba, la primera novela de José Agustín, la sociedad
presente le parecería tan desdeñable y aburrida como la de
los años 60, aunque quizá hoy se le haría peor por
las tentaciones fascistas que recorren a México y el mundo.
Sin embargo, aunque se ha convertido en una megalópolis,
la ciudad de México le brindaría más espacios vitales
y seguramente el muchacho irreverente se habría acercado a la onda
dark o algo parecido, supone en entrevista el escritor, quien creó
a Gabriel Guía en 1961, cuando tenía 16 años, aunque
ya escribía desde los 11.
Este 2004, el próximo jueves 5 de agosto, La
tumba sumará 40 desde su publicación en Ediciones Mester,
que dirigía Juan José Arreola, quien la revisó junto
con el joven autor. Después fue publicada por Novaro-Grijalbo y
desde este año por Mondadori.
Ese día José Agustín recibirá
un homenaje en Monterrey por parte de la Universidad Autónoma de
Nuevo León y, el 29, el Instituto Nacional de Bellas Artes hará
lo propio en la ciudad de México.
Poco antes, el jueves 19 de agosto, el escritor cumplirá
60 años de vida, que celebrará en su casa, en Cuautla, el
sábado 21 con su familia y sus cuates, entre ellos Gerardo de la
Torre, ''casi mi hermano mayor".
Línea por línea
Pero
en 1964 un precoz José Agustín estaba a punto de vivir la
experiencia de una novela exitosa y polémica que, para su sorpresa,
le daría desde entonces un lugar destacado en las letras mexicanas.
''Cuando escribí La tumba tenía 16
años y estaba entusiasmado con la lectura de Lolita, de Vladimir
Nabokov. Y en un café, con un cuate, hicimos una apuesta a ver quién
podía escribir un cuento basado en una frase tomada de esa novela.
El no cumplió pero yo sí, y escribí el cuento Tedio
I, en el que aparece Gabriel Guía. Ya era La tumba.
''Estaba en un taller literario llamado Mariano Azuela
y leí mi cuento. Todos se aterrorizaron y me dijeron que era inmoral,
un escándalo. Pero ahí estaba Gerardo de la Torre y me dijo:
'no les hagas caso, están mal de la cabeza y tu texto está
muy bueno, de hecho, hay un personaje muy padre, por qué no te escribes
otro cuento con él'.
''Y me escribí Tedio II. Lo leí y
pasó lo mismo. Y Gerardo me volvió a decir: 'pues échate
otro, a lo mejor te haces un libro de cuentos sobre ese personaje'. Entonces
empecé el tercero, pero se comenzó a alargar.
''Como a las 70 páginas me di cuenta que Tedio
II encajaba ahí a la perfección. Lo intercalé,
seguí escribiendo y advertí que la novela terminaba con Tedio
I, que era el de los clics clics, el del líquido en la cabeza."
De pronto, José Agustín ya tenía
su primera novela. ''Me la eché como de enero a mayo del 61. Y se
la llevé a Arreola, quien decidió publicarla. Pero antes,
en sesiones especiales, los miércoles a las 12 del día, me
citaba para trabajarla, línea por línea y coma por coma.
Fue una maravilla de maravillas. Después me fui a Cuba a las campañas
de alfabetización. Cuando regresé entré al taller
de Arreola".
Una novela de escándalo
José Agustín recuerda el revuelo que provocó
la publicación de La tumba.
''La novela causó un escándalo porque vino
precedida por juicios muy importantes. Uno de Juan Rulfo, quien abría:
' ''Esta es una de las novelas que abolirán el
pasado, La tumba es un libro extraordinario."
Francisco Zendejas lo comparó con James Joyce y
Salvador Novo publicó una nota ''absolutamente sensacional". También
escribieron en favor Vicente Leñero, Gustavo Sáinz y otros.
''Nunca ningún libro había sido presentado
así. Se generó mucha discusión sobre si la novela
primeriza de un autor de 16 años merecía esos elogios. Y
entonces muchos me comenzaron a ver como un fenómeno mercadotécnico,
como si hubiera alguien detrás de mí tratando de crear al
Francoise Sagan mexicano y sacar dinero.
''La novela se vendió muchísimo, fue un
éxito inusitado de ventas de Novaro. Y también hubo respuestas
del público, que mandó cartas a las revistas diciendo que
yo no era inmoral, sino idiota.
''Otros se quejaban de que yo estaba pervirtiendo las
pobres mentes juveniles. Unos más me veían como un reflejo
del horror de los nuevos jóvenes: la vaciedad, la ausencia de principios,
de metas. Era la época más fuerte de la brecha generacional."
Y resume: ''Mi caso es muy atípico en la literatura
mexicana. Tras la publicación de De perfil y de mi autobiografía,
a los 21 años, ya podía escoger editoriales, no tenía
que corretear a nadie. Una serie de maravillas inesperadas."
El existencialismo y los beat
-¿Qué te dice Gabriel Guía a 40 años
de distancia?
-Me deja ver las dificultades del principio. Me doy cuenta
que la novela era muy primeriza, que está bastante desnuda y que
se hubiera podido enriquecer literariamente mucho más. Pero, claro,
a esa edad yo no lo podía hacer y Arreola tuvo la decencia de no
tratar de meterse con nada de eso.
''Emmanuel Carballo decía que era una novela tan
ingenua como pedante, y me parece que tenía razón. Pero también
desde un principio advertí que La tumba poseía un
poder especial que no la hacía una novela primeriza común
y corriente. Y a eso le atribuyo su sobrevivencia: creo que narra bien,
o los hace sentir, los trasfondos del proceso tan oscuro del crecimiento,
del paso de iniciación hacia la primera juventud."
-A Gabriel Guía no le gustaba la sociedad urbana
de aquella época, le fastidiaba, le aburría, ¿qué
opinaría sobre la sociedad presente?
-El se quejaba de la falta de espacios, de la naquería
circundante, del analfabetismo funcional. Hoy todo eso le seguiría
pareciendo terrible, pero le aumentaría muchísimos más
problemas que existen ahora. Hoy él se movería mucho mejor
en el ambiente de antros, cotorreos y oportunidades literarias que hay.
''Sin embargo, si para él la sociedad de hace 40
años era opresiva, en la actualidad la sentiría aún
más, cuando estamos a punto de resbalar al fascismo. En el fondo
el de Gabriel y el de la novela es un espíritu muy existencialista.
Y el existencialismo y los beat tienen muchos puntos de contacto.
Gabriel Guía sería ahora como un beat de la nueva
época."
-¿Cómo ve el José Agustín
adulto al José Agustín de la adolescencia?
-Bueno, pues yo me perdono mucho, ¿no? -responde
y ríe a carcajadas-. Nunca me he ido a echar un clavado al diván
del sicoanalista.
''Tuve muchos momentos de genuina felicidad y logré
avanzar muy rápido en muchos sentidos: escribí, publiqué
y obtuve reconocimiento muy rápido. Me casé muy jovencito,
a los 16 años, para ir Cuba, y luego a los 19. Ya tengo 41 años
de casado con Margarita.
''He tenido una suerte loca. A veces el sistema me ha
detenido muy fuerte, me han parado muchos proyectos, me metieron a la cárcel
(en 1970). Pero no me quejo para nada, ni de aquella época ni de
ésta, salvo los achaques de la edad.
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