México D.F. Jueves 29 de julio de 2004
Dividiría los bienes comunales, advierten los del organismo
Agricultores chiapanecos proponen disolver la agrupación Casa del Pueblo
ANGELES MARISCAL CORRESPONSAL
Tuxtla Gutierrez, Chis., 28 de julio. Agricultores del municipio de Venustiano Carranza, miembros activos y expulsados de la Casa del Pueblo, propusieron disolver dicha agrupación y formar una nueva que unifique a los grupos del organismo, que por años han estado confrontados, incluidos los acusados de ser "paramilitares".
Al respecto, el presidente suplente de la Casa del Pueblo, Manuel Vázquez Mendoza, acusó a quienes promueven esa postura de ser un grupo de choque, intentar dividir los bienes comunales y servir a intereses del gobierno estatal.
Según Vázquez Mendoza, la Unión Campesina Totikes -compuesta por expulsados y miembros en activo de la Casa del Pueblo- ha propuesto formar un nuevo organismo, lo que de facto significaría la desaparición de los bienes comunales de Venustiano Carranza, una de las instituciones indígenas más fuertes y críticas que existen en la entidad.
Añadió que esa nueva agrupación se conformaría con miembros de la Casa del Pueblo y de asociaciones constituidas por expulsados del organismo durante los últimos 30 años por violar las reglas de convivencia impuestas por la asamblea de bienes comunales.
Entre otras organizaciones disidentes de la Casa del Pueblo figuran la Alianza San Bartolomé de los Llanos, a la que Vázquez Mendoza acusó de ser un grupo paramilitar.
"Estamos de acuerdo en aceptar a los campesinos de Carranza que no tienen tierra para trabajar, pero no desaparecer la Casa del Pueblo. Ese es el coraje de la gente, que nos quieran confrontar más, que nos quieran buscar un nuevo nombre. Y quienes promueven eso son la gente que se ha juntado mucho con el gobierno", aseguró el dirigente campesino.
Añadió que de 1974 a la fecha, la Casa del Pueblo ha luchado contra los intentos de autoridades y terratenientes de la región, quienes "en el fondo lo que pretenden es impulsar la división de los bienes comunales para convertirlos en propiedades particulares, con la intención de ir comprando o apoderándose de la tierra e imponer sus políticas de desarrollo. "Eso sería un duro golpe, pues nuestra lucha por mantenernos unidos y en poder de nuestra tierra nos ha valido 35 comuneros muertos y tres desaparecidos, como para que ahora nos quieran desaparecer", dijo el indígena.
Los Totikes negaron ser un grupo de choque a las órdenes del gobierno de Chiapas. "No compartimos la política de enfrentarse entre campesinos para resolver los problemas de la comunidad."
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