México D.F. Miércoles 28 de julio de 2004
El Abulón Hernández y El biólogo Hernández, autores de El brillo del diamante
Recogen en un libro la filigrana y la pasión por el rey de los deportes
Con esa obra la editorial independiente Ficticia inaugura una nueva colección
FERNANDO CAMACHO Y JORGE RICARDO
La editorial mexicana Ficticia presenta hoy El brillo del diamante, libro con el cual inaugura una nueva colección cuyo tema predominante es el beisbol.
En La Embajada Jarocha (Zacatecas 138, colonia Roma) a las 20 horas Gerardo de la Torre, José Woldenberg, Leo Mendoza y Pedro Armendáriz analizarán la obra de Ramón El Abulón Hernández y Jorge El Biólogo Hernández, los autores.
Desde su título, El brillo del diamante, esta obra incita la misma asociación de imágenes que suelen poblar la mente de los amantes del beisbol en el transcurso de un partido o con la mera evocación de una jugada o del campo mismo de batalla.
Exito de página literaria en Internet
Ramón El Abulón Hernández y Jorge El Biólogo Hernández escribieron al alimón esa libro y recogen la filigrana, la fantasía, el anecdotario, pero sobre todo la pasión que anima al rey de los deportes.
El Abulón Hernández es reconocido por sus glorias beisbolísticas y también por haber fundado la Anabe, esa asociación de beisbolistas independientes que se opuso a los contratos leoninos y al manejo gangsteril que impera en ese negocio, que es como ven algunos lo que las mayorías disfrutan como la pelota caliente.
A casi cinco años de su surgimiento, la página literaria Ficticia podría quejarse de cualquier cosa, menos de no tener éxito: recibe unas cien mil visitas mensuales, tiene un auténtico ejército de seguidores en varios países de habla hispana y ha impulsado la creación de casi 20 libros inéditos de cuento.
Ciudad de cuentos e historias, www.ficticia.com tiene un hotel, iglesia, playas, bar, cementerio, teatro, zoológico y hasta una botica, entre otras zonas.
El navegante accede a una parte de la red que le permite leer y comentar cuentos breves relacionados con cada región, a la vez que ingresar los propios.
Recupera terreno el cuento
En entrevista con La Jornada, el fundador de Ficticia, Marcial Fernández, junto con los también escritores Leo Mendoza y Flavio González Mello, habla de sus experiencias con la ciudad virtual, y con la biblioteca de cuento Anís del mono, un sello que busca convertirse en el especialista de un género descuidado por las grandes editoriales.
El concepto original de ambos proyectos, el cibernético y el de papel, comenzó siendo muy modesto.
''Al principio la idea era darle espacio a cuentistas de nuestra generación, como en un gran taller, y después tuvieron cabida autores jóvenes, autores extranjeros, o ya importantes."
Y es que a final de cuentas, la casa vitivinícola Osborne -prácticamente su único patrocinador- estaba apostando ''por un grupo amplio de la literatura hispanoamericana".
Flavio y Leo consideran que el éxito de la página web y la biblioteca se debe a que han logrado recuperar el terreno que el cuento ha perdido con el escaso número de suplementos y revistas especializadas, y el desinterés de las editoriales.
Pero el problema sigue siendo la distribución en librerías y la hegemonía que ejerce la novela sobre el relato y la poesía. Los géneros ''no se miden con la misma cuchara y es más fácil que se publique una novela mala que un libro de cuentos", señalan.
Aun así, los ficticianos han explorado otras manifestaciones literarias con una colección de relatos taurinos y de futbol, así como libros de arquitectura y ciencia, (uno de ellos preseleccionado por la Secretaría de Educación Pública) lo que les permite financiar las actividades de la editorial y la página de Internet.
Con la soltura de quien dirige un proyecto que no tiene nada que perder, Marcial Fernández afirma que el equipo sigue publicando por gusto y por necesidad de ''cambiar las cosas culturalmente. No competimos con otras editoriales pequeñas, en un momento dado hasta buscamos una alianza para hacer un contrapeso a los monopolios extranjeros".
Mientras tanto, Ficticia prosigue con su tarea de formar gustadores de literatura y consolidarse como un punto de referencia para la cuentística mexicana, con largo aliento, ''hasta que el dinero alcance".
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