México D.F. Miércoles 28 de julio de 2004
Se manifiestan en apoyo de Cheney y Halliburton
Billonarios por Bush defienden al presidente "que compramos"
JIM CASON Y DAVID BROOKS ENVIADOS
Boston, 27 de julio. Cincuenta billonarios vestidos
de smoking y con trajes de baile arribaron a Boston en un yate, y caminaron
al edificio de las oficinas del Partido Republicano para manifestar su
apoyo al presidente George W. Bush en la próxima elección.
"Somos
los ricos que quieren asegurar que el presidente que compramos se quede
en la Casa Blanca", declaró el conde Ma-moni a La Jornada,
justo enfrente de la oficina del Partido Republicano en Boston. "El senador
John Kerry es una amenaza. Escuchamos que tiene ideas sobre los pobres,
sobre las impuestos... ¡eso no puede ser!"
Masticando un puro, con sombrero y tra-je, Mamoni añadió:
"aquellos de nosotros que nacimos con riqueza y privilegios debemos continuar
como dueños de este país".
Coreando "Cheney es inocente" y "Ma-nos fuera de Halliburton",
los billonarios se pasearon, más que marcharon, por la calle a casi
dos cuadras del Fleet Center, donde se realiza la convención demócrata.
Phil D. Masiadorico, otro participante, explicó
que han lanzado un nuevo movimiento para defender a Dick Cheney y Halliburton.
"Estamos enfurecidos de que el Pentágono haya cedido e iniciado
una auditoría de Halliburton".
Los billonarios realizarán una gira por los estados
claves durante este mes para asegurarse que Bush permanezca en la Casa
Blanca otros cuatro años.
"El presidente Bush ha otorgado 1.1 billones de dólares
en recortes de impuestos al uno por ciento más rico del país",
señaló Millo Naria, una de las participantes en la gira Súbete
a la limosina. "Todos somos ganadores bajo este gobierno. Sólo
que unos mucho más que otros".
Prioridad, sacar a republicanos de la Casa Blanca, afirma el influyente líder sindical
Si gana Kerry, posible retroceso en lucha por reformar el Partido Demócrata: Andy Stern
JIM CASON Y DAVID BROOKS ENVIADOS
Boston, 27 de julio. El líder del sindicato más grande y progresista de este país advirtió hoy que un triunfo del candidato demócrata John Kerry en las elecciones presidenciales podría ser un retroceso en la lucha para reformar el Partido Demócrata y los sindicatos, expresando así un dilema de muchos de los participantes liberales y progresistas en la Convención Nacional Demócrata.
Andy Stern, líder del Sindicato de Em-pleados de Servicios (SEIU, por sus siglas en inglés), aclaró de inmediato que desea que Kerry gane la elección, y que su organización ha invertido más de 60 millones de dólares para lograr ese objetivo.
El SEIU, como toda fuerza social liberal, sabe que la prioridad es sacar a George W. Bush de la Casa Blanca, y la unidad entre diversas bases dentro y fuera del Partido Demócrata se consolida en torno a eso.
Pero más allá de este punto de unidad, muchos critican a Kerry por su renuencia a declarar un retiro de tropas de Irak en un futuro inmediato, por su posición en favor del "libre comercio" o por su cercanía a las grandes empresas, y algunas de sus posiciones tibias en torno al medio ambiente, inmigración y medicina social.
Desde la izquierda, Stern y muchos más buscan presionar al Partido Demócrata so-bre diversos puntos, como los derechos laborales y sindicales, las mujeres, la guerra en Irak y el libre comercio.
En la convención los delegados del precandidato presidencial progresista Dennis Kucinich hablan incluso de rehusarse a brindar su apoyo a Kerry como candidato presidencial, en protesta porque el senador no exige el fin de la guerra en Irak.
Otros participantes difunden propaganda dentro de la convención contra ese conflicto, entre ellos activistas como Medea Benjamin, de Código Rosa, grupo de mujeres vestidas de color rosa.
Pero cuando Vincent Lavery, delegado de California, trató de entrar donde se realiza la convención con una pancarta en la que se leía "No a la guerra", funcionarios del partido se la quitaron y le dieron a cambio una que manifestaba apoyo a Kerry.
"Qué ridículo, es como si fuéramos robots, nos dan pancartas para ondearlas cuando nos ordenen. Esta convención está muy controlada", se quejó.
Es así: todo está controlado para mostrar una imagen de unidad y entusiasmo, y evitar cualquier síntoma de desacuerdo o disidencia. Y pocos se quejan, ya que todo está justificado con el aparente consenso de que se necesita hacer todo lo necesario para de-rrotar a Bush, incluyendo pretender unidad con el candidato demócrata.
Organizaciones liberales y progresistas están realizando diversos foros y seminarios paralelos a la convención en esta ciudad con la intención de presionar al partido sobre todos los temas en disputa.
Algunos activistas realizaron pequeñas manifestaciones contra la guerra o participaron en foros con una diversidad de grupos progresistas.
Figuras del ala progresista demócrata, como el ex precandidato presidencial Ho-ward Dean y el director Michael Moore, pronunciaron discursos al inaugurar un foro donde participaran varios representantes del abanico de líderes y organizaciones li-berales del partido.
Todo con la intención de resolver el dilema de cómo promover las diversas demandas del movimiento progresista estadunidense frente a un candidato cauteloso y centrista sin minar o dañar sus posibilidades de ganar a Bush en noviembre.
Preguntado sobre este problema, el reverendo Jesse Jackson respondió a La Jornada : "los progresistas están haciendo un cálculo básico de que el primer punto de la agenda debe ser derrotar la junta derechista de Bush y Cheney. Necesitamos construir una amplia tienda de campaña que abarque a todo el partido, y una vez que hayamos to-mado el poder con él, entonces lucharemos para ampliar esa tienda para abordar nuestra agenda más grande".
Queda claro que la política radical de Bush ha unificado al Partido Demócrata y sus simpatizantes de manera no vista desde hace 12 años. Desde figuras como Tom Hayden, uno de los famosos dirigentes del movimiento contra la guerra de Vietnam, a los nuevos y jóvenes activistas en las calles, la abrumadora mayoría cree que la prioridad es derrotar a Bush.
Pero como advirtió el líder sindical Stern, el problema es cómo a la vez que se derrota a Bush se construye un movimiento progresista más amplio que no se limite só-lo a las exigencias electoreras de Kerry.
En entrevista con el Washington Post, Stern afirmó que tanto el partido como el movimiento sindical nacional "están en crisis profunda", carentes de nuevas ideas y trabajando dentro de estructuras arcaicas.
Existe, afirmó, un movimiento para re-formar el partido y los sindicatos, pero fue en este contexto que advirtió que la elección de Kerry podría asfixiar este esfuerzo. "No sé si podrá sobrevivir a un presidente demócrata", declaró Stern. "Es un partido hueco... Si Kerry gana podría ser doloroso".
La entrevista, publicada hoy en primera plana del Post, provocó olas de preocupación en la convención, y esta tarde Stern debió reiterar: "estoy personalmente comprometido en enviar a John Kerry a la Casa Blanca, porque él siempre ha luchado por las familias de los trabajadores".
Pero el dilema es de doble filo, y no sólo afecta a las filas progresistas, sino a la cú-pula del partido. Hoy nadie puede disputar que la parte más dinámica es su ala progresista, la que respondió y se consolidó en torno a la candidatura de Howard Dean durante la elección primaria, y novedosas agrupaciones como MoveOn.org.
No es por nada que a Dean le fue otorgado hoy un lugar privilegiado en la lista de oradores, justo a las 21 horas, el inicio de la parte más importante del programa.
Kerry y sus estrategas saben que estos sectores no tienen otra alternativa que votar por ellos en la convención, pero entienden que su triunfo también dependerá de qué tanto se movilizarán estas bases para promover el voto de millones de activistas en noviembre próximo. El baile entre estas fuerzas acabará en celebración o luto de ambos en unos cien días.
Ningún cambio de gobierno ha sido más
urgente que este, sostiene Edward Kennedy
Posible, proteger la seguridad de EU sin sacrificar
libertades: esposa de Kerry
Los verdaderos patriotas son los que se atreven a decir
la verdad ante el poder, señala Teresa Heinz
Toman el podio de la Convención en Boston patriarcas
y nuevas estrellas del Partido Demócrata
JIM CASON Y DAVID BROOKS ENVIADOS
Boston, 27 de julio. Teresa Heinz Kerry hizo hoy
su debut formal como actriz principal en el escenario político nacional,
donde se presentó como inmigrante, al culminar un día en
el que el Partido Demócrata ofreció el podio a sus nuevas
estrellas y a sus patriarcas famosos.
Heinz Kerry fue el acto principal, a pesar de ser novata
entre veteranos famosos del partido, como Edward Kennedy, Richard Gephardt
y el líder de la minoría demócrata del Senado, Tom
Daschle, quienes tuvieron su momento ante los reflectores en este festival
coreografiado hasta el último detalle.
Al
tomar el micrófono, Heinz Kerry advirtió esta noche que ya
no debería ser sorpresa que "tengo algo que decir". Y es que en
los últimos meses, Heinz Kerry ha obtenido nueva fama por sus comentarios
sorprendentemente francos al navegar un mar político donde casi
toda declaración es premeditada para evitar cualquier espontaneidad.
De hecho, la grilla se ha enfocado en las últimas 24 horas
en cómo Heinz le dijo a un columnista conservador que se fuera por
un tubo ("shove it").
Pero sorprendió más esta noche cuando se
identificó como inmigrante y que haya invitado a los inmigrantes
del país -en los cinco idiomas que domina- a participar en el debate
político. "Esta noche me gustaría hablarles desde mi corazón.
Y a todos los hispanos, los latinos (dicho con un perfecto castellano);
a touts les americains francais et canadiens; a tutti italiani; a
toda la familia portuguesa y brazileña; a toda mi familia africana
continental que vive en este país, y a todos los estadunidenses
nuevos; los invito a sumarse a nuestra conversación, y junto con
nosotros, trabajar hacia el propósito más noble de todos:
una sociedad libre, buena y democrática".
Hoy, Heinz, viuda de uno de los herederos del imperio
empresarial de la salsa catsup (heredó una fortuna de 500 millones
de dólares), el ex senador John Heinz, y esposa de John Kerry desde
hace nueve años, declaró que "con John Kerry como presidente,
podremos, y lo haremos, proteger la seguridad de nuestra nación
sin sacrificar nuestras libertades civiles".
Arrancó aplausos al declarar: "quiero reconocer
y honrar a las mujeres de este mundo, cuyas voces sabias han sido excluidas
y descontadas durante demasiado tiempo. Es hora que el mundo escuche las
voces de las mujeres; en pleno y por fin". La reacción de las demócratas
fue explosiva cuando Teresa Heinz reinvindicó "mi derecho a dar
mi opinión, de hacerme oir, ser lo que algunos califican de necia;
es un derecho que defiendo profundamente".
Afirmó que "en Estados Unidos, los verdaderos patriotas
son los que se atreven expresar la verdad ante el poder".
A veces, Kerry afirma que su esposa es su "inmigrante
favorita". Ella fue hija de una privilegiada familia colonialista portuguesa
en Mozambique. Y, con cierta ironía, algunos dicen que si gana Kerry,
será la primera primera dama afroamericana. También sería
la primera primera dama inmigrante. Fue republicana, como su primer marido,
hasta 2002, cuando cambió de partido al señalar que el suyo
se había derechizado demasiado.
Pero han sido sus comentarios espontáneos y directos
los que han fascinado a periodistas y simpatizantes. Y sus declaraciones
han sido cada vez más sustanciales y agresivas contra el gobierno
de George W. Bush. Recientemente comentó que las políticas
de Bush deberían de inspirar el mismo tipo de manifestaciones y
protestas masivas como las que surgieron contra el sistema de apartheid
en Sudáfrica, en las que ella participó en los años
50, cuando era estudiante universitaria en Johannesburgo. Y esta noche
lo reiteró.
Durante un mitin en Iowa la semana pasada, ofreció
un discurso donde señaló que hay mucho que está mal
con las políticas del gobierno actual, pero tal vez lo peor es "la
falta de dignidad y respeto, el monto de cinismo y falsedades perpetrados
contra el pueblo estadunidense. Eso no es americano".
Entre otros ejemplos de sus comentarios recientes, citados
por el Boston Globe, Heinz Kerry declaró: "Tengo que decir
que John Edwards es muy bello. Y mi marido es muy inteligente", cuando
Kerry dio a conocer a Edwards como su compañero de fórmula.
Además ha defendido un mayor papel y presencia de las mujeres en
el ámbito político.
Hay un intenso debate entre analistas y estrategas demócratas
sobre el efecto que tendrá Teresa Heinz Kerry en la campaña
electoral, y si su estilo y comentarios provocadores enajenarán
a ciertos sectores electorales. Algunos expertos la consideran antítesis
de Laura Bush, y su actuación esta noche fue un primer paso en proyectar
su imagen como nueva figura en este escenario.
La cuna de los Kennedy
Pero esta noche también estaba dedicada a uno de
los patriarcas del partido, el senador Edward Kennedy y su familia. Boston
es la capital de la familia Kennedy, tal vez la familia política
más famosa del país. Aquí nació y se construyó
la dinastía cuyo mito prevalece en el territorio.
En Boston, hay carreteras, instituciones académicas,
bibliotecas y más nombradas en honor de John F. Kennedy. Y el poder
de ese símbolo se intenta trasladar ahora al hombre que comparte
las mismas siglas, John F. Kerry, otro hijo de Boston.
Kennedy elogió a su compañero en el Senado,
donde ambos representan al estado de Massachussets, como "un héroe
de guerra que entiende que la fuerza de Estados Unidos proviene de varias
fuentes, especialmente el poder de las ideas".
Insisitió en que "estamos determinados en cambiar
nuestro gobierno", y que de todas las elecciones que ha atestiguado, "no
hubo ninguna más urgente o más importante que esta. Nunca
antes he visto un contraste tan agudo o consecuencias tan graves como en
la opción que haremos por presidente en 2004".
Kennedy no sorprendió al ofrecer una feroz crítica
de las políticas de Bush en todos los rubros, acusándolo
de sembrar el miedo. Lo único "que debemos temer son cuatro años
más de George W. Bush", concluyó.
Es casi seguro que Barack Obama será el próximo
senador demócrata de Illinois, estado clave en el mapa electoral
presidencial, y así será el primer hombre negro en el Senado
en más de 100 años. Y es sin duda una de las nuevas estrellas
del partido, dinámico y, resulta, progresista. Además, es
hijo de un inmigrante africano de Kenya y nieto de lo que él dice
un sirviente. Su madre era originaria de Kansas, hija de trabajadores petroleros
y jornaleros.
Desde el podio, pidió con gran oratoria, rescatar
el ideal de Estados Unidos, de la igualdad de oportunidad, y la responsabilidad
compartida de esta sociedad para todos sus integrantes. "Al fin, de esto
se trata esta elección. ¿Participamos en una política
de cinismo o una política de esperanza?", preguntó, señalando
que se debe "reclamar la promesa de este este país, y salir de esta
larga oscuridad política para que nazca un día más
brillante".
Un Reagan entre los demócratas
Ron Reagan, hijo del recién sepultado ex presidente
Ronald Reagan, ícono de los republicanos, subió al podio
de esta Convención, supuestamente para promover el tema de la investigación
sobre el mal de Parkinsons, pero también como una mentada contra
el gobierno de Bush y para el deleite de las filas demócratas.
Aunque insistió en que su presencia no era partidaria,
todos saben que declaró su oposición a Bush al acusarlo de
atentar contra las libertades civiles y por la guerra contra Irak, entre
otros temas.
Luchas históricas
Esta noche también fue dedicada a la historia del
pueblo africanoestadunidense en esta Convención e incluyó
recuerdos de la lucha por la libertad, igualdad y dignidad del pueblo negro
-una de las bases más fieles del partido. Líderes negros,
religiosos y figuras culturales como la gran poeta Maya Angelou y los actores
Ossie Davis y Ruby Dee brindaron un tributo a los que lucharon en la gran,
y aún inconclusa, lucha contra la discriminación y racismo
en este país.
Nuevo himno, canciones y fiestas
El nuevo himno de la campaña es Johnny B. Goode,
la vieja canción de los primeros años del rock and roll,
que también se traduce como "Johnny, hazlo bien", que funciona dado
que los dos compañeros de fórmula comparten el nombre de
John y que es incesantemente escuchada en esta arena. También hubo
bailes y canciones por grupos de jóvenes, gospel, y para los nostálgicos
de la generación de Kerry, grupos de los 60 como Peter, Paul y Mary.
La obra de teatro cerró su segundo acto. Faltan
dos más para llegar a la culminación el jueves, con la formalización
de la nominación de JFK como candidato presidencial del Partido
Demócrata.
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