México D.F. Miércoles 28 de julio de 2004
En fiesta por aniversario del asalto al cuartel
Moncada, sólo 4 funcionarios mexicanos
No hay rencor de Cuba por la crisis diplomática
con México: Jorge Bolaños
GEORGINA SALDIERNA Y BLANCHE PETRICH
La
tradicional fiesta nacional cubana, que siempre se celebró con una
asistencia multitudinaria en la embajada de Cuba en México, volvió
a realizarse anoche, pese a todos los pronósticos que auguraban
su cancelación.
Por el enfriamiento de las relaciones diplomáticas
entre México y Cuba no se tenía previsto efectuar el festejo
que anualmente se hace para recordar el asalto al cuartel Moncada. Pero
tras los acuerdos alcanzados el pasado 18 de julio, que permitieron la
reinstalación de los embajadores Jorge Bolaños y Roberta
Lajous, las autoridades de la isla decidieron a última hora organizar
una fiesta, en la que de nueva cuenta se reunió una pléyade
de políticos de todos los signos, luchadores sociales, actores,
intelectuales, mexicanos que apoyan la revolución cubana y miembros
de la comunidad de ese país en México.
Entre música y mojitos, el embajador de Cuba, Jorge
Bolaños, dijo que no hay ningún rencor por la reciente crisis
diplomática, y destacó que va a trabajar en el fortalecimiento
de la relación bilateral.
El gobierno mexicano también ha manifestado su
intención de mejorar el vínculo bilateral mediante un diálogo
franco y directo; sin embargo, sólo cuatro funcionarios de la administración
foxista estuvieron presentes: Lourdes Diepk, subsecretaria de Relaciones
Exteriores; Ricardo García Cervantes, subsecretario de Gobernación;
Sara Bermúdez, titular del Consejo Nacional para la Cultura y las
Artes, y Rubén Aguilar, vocero de la Presidencia. Esta participación
contrastó con la del año 2000, cuando Vicente Fox y Jorge
Castañeda asistieron a la celebración.
Entre los invitados a la reunión destacó
la presencia del líder perredista Cuauhtémoc Cárdenas,
su hijo Lázaro Cárdenas y varios integrantes del PRD, entre
ellos Mario Saucedo, Armando Quintero, Marco Rascón y Jesús
Ortega.
Por el PRI llegaron la senadora Dulce María Sauri
y el diputado Manlio Fabio Beltrones, quien no se salvó de los reclamos
por la iniciativa que presentó para modificar el régimen
de pensiones y jubilaciones del Instituto Mexicano del Seguro Social. Un
antiguo integrante del sindicato de trabajadores del IMSS, Ramón
Flores, aprovechó la presencia de éste para decirle que le
estaba haciendo el juego sucio a los panistas.
Otro personaje que causó polémica fue Mario
Moya Palencia, quien fue embajador de México en Cuba y sólo
permaneció unos cuantos minutos en la reunión.
Por parte del PAN hubo pocos asistentes. Sólo se
vio al senador Felipe de Jesús Vicencio y a la diputada Margarita
Zavala.
Entre los intelectuales sobresalió la asistencia
de Luis Villoro y Adolfo Sánchez Vázquez, mientras que por
los defensores de derechos humanos estuvieron Oscar González, Pablo
Romo y Eréndira Cruz.
En medio de la estruendosa música, los políticos
mexicanos coincidieron en manifestar su beneplácito por la reinstalación
de los embajadores y la "normalización de la relación bilateral";
entre ellos, el ex embajador Ricardo Pascoe, quien puntualizó que
la sociedad mexicana merece una explicación sobre cuáles
fueron la razones del enfriamiento de las relaciones y de la reanudación
del vínculo entre ambos países.
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