México D.F. Miércoles 28 de julio de 2004
Al continuo deterioro de instalaciones se suma
el aumento del número de consultas
El personal médico del IMSS, sujeto a pésimas
condiciones de trabajo
En el hospital La Raza hay carencia hasta del más
elemental material quirúrgico
ANGELES CRUZ
"Nunca
se ha pensado en las necesidades de los servicios médicos" ni tampoco
"nos han preguntado qué necesitamos para hacer mejor nuestro trabajo".
Por eso estar en el IMSS dejó de ser "la gran aspiración"
de los médicos. Hoy es una chamba en la que todos los días
"vemos el deterioro de los edificios y la carencia de recursos", afirman
especialistas del Centro Médico Nacional La Raza del Instituto Mexicano
del Seguro Social (IMSS).
Tradicionalmente alejados de los problemas administrativos
o políticos de la institución, los médicos afirman
que la crisis viene de mucho tiempo atrás, pero "ya está
llegando a su límite". En hospitales como La Raza, dicen, no tiene
ningún eco el discurso oficial que sostiene que se está acabando
con la corrupción y mejorando la calidad.
Para los especialistas de diversas ramas de la medicina,
el servicio que otorgan las clínicas y hospitales del Seguro Social
"no puede ser de calidad", porque nunca se subsanaron las añejas
deficiencias, mismas que se han ido acumulando junto con el aumento de
la demanda. Las suspensiones de cirugías, por ejemplo, tienen su
origen en múltiples razones: la falta de materiales, de equipo o
incluso de personal médico o de apoyo.
Uno de los médicos entrevistados por La Jornada
comentó que en los 23 años que tiene de antigüedad en
el IMSS sus experiencias son de todo tipo y recuerda: "un día iba
a operar a un señor que estaba en una cama del séptimo piso
y el quirófano estaba en el tercer nivel. No lo pude hacer porque
no había un camillero que trasladara al paciente".
Otro más relata las carencias en los quirófanos,
que aunque persistentes "se pueden salvar de alguna manera". Aun así,
apunta: "¿le parece normal que al entrar a la sala de operaciones
la enfermera me pregunte si llevo mi sutura?", y enseguida se contesta:
"¿de dónde se supone que la voy a tomar, de mi casa o las
voy a comprar?" Situaciones como ésta se repiten todos los días,
subraya el especialista en gastroenterología.
En la consulta externa, manifiesta otro profesional de
la salud, "lo más común es que a un mismo paciente lo vea
dos veces en el mismo día, y no por sus dolencias, sino porque el
medicamento que le prescribí en la primera ocasión no lo
hay en la farmacia y le tengo que cambiar la receta".
Aquí "el espíritu de servicio se ve rebasado
por las carencias", indican, y al mismo tiempo aseguran que hasta ahora
han logrado evitar daños a la salud de los enfermos: "Utilizamos
los recursos que tenemos. Sabemos que no ofrecemos lo mejor al paciente,
pero solucionamos el problema".
Mencionan, en particular, el caso del instrumental quirúrgico.
En la cirugía privada se utiliza un electrocauterio y un bisturí
eléctrico para un paciente y se desecha. "Muchos médicos
nos traemos al IMSS ese material, lo esterilizamos y lo usamos hasta que
se acaba". Así es como se cubren algunas carencias.
Los entrevistados admiten que entre el personal médico
del Seguro Social priva "un gran desaliento" por la excesiva carga de trabajo
y por la incomprensión de las autoridades. No se ocupan, "nunca
lo han hecho", de nuestras necesidades y ahora resulta que por causa de
la pretendida reforma al régimen de jubilaciones y pensiones (RJP)
"se nos culpa de la crisis financiera" del instituto.
La campaña, vigente desde hace varios meses, en
la que se habla del dispendio económico que implica el pago del
sistema de retiro, "no toma en cuenta que nuestros salarios son raquíticos
y que, igual que todos, también tenemos una familia que mantener
y una renta que pagar, y que lo único que tenemos seguro es el derecho
a una pensión digna".
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