Dejó inconclusos varios trabajos, una ópera entre ellos

Rinde homenaje el gremio de músicos a Leonardo Velázquez

ERICKA MONTAÑO GARFIAS

Una ópera con textos del poeta Roberto López Moreno se encuentra entre los proyectos que dejó inconclusos el compositor Leonardo Velázquez tras fallecer el martes en Cuba, confirmó su hijo Gabriel, sin dar más detalles.

Los restos del músico oaxaqueño, nacido en 1935, llegaron el viernes a México procedentes del país caribeño, donde se suscitó su repentina muerte a consecuencia de un ataque masivo al miocardio y no ahogado, como aseguraban los primeros reportes, los cuales fueron recogidos en estas páginas.

Al mediodía de ayer se le rindió un homenaje en la sede de la Sociedad de Autores y Compositores de México, donde se interpretaron algunas de sus obras como Variaciones, para percusión; Siete micropiezas, para piano, Tres poemas breves, para coros, con textos de Antonio Machado; Variaciones, para clarinete y piano; Abalorios, para cuarteto de cuerdas, y Trío, su más reciente estrenó.

Velázquez, cuyos restos fueron inhumados este sábado en el Panteón Jardín, es considerado uno de los compositores mexicanos más importantes del siglo XX. Realizó sus estudios formales musicales en la ciudad de México.

En 1949 ingresó al Conservatorio Nacional de Música donde fue alumno de compositores como Blas Galindo, Rodolfo Halffter y Agustín Montiel. Estudió además en el Conservatorio de Los Angeles, en California y fue director de orquestas y coros.

Compuso alrededor de 40 partituras originales para películas de directores como Felipe Cazals, Giovanni Corporal, Alfonso Arau, Alfredo Joskowicz, Marcela Fernández Violante, Julián Pastor, Arturo Ripstein y Gonzalo Martínez, entre las cuales se encuentran el Brazo Fuerte, El jardín de los cerezos, Estas ruinas que ves, El vuelo de la cigüeña, El tres de Copas, Morir de madrugada, Calzonzin inspector, Cananea, Nocturno amor, El hombre de la mandolina, El héroe desconocido, Rastreo de muerte, Bajo la metralla y Seducción.

Fue autor de las fanfarrias para las Olimpiadas de México en 1968 y en su obra también se cuentan piezas para percusiones, orquesta sinfónica y ballet, entre las que destacan Divertimento, Suite para orquesta, Cuauhtémoc y Dúo concertante para piano a cuatro manos.