México D.F. Domingo 25 de julio de 2004
La vate Clara Hilda Padilla da a conocer En
línea curva
''El poeta debe enunciar el mundo desde una perspectiva
honesta''
En Línea curva, el instante poético
fluye entre versos cortos, colecciones de imágenes, exhibición
de souvenirs adquiridos en los más distintos lugares, feminidad
y búsqueda del erotismo en el propio reflejo y en lo cotidiano,
entre finales estremecedores, modificación de la sintaxis y la sensación
de que, en efecto, el poeta es una "rata de la frontera".
Para
Clara Hilda Padilla, autora del libro, a inicios del siglo XXI la poesía
es más que nunca una necesidad, al poeta le corresponde enunciar
al mundo desde una perspectiva honesta, ser el "hilo de plata" que le otorgue
sentido desde un caleidoscopio. El descubrimiento del mundo a través
del lenguaje.
Sonorense, becaria del Fondo Estatal para la Cultura y
las Artes, ha escrito En un cráter de la luna (1993), Juegos
para el espejo (1994) y Se venden canarios rojos (1997). Con
la última beca publicó En línea curva, un poemario
editado por el CNCA y el Instituto de Cultura de ese estado; la obra incluye
ilustraciones de la pintora chilena Helga Krebs y fue presentado el jueves
en la casa Ramón López Velarde de esta capital.
Hay días en que la memoria/se nos humedece de
tanto aguacero, la palabra persistente de la poetisa surge desde la
frontera, lugar que se asemeja a un "caleidoscopio, luminoso en una parte,
oscura en otra", lo mejor y lo peor a un tiempo.
Hilda Padilla reconoce que ser poeta a "principios del
siglo XXI es lo más desfasado, pero estoy convencida de que la poesía
es ahora es más que nunca necesaria. Es un ejercicio de concentración,
una manera de concentrarnos y de armar pensamientos. La poesía es
una ventana por medio del lenguaje".
Para la poetisa escribir es una necesidad, "mi manera
de estar en el mundo, lo que yo sé hacer para estar en el mundo,
mi aportación hacia los demás, mi función específica".
De esta inicial carencia y de presentar "un buen material, una buena propuesta"
es que consigue lectores.
El poeta es un "disparador de emociones", está
"en el mundo con una percepción multidimensional y está ahí
evolucionando, cuestionado", con una función necesaria. Poetas como
ella, "somos ratas de la frontera, urbanos al cien por ciento, cruzadores
de fronteras", que miran la llegada de los procesos de transculturización,
y los programas de televisión en inglés.
El corazón estrujado en el wonder bra./ No-sexo
no no/ adiós al rock and roll/ Super Woman en calvin clein/ ...I
am a very HAPPY house wife. La evolución
de la escritura de Hilda Padilla se vierte en la conjugación del
idioma. "Las figuras se repiten: amor-desamor, amistad-abandono, cuestionamiento
constante de mí misma y de la sociedad en la que vivo", sostiene.
La poesía mantiene los mismos temas desde que existe:
el amor, la muerte y sus contrarios. "La sociedad griega es muy clara;
las preguntas de los filósofos del siglo V antes de Cristo son las
mismas que ahora se hacen los astrónomos de la NASA. Se han modificado
las maneras, la tecnología, pero las preocupaciones son la mismas".
Hilda Padilla se encuentra en búsqueda, a la manera
metódica de Descartes: "Para obtener una respuesta correcta se debe
hacer la pregunta correcta".
La línea recta es la única que tiene un
nombre, "de acuerdo a la geometría, todas las líneas son
curvas", pero cuando escribe "no me ha interesado la forma, sino lo que
el poema dice".
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