México D.F. Domingo 25 de julio de 2004
La obra interesó en Tokio porque ahí
hubo otro movimiento estudiantil
Circulará en japonés La noche de Tlatelolco,
de Elena Poniatowska
Yukari Hojo también espera traducir Fuerte
es el silencio y Hasta no verte Jesús mío
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
A finales de este año aparecerá en Japón
La noche de Tlatelolco, el libro de Elena Poniatowska sobre el movimiento
estudiantil de 1968 y la matanza en la Plaza de las Tres Culturas. La traducción
fue realizada por la académica japonesa Yukari Hojo y será
publicado por la editorial Fujiwara-shoten, una de las más respetadas
en aquel país en el ámbito de las ciencias sociales y humanas.
Yukari
Hojo entró en contacto con la obra de Poniatowska durante una estancia
en México como estudiante de El Colegio de México: ''No recuerdo
si fue alguna de mis maestras o una de mis amigas mexicanas influidas por
el feminismo. Cuando les comenté mi interés por el muralismo,
alguna de ellas me recomendó que leyera Querido Diego te abraza
Quiela para que viera cómo pueden ser los grandes artistas en
su vida privada. Son cartas estrujantes''.
A partir de entonces -cuenta la académica en entrevista
por correo electrónico-, los libros de la escritora mexicana "se
convirtieron en una lectura paralela a mis estudios de historia para conocer
México".
Ha publicado un ensayo y varios artículos sobre
ella en libros y revistas japoneses: "esperamos que La noche...
sólo sea el comienzo y que su obra se siga traduciendo. Además
de Fuerte es el silencio, me gustaría traducir Hasta no
verte Jesús mío o La piel del cielo''.
Además de la obra de Elena Poniatowska, Yukari
Hojo ha hecho traducciones para antologías de textos históricos
relacionados con México: pasajes del Popol Vuh, de la obra
de Clavijero, de Humboldt y de Morelos: "Con un colega traduje El conejo
en la cara de la luna, de mi admirado maestro Alfredo López
Austin".
-¿Por qué eligió La noche de Tlatelolco?
¿Cuál puede ser el interés de los lectores japoneses
en un libro que, si bien es de los más importantes en la bibliografía
de Poniatowska, se refiere a un tema de nuestra historia reciente?
-En realidad propuse Fuerte es el silencio, pues
me parece una introducción a diferentes problemáticas de
la sociedad mexicana. Fue la editorial la que insistió en comenzar
por el best-seller o su obra más popular. También
es cierto que les interesó porque en Japón hubo un movimiento
estudiantil en ese mismo año, que aunque no terminó en una
masacre como en el caso de México, derivó como allá
en que algunos grupos entre los jóvenes optaran por la vía
de la violencia.
-En el contexto de la literatura mexicana, ¿qué
representa Elena Poniatowska para usted?
-Alguna vez le comenté a Elenita que tenía
la impresión de que su ejemplar solidaridad le había ocupado
tanto que muchos de los libros que hubiera querido escribir han tenido
que ser aplazados. ¡Cómo se reía ella con los malabares
que tenía que hacer el gobierno para encasillarla como periodista
para no premiarla como escritora! Supongo que con la publicación
de La piel... se le habrán acabado los pretextos a la burocracia
cultural, que sólo ha reflejado el rencor que le provoca el aguijón
crítico de la obra de una gran escritora.
--En general, ¿qué tanto se sabe en Japón
de la literatura mexicana?
--El Popol Vuh se tradujo hace muchos años,
incluso con los dibujos de Diego Rivera. Se tradujo igualmente Al filo
de agua, de Agustín Yánez, y los dos libros de Rulfo
(Pedro Páramo y El llano en llamas). Sin duda la publicación
de la traducción de Sendas de Oku provocó el interés
por conocer la obra de Octavio Paz. De él se han traducido, además
de su fundamental Laberinto de la soledad, varios libros de ensayos
y poemas. Sus entrevistas se leían con mucho interés.
''Es un lástima que a veces se traduzca un libro
porque se ha filmado la película. Le sucedió a Fuentes con
su Gringo viejo, que tuvo una traducción cuidada, pero no
fue el caso de Como agua para chocolate, de Laura Esquivel, que
fue traducida al aventón, como dicen en México. Me duele
que no se conozca más que un libro de cuentos de José Emilio
Pacheco, aunque puede darse de santos porque a Alfonso Reyes sólo
le han traducido un cuento.
''En fin, hay mucho por hacer todavía. ¡Cómo
me gustaría que algún día mis hijos puedan regalarles
a sus amigos traducciones de novelas de Sergio Pitol o de Fernando del
Paso, los cuentos de Juan José Arreola o las crónicas de
Carlos Monsiváis antes que La familia Burrón!"
-¿Cuáles son las mayores dificultades de
traducir del español al japonés?
-Para mí hay una gran diferencia entre traducir
un texto histórico y uno literario. Para el primero siempre busco
la mayor claridad y sencillez, no la simplificación por supuesto.
Pero en el caso de literatura lo difícil es encontrar en estilo,
imaginar como "sonaría" en japonés El Güero Medrano,
Jesusa Plancares, Tinísima o Anaya. ¡Está cañón!
Yukari Hojo espera "haber hecho un buen trabajo al traducir
La noche... Sé que varios de los responsables de esta masacre
y de la consecuente guerra sucia siguen vivos sin ser juzgados,
y lo explico en la introducción que estoy escribiendo para el libro."
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