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México D.F. Domingo 25 de julio de 2004
Laura Alicia Garza Galindo
A grandes males, grandes... Ƒaspirinas?
Sin remedio alguno, varios senadores estamos sorprendidos del ritmo y óptica que se han impuesto a un asunto que se advierte parcial, como la iniciativa de reformas a la Ley del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), al lado del problema en verdad complejo que significa la fragmentación de los diversos sistemas de pensiones que existen en el país. Esa es la realidad nacional que prevalece y cuya solución es preciso abordar desde una perspectiva de gran visión, que requiere soluciones integrales y de fondo, es decir, una política pública de seguridad social basada en los principios de universalidad y de equidad.
Mire usted si no. Al menos habría que considerar, con base en información aún parcial, los tres siguientes rubros: Existen 15 millones de trabajadores, 12 millones afiliados al IMSS, provenientes del aparato productivo, más 3 millones que se suponen son trabajadores de base registrados en el ISSSTE, Pemex, CFE, Luz y Fuerza, el ISSFAM (que atiende a las fuerzas armadas), la banca de desarrollo, las universidades, los estados y municipios.
Por lo que se refiere a los pensionados y jubilados adscritos a las instancias de trabajo antes mencionadas, se tienen casi 2 millones 800 mil; los derechohabientes registrados dependientes de asegurados y pensionados se calculan en 60 millones de personas. En consecuencia, si admitimos que la población nacional es ya de 104 millones de personas, los restantes 44 millones de mexicanos sólo tienen acceso a la salud por medio del Seguro Popular, siempre y cuando paguen una cuota. A partir de 2006, este esquema se sostendrá sólo con apoyo presupuestal de las entidades federativas.
Lo anterior es una mera aproximación a un análisis de fondo que requiere mayores elementos. En consecuencia, reconozco la insuficiencia de los datos antes expresados. Sin embargo, éstos nos permiten tener una primera fotografía de la magnitud del problema que enfrenta el país no sólo en materia de pensiones, sino de seguridad social.
No podría dejar de mencionar el principio de la transitoriedad que expresa: "En los próximos 100 años todos estaremos muertos". Sí, es cierto, lo importante es la calidad de la vida que se tendrá ƑQue tenemos hoy? Para 2003, la población mayor de 65 años ascendió a 5.3 millones de personas, de éstos, sólo 18 por ciento (menos de un millón) cuenta con una pensión. El resto depende de sus familias o vive en condiciones de precariedad y quizá en absoluta soledad. Ni para qué hablar de las enfermedades crónicas de nuestros viejos. La pirámide demográfica toma formas diferentes.
En este contexto difícil y doloroso, resulta inconcebible no estar abocados a buscar soluciones para el largo plazo. ƑQue cualquier solución que hoy se presente reventará en menos de 25 años? Sí, los realistas-pesimistas pueden tener razón. Pero todo plan de largo plazo puede y debe revisar su avance, objetivos, metas y obstáculos, si no anualmente, al menos cada tres o cuatro años. Estamos obligados a buscar soluciones que a todos beneficien, especialmente a los más desprotegidos. Es importante cortar los picos que se llevan los menos (como siempre) para encontrar soluciones más o menos homogéneas para la mayoría. Es inaplazable hacerlo; buscar soluciones y recursos para la construcción de la infraestructura que requerirá la atención de los mayores sin protección alguna y de los niños. Es preciso retener la renta nacional, que se convierte ahora en ganancias para las trasnacionales.
Así pues, resulta incongruente que de pronto dediquemos un periodo extraordinario del Congreso a buscar presuntas soluciones a un problema particular que no nos compete. Nada se resuelve y sí se altera el ánimo social, en particular el de aquellos con los que deberíamos estar negociando la construcción de un mejor futuro para el país. No estoy de acuerdo con lo que sucede, pero sí agradezco algo: nos alertaron y ya varios estamos trabajando en los esquemas que surgieron de la Convención Nacional Hacendaría en materia de pensiones y atención a los derechohabientes. ƑQue habrá jaloneos para ponernos de acuerdo? Seguramente. Pero se avanzará.
Permítame decirle por qué no estoy de acuerdo con la pretendida reforma al Régimen de Pensiones y Jubilaciones del Sindicato del IMSS. Primero porque son logros ganados en sucesivos contratos colectivos. Después, porque nunca se han roto las negociaciones entre el sindicato y el IMSS. La mesa se mantiene abierta ƑA qué obedece entonces la irrupción del Congreso en un proceso sindical que debemos respetar? Las diferencias sólo pueden resolverse entre el sindicato y el patrón, que es el gobierno de Fox. ƑQué acaso los promotores de la reforma ignoran que se violenta el artículo 123 de la Constitución? Con ello, por la vía de un amparo interpuesto en cascada por los 360 mil trabajadores, la reforma se invalida. ƑA qué estamos jugando? ƑA aplicar aspirinas a una enfermedad en verdad grave? Cierro este escrito desde mi oficina en la sede del Senado viendo la marcha: muy nutrida y ordenada. Son los trabajadores luchando por sus derechos.
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