México D.F. Domingo 25 de julio de 2004
Ante este festín del cinismo y la alianza
PRI-impunidad nos toca inconformarnos, dice
La negativa, golpe a la credibilidad de los procesos
legales en México: Monsiváis
La justicia será, en definitiva, una asignatura
pendiente de la República, mensaje del juez
ANGEL VARGAS
Al negarse a otorgar órdenes de aprehensión
contra ex funcionarios presuntamente implicados en la guerra sucia,
por considerar prescrito el delito, el juez César Flores Rodríguez
"nulificó de un golpe lo avanzado en el tema de la credibilidad
de los procesos de la ley en México".
Tal es la opinión del escritor Carlos Monsiváis,
quien entrevistado ayer por La Jornada al conocerse dicha resolución
indicó que ese hecho no es suficiente para corroborar una alianza
entre los partidos Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional
(PRI).
Lo que sí confirma "es la alianza del PRI con la
impunidad", subrayó el también periodista, y consideró
que la mayor de las implicaciones de tal negativa consiste, precisamente,
en "la certificación del estado de gracia de la impunidad" en el
país.
Prosiguió Monsiváis: "Lo peor de este festín
del cinismo es su intención primera y última: convencernos
de que ante la impunidad sólo queda la desesperanza o la desesperación".
Sin embargo, invocó el autor de Los rituales
del caos, como sociedad y ciudadanos "nos toca inconformarnos ante
una decisión tan irracional y tan antijurídica".
La reivindicación del estado de derecho, puntualizó,
"es lo que podemos oponer a la necedad, la injusticia, la ignorancia y
la soberbia de los poderes formal e informalmente constituidos".
Un juez que no razona
-En
su opinión, ¿qué significa la respuesta que el juez
dio a la fiscalía y cuál es la consecuencia de ello para
la vida política del país? -se le preguntó al escritor.
-Lo que parece prescribir es el periodo de gracia otorgado
a la reconstrucción sólida del Poder Judicial. Ante un juez
que echa por la borda todo lo avanzado en materia de la incorporación
de México a los tratados internacionales y decide que el genocidio
es materia sujeta a un periodo breve de tiempo, queda preguntarse si las
complicidades del Poder Judicial, por este juez representado en lo real
y lo simbólico, no se inician en su mala preparación.
"El juez no razonó, se limitó a descartar
la posibilidad del juicio y al hacerlo nulificó de un golpe lo avanzado
en el tema de la credibilidad de los procesos de la ley en México.
"Este desistimiento es tanto más grave cuanto que
reafirma que la ley se aplica sólo a los que no pueden evitarlo
y que la impunidad es el otro nombre del camposanto del estado de derecho".
-¿Considera que fue bien configurada la denuncia
por genocidio?
-Ya es muy tarde para calificar la fundamentación
del delito de genocidio por parte de la fiscalía especial. Como
el juez considera que el genocidio es un delito volandero, lo que procede
es pedir que nos defina lo que para él es genocidio.
"Todo lo demás ya es pérdida de tiempo,
en la medida en que el principio de la fundamentación del cargo
de genocidio es su condición no prescriptible.
"Queda claro que el juez siempre estuvo pensando en su
muy particular versión de genocidio, que no tomó en cuenta
la de la fiscalía especial. El debate al que se convoca se iniciará
cuando el juez, en un acto de cortesía, nos explique lo que para
él es genocidio".
-¿Cuáles son las implicaciones que se desprenden
de este caso? A su juicio, ¿tal fallo corrobora la alianza PAN-PRI?
-No puedo juzgar si el fallo corrobora la alianza PAN-PRI,
porque no me gusta proceder por inferencias. Seguramente corrobora la alianza
del PRI con la impunidad, porque toda la argumentación de los priístas,
si queremos llamar argumentación a su cadena de elogios hipócritas
a la represión, se basa en que 'a lo hecho pecho y te fregaste derecho'.
"Y respecto a las implicaciones, la mayor, la inocultable,
es la certificación del estado de gracia de la impunidad.
"El poder, ya se demostró, es una santificación
de la condición impune de los políticos y los empresarios,
y ratificarlo en el caso de los crímenes cometidos desde el Estado,
es decirle a la sociedad que ya no se preocupe por la justicia, porque
ya será en definitiva una asignatura pendiente de la República.
"Lo peor de este festín del cinismo es su intención
primera y última: convencernos de que ante la impunidad sólo
queda la desesperanza o la desesperación. Me niego a aceptar la
trampa.
"Creo que hay que insistir que nos toca inconformarnos
ante una decisión tan irracional y tan antijurídica, que
nos obliga a persistir en el conocimiento del valor de la justicia y la
memoria histórica.
"En este momento recuerdo el título de un libro
sobre la experiencia de los campos de exterminio: La esperanza contra
la esperanza. La reivindicación del estado de derecho es lo
que podemos oponer a la necedad, la injusticia, la ignorancia y la soberbia
de los poderes formal e informalmente constituidos. Ahora le queda al juez
César Flores explicar su decisión y no envalentonarse con
el silencio.
"Un epílogo conveniente. Al declarar prescrito
el delito de genocidio, el juez afirma la impunidad, pero reconoce también
la validez de los cargos de la fiscalía especial.
"Ya sé que esto no es voluntario, sin embargo no
deja de ser divertido que un juez afirme que el cargo es justo, pero que
llegó tarde".
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