México D.F. Domingo 25 de julio de 2004
Dice que sus clientes estaban dispuestos a ir a la cárcel
Niega Juan Velásquez que se dieran acuerdos extrajudiciales
ALFREDO MENDEZ ORTIZ Y GEORGINA SALDIERNA
La determinación del juez segundo de distrito, César Flores Rodríguez, de no girar órdenes de aprehensión contra el ex presidente Luis Echeverría Alvarez y su secretario de Gobernación, Mario Moya Palencia, no derivó de "acuerdos extrajudiciales", aseguró el abogado Juan Velásquez, defensor de los ex funcionarios, quien añadió que sus clientes "siempre estuvieron dispuestos a ir a la cárcel, en caso de que así lo hubiera ordenado" el representante del Poder Judicial federal.
Entrevistado tanto en la casa de uno de sus defendidos como en el área de juzgados federales del Reclusorio Norte, el litigante puntualizó que la resolución del impartidor de justicia "demuestra que en la actualidad los jueces actúan de manera independiente y con estricto apego a derecho".
Para el penalista, las versiones periodísticas difundidas ayer en el sentido de que fue mediante negociaciones políticas y presiones de altos funcionarios al impartidor de justicia como se obtuvo una resolución favorable a sus clientes, "carecen de sustento", porque "si hubiese habido esa negociación (la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado) ni siquiera habría consignado el expediente".
Asimismo, añadió, "si esta persecución legal de un ex presidente priísta (Echeverría) hubiese sido durante un régimen encabezado por el PRI, seguramente sí se hubiese negociado políticamente, pero ahora, en un régimen panista, es imposible, porque hay una verdadera independencia del Poder Judicial de la Federación".
El litigante aseguró a La Jornada que no conocía con anterioridad al juez César Flores, quien "en un principio me causó desconfianza" porque "me habían dicho que la fiscalía se lo había buscado para caer en blandito", en virtud de que "antes había aceptado la extradición (a España) de seis (vascos) vinculados a la ETA, avalando sin problemas los argumentos del juez español (Baltasar) Garzón".
En tanto, al salir de la casa de Mario Moya Palencia, ubicada en la colonia Cuauhtémoc, el penalista dijo estar orgulloso de que los tribunales del país tengan una verdadera independencia y que no resuelvan por presiones públicas o políticas.
Luego de conocer que el juez segundo de distrito en materia penal negó órdenes de aprehensión en contra de sus defendidos, consideró que triunfaron las instituciones, la justicia y la verdad.
El litigante insistió en que no hubo genocidio durante los acontecimientos del 10 de junio de 1971. Lo que sucedió aquel día fue un enfrentamiento. De hecho, manifestó que en México nunca ha existido genocidio, ni aun durante la época de la conquista.
Para Velásquez es irresponsable que ahora una autoridad salga ante la comunidad internacional a confesar que en el país hubo genocidio, sobre todo porque México presumía de ser albergue de perseguidos políticos.
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