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México D.F. Sábado 24 de julio de 2004
Llueven críticas al ex jefe del gobierno
español por gastar 2 mdd en promover su imagen
Rodríguez Zapatero exigirá a Rajoy explicar
el despilfarro de Aznar por una condecoración
Esas acusaciones "sólo merecen desprecio", responde
el ex gobernante a sus detractores
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 23 de julio. "Despilfarro", "vanidad" y
"abuso de poder" fueron sólo algunas de las acusaciones que recibió
hoy el ex presidente del gobierno español, el conservador José
María Aznar (1996-2004) por el contrato de 2 millones de dólares
que firmó la cancillería, tres meses antes del fin de su
mandato, con un lobby estadunidense que tenía el encargo
de promover la imagen del ahora ex mandatario para obtener la Medalla de
Oro del Capitolio.
El
actual presidente, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero,
anunció que presentará toda la información sobre el
asunto en sesión parlamentaria, donde exigirá una explicación
al nuevo líder del derechista Partido Popular (PP), Mariano Rajoy.
La noticia difundida ayer por la emisora Cadena Ser
sobre el contrato millonario que firmó el gobierno de Aznar, a través
del ex embajador español en Washington, Javier Ruperez, con la firma
de abogados Piper Rudnick con la intención de reunir firmas de apoyo
para la concesión de esa distinción al ex presidente, desató
una catarata de críticas tanto de dirigentes políticos como
de los medios de comunicación.
Quizá la viñeta publicada por el diario
conservador El Mundo, firmada por Idigoras y Pachi, es la que mejor
resume el sentir sobre la conducta del ex presidente: en el recuadro, titulado
Disneyworld USA, aparece Aznar de pie en una silla empotrada en
un vehículo carnavalesco conducido por Tribilín, El Pato
Donald y Mimí, mientras que una persona del público que en
teoría vitorea a Aznar, se pregunta: "Si pagó 2 millones
de dólares por conseguir la medalla del Congreso de USA, no quiero
ni pensar lo que habrá pagado por esto..."
La concesión de la medalla aún está
en trámite y los abogados contratados por Aznar aún no han
logrado reunir las firmas de apoyo necesarias, a pesar de que el anterior
gobierno publicitó la comparecencia de marzo pasado de Aznar ante
el Congreso estadunidense y resaltó las "privilegiadas" relaciones
entre Washington y Madrid, en gran medida por el apoyo de Aznar a la guerra
de ocupación de Irak.
El asunto, al Congreso de los Diputados
Zapatero fue cauteloso al referirse a la polémica,
una vez que se comprometió a discutir este asunto en el Congreso
de los Diputados. Además, señaló que los dirigentes
del PP deben explicar la situación, pues se sospecha que podría
implicar un presunto delito de malversación de fondos públicos.
Aznar, desde México, aseguró que las acusaciones
de que usó dinero público para intentar ganar la medalla
del Congreso "sólo merecen desprecio".
"Cuando se intenta demostrar que un gobierno no ha dicho
la verdad, y el mío la ha dicho, se pueden intentar muchas cosas
para desviar la atención, incluso manchar la moralidad de las personas,
pero yo no voy a entrar en esas cosas. simplemente cuando se plantean en
términos que tienen muy poco que ver con la realidad, sólo
merecen desprecio".
El vocero del PP en el Parlamento, Eduardo Zaplana, también
justificó el citado contrato porque su fin era "defender los intereses
de España". El político conservador y vocero del anterior
Ejecutivo, añadió que es "impropio de un sistema democrático
que el nuevo gobierno se dedique a revisar la gestión anterior con
un ánimo revanchista y de linchamiento".
El periódico español El País
sostiene en su editorial: "Este episodio refleja que Aznar ha confundido
su persona, su cargo y el Estado, una confusión que le llevó
a casar a su hija en una especie de boda oficial en El Escorial, y a llevarse
documentos secretos del CNI de La Moncloa y presentarlo como si fuera algo
natural. Al respecto, Aznar no sólo no se ha retractado, sino que,
una vez más, ha intentado desviar la atención. Su afirmación
de que "todos los informes están en el CNI" y de que "no hay ningún
documento del CNI que no esté en manos del actual gobierno", además
de ser una verdad de perogrullo, no explica nada sobre si él conserva
o no las copias de los informes que se le enviaron como presidente del
gobierno... Tras la derrota electoral, Aznar se ha quedado no sólo
sin el Estado en sus manos, sino que su mal estado arrastra al PP. Ahora
debe explicarse, rendir cuentas y pagar lo que no corresponde al Estado.
Es lo mínimo que cabe exigirle."
El otro rotativo de referencia y cercano al PP, El
Mundo, señala: "No parece, de acuerdo con lo establecido
en el artículo 433 del Código Penal, que este delito pueda
ser de aplicación en este caso, ya que bien se podría alegar
que a España le beneficia que a su presidente del gobierno le den
esa medalla. Sin embargo, sí que estamos ante un disparate de bulto
por parte del propio Aznar o de quien, en el Ministerio de Exteriores,
gestionara las relaciones con el lobby... Pero es que, además,
a la postre la inversión pública resultó un despilfarro
porque Aznar no logró los votos suficientes en el Senado para lograr
la distinción y porque la agencia de relaciones públicas
hizo gestiones asimismo para que hubiera una nutrida asistencia de congresistas
en el discurso de Aznar y hubo que llenar el foro a base de estudiantes
y becarios".
Por último, Luis Ignacio Parada, articulista del
rotativo conservador Abc, dice: "El descubrimiento de un
contrato por el que el gobierno del PP, con fondos del Ministerio de Asuntos
Exteriores, se comprometió a pagar 2 millones de dólares
a un lobby estadounidense para promover la imagen del ex presidente
español y conseguir el apoyo para que le fuese concedida la Medalla
de Oro del Congreso de Estados Unidos es un torpedo bajo la línea
de flotación de Aznar, pues afecta su faceta más querida:
la honorabilidad. No porque el contrato sea ilegal, ya que legales son
los lobbies en Estados Unidos, públicos son sus contratos
y facturas, y legítimo el cauce por el que se llevó a cabo,
pese a la comprensible confidencialidad, sino porque descubre esa postrera
debilidad de Aznar, la vanidad, con la que colma la montaña de acusaciones
de altanería, engreimiento, inmodestia y endiosamiento de los que
le acusan sus detractores".
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