México D.F. Sábado 24 de julio de 2004
Falta mucho por hacer en el caso de las asesinadas
en Juárez, indica Zalaquett
La investigación por la muerte de Digna Ochoa
es susceptible de mejorías: CIDH
El presidente del organismo anuncia visita de seguimiento
a la ciudad fronteriza
GEORGINA SALDIERNA, ANDREA BECERRIL Y ROSA ELVIRA VARGAS
El presidente de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH), José Zalaquett, consideró que en
la investigación sobre la muerte de Digna Ochoa hay muchos aspectos
que se pueden mejorar.
Si bien dijo que la CIDH no tiene una conclusión
en torno a si la defensora de los derechos humanos murió por mano
propia o ajena, ''sí sabemos que hay muchas mejorías que
se pueden hacer en el proceso de investigación que se sigue en México''.
Al
concluir su programa de actividades en el país -que comenzó
el lunes y que incluyó una reunión con el presidente Vicente
Fox, y encuentros con diversas organizaciones no gubernamentales, con titulares
del Poder Judicial y con el secretario de la Defensa, Clemente Vega-, el
titular de la CIDH también se refirió al asunto de las mujeres
asesinadas en Ciudad Juárez. Al respecto manifestó que aunque
se han registrado algunos progresos, la conclusión general es que
el "vaso está más por llenar que lleno", es decir, queda
mucho por hacer.
Sostuvo que la expresión ''feminicidio'' no es
exagerada, aunque sea un neologismo que todavía no tiene el respaldo
académico, y enseguida recordó que la comisión a su
cargo ya emitió un informe al respecto. Agregó que durante
su estancia en México recibió mayor información sobre
el tema e indicó que se efectuará una visita de seguimiento
a Ciudad Juárez en los próximos meses.
Zalaquett puntualizó que la CIDH trabaja actualmente
en mil 100 casos provenientes de todo el continente; de ellos, 55 son de
México. También refirió que en sus encuentros con
las ONG, éstas le manifestaron todo tipo de preocupaciones. ''Esto
no significa que consideren que el vaso está vacío ni tampoco,
por supuesto, que está lleno, sino que marcan los puntos que están
quedando por resolver, algunos de ellos importantes y otros menos'', explicó.
Acerca del diálogo que mantuvo con el presidente
Vicente Fox, dijo que le manifestó estar interesado en un amplio
rango de problemas concernientes a México; problemas del pasado
que no han quedado atrás, y que si no son bien resueltos continúan
gravitando sobre el presente y tienen la capacidad de hipotecar el futuro''.
Al respecto, la Presidencia de la República emitió
un comunicado en el que afirma que durante el encuentro, el jefe del Ejecutivo
reiteró su compromiso de continuar impulsando la cooperación
de México con los organismos y mecanismos internacionales de protección
de los derechos humanos, así como su pleno respaldo a las labores
que realiza la comisión interamericana. De la misma manera, manifestó
que una de las prioridades de la actual administración es la protección
de las garantías individuales.
Zalaquett agradeció las facilidades que le otorgó
el gobierno federal para allegarse de información en materia de
derechos humanos y elogió que México tenga avances y buenas
prácticas, sobre todo en lo que se refiere al reconocimiento de
las responsabilidades internacionales.
Proscripción relativa
En el Senado, donde se reunió con legisladores
de todos los partidos, el presidente de la CIDH eludió manifestarse
sobre la consignación del ex presidente Luis Echeverría y
el ex secretario de Gobernación Mario Moya, ya que, dijo, el caso
puede llegar hasta el organismo dependiente de la OEA.
Entrevistado luego de una reunión que sostuvo con
senadores de la Comisión de Derechos Humanos, dijo que hay un problema
técnico-legal para precisar la fecha de prescripción del
delito de genocidio, aunque esto lo deben definir fiscales y jueces encargados,
de acuerdo con las reglas de cada país.
Señaló que hay normas internacionales que
establecen la imprescriptibilidad de los crímenes. Algunas de ellas
datan de 1948 y se refieren a delitos de guerra y genocidio.
Aunado a ello, en 1998, al firmarse el estatuto de Roma,
se establecieron reglas para la prescripción de todos los demás
delitos contra la humanidad, entre los que se encuentran tortura y homicidio,
siempre que sean parte de un ataque sistemático contra la población
civil.
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