.. |
México D.F. Jueves 22 de julio de 2004
Octavio Rodríguez Araujo
Seguridad y leyes
Tiene razón Marcelo Ebrard, secretario de Seguridad Pública del DF, al decir que si se respeta el artículo 16 constitucional la policía tendrá obstáculos para prevenir delitos. El problema es que el mencionado artículo no está en el texto constitucional como un adorno que el funcionario público puede observar o no, según su conveniencia. Es una garantía fundamental del gobernado que, como otras, debe respetar la autoridad.
El artículo en referencia dice con absoluta claridad que ''nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento". (Las cursivas son mías.) Si un retén policiaco detiene un vehículo y revisa a sus ocupantes, está violando la Constitución y las garantías ciudadanas. Si no lo hace, los ladrones, secuestradores y alimañas de este tipo podrán transportar armas y usarlas contra pacíficos e inocentes ciudadanos. ƑQué hacer?
Si permitimos la violación de la Constitución y aceptamos que nuestros derechos y garantías sean letra muerta, tendremos que aceptar que el día de mañana nos domine un régimen policiaco o militar y que la nariz de una dictadura se asome por la puerta. Quizá nos desembaracemos de los bandidos, y luego Ƒcómo nos quitamos a la policía y sus posibles arbitrariedades, que en México son frecuentes? Si aceptamos la violación deliberada del artículo 16 constitucional, Ƒpor qué no habremos de aceptar también la restricción a nuestro derecho de tránsito por todo el territorio nacional, consagrado en el artículo 11 de la misma Constitución? Y así, sucesivamente, correríamos el riesgo de cancelar nuestras garantías individuales para entregárselas, gratuitamente, a la autoridad, como si quisiéramos vivir bajo una dictadura y un régimen totalitario. Todo por miedo, muy justificado por cierto, pero aun así no puede pasarse por alto que en los Estados Unidos Mexicanos todo individuo gozará de las garantías que otorga la Constitución, las cuales, dice el artículo 1, "no podrán restringirse, ni suspenderse, sino en los casos y con las condiciones que ella misma establece''. (Las cursivas son mías.)
Ciertamente la Constitución limita las posibilidades de acción preventiva de la policía, pero es para proteger nuestros derechos. Si los perdemos, si la policía deja de tener obstáculos legales para ponernos contra la pared y revisar nuestras pertenencias o entrar impunemente en nuestro domicilio, es obvio que le estaríamos dando todo el poder y nadie viviría tranquilo. Al miedo a los ladrones añadiríamos el miedo a la policía. ƑEsa es la idea? ƑDarle poder ilimitado a la policía? ƑPermitir que de golpe irrumpan en nuestras casas porque se sospecha que tenemos armas o porque alguien dijo que podríamos ser asaltantes?
Ni siquiera, bajo el amparo del Reglamento de Tránsito del Distrito Federal, un vehículo en marcha puede ser detenido por la policía si no se ha cometido una infracción (artículos 55 y 56). Y todos los automovilistas hemos tenido alguna experiencia, directa o indirecta, de policías que con absoluta impunidad han cometido arbitrariedades, con frecuencia -lamentablemente- para obtener una gratificación. Las víctimas son, por lo general, quienes no conocen el reglamento ni sus derechos o quienes no traen en regla su vehículo. En más de 40 años nunca he sido infraccionado y cuando lo quisieron hacer, en tiempos de Salinas (cuando el Distrito Federal todavía era departamento dependiente del gobierno federal), me tuvieron que condonar la multa al comprobarles que había sido una política para obtener dinero con multas falsas por estacionamiento en lugar prohibido por un monto de alrededor de 39 pesos para decenas de miles de automovilistas.
Ebrard nos pide propuestas. Gracias por la deferencia, pero la policía deberá buscar formas de prevenir el crimen sin poner ilegales retenes y sin violar nuestros derechos. Un ilícito no debe combatirse con otro ilícito. Para evitar esto es que tenemos leyes. Son los problemas de la democracia y también una de sus ventajas. Todos quisiéramos que el peligro en las ciudades y en las carreteras disminuyera, que no hubiera asaltos ni secuestros, que pudiéramos vivir tranquilamente preocupándonos de otras cosas. Personalmente no tendría inconveniente en que me paren en un retén y revisen mi carro: no tengo nada que esconder, pero no estoy de acuerdo, y menos si corro el riesgo de que, nada más por molestarme o por mis críticas al gobierno, me siembren en el automóvil una pistola o una bolsita con droga. Ha ocurrido, puede ocurrir y me puede pasar a mí o a cualquier periodista inconveniente o luchador social de oposición al régimen. Así quisieron apresar a Fernando Yáñez, supuesto comandante Germán del EZLN: sembrándole en su carro compacto armas automáticas que sólo un imbécil traería a la vista. Hay cientos de casos de arbitrariedad por razones políticas, Ƒpor qué dejaría de haberlas ahora o en el futuro?
Finalmente, he de recordar a las autoridades que aunque mucha gente esté de acuerdo con renunciar a sus derechos constitucionales, la carta magna sigue vigente y sólo podrá ser reformada con la aprobación calificada del Congreso de la Unión y de la mayor parte de las legislaturas locales. Así es nuestro sistema. Todavía.
|