DESDE EL OTRO LADO

Arturo Balderas Rodríguez

Tiempo de guerras y calumnias

EN ESTOS TIEMPOS DE guerras sin fin y campañas de desprestigio, hace algunos días se transmitió desde San Francisco, California, un programa a través de la cadena NPR (radio pública), en el que se emitieron juicios nada favorables a nuestro país y a los mexicanos que llegan a Estados Unidos en busca de trabajo.

"CONTRABANDO HUMANO", SE tituló la emisión, y no fue muy diferente a otros programas y foros en los que se habla sobre las razones de la migración, concluyendo que el asunto es complejo y de difícil solución. Seguramente lo es, pero para quienes se refieren al tema con tanta frecuencia tal vez sería útil revisar los textos que se escribieron desde los años sesenta, relativos al fenómeno de la marginalidad en América Latina. Se entendería algo elemental: sin desarrollo y una distribución más justa, el problema migratorio no tiene solución. Eso es algo que en los países desarrollados se intuye o se ignora intencionadamente, y en los no desarrollados se vive.

LO QUE RESULTO sorprendente del programa es que se dijera que la corrupción en los países en desarrollo es una de las principales causas de la migración. Después de los bochornosos casos de corrupción que se han conocido en los medios, es inaudito que se insista en que uno de los problemas principales de la migración es la corrupción. Si ese fuera el caso, buena parte de los estadunidenses se hubieran marchado a otro lado al percatarse de los miles de millones de dólares con los que se ha esquilmado a los ahorradores de su país por parte de directores y gerentes de corporaciones y el cada vez más frecuente conflicto de intereses entre éstos y los oficiales del gobierno que auspician la compra de mercancías y servicios a las instituciones públicas a precios por arriba de su valor real, y la forma en que la justicia los exonera frecuentemente con penas nimias con relación al tamaño del delito. Eso es corrupción, y verlo sólo en otros como problema no es más que un síntoma de crasa ignorancia o, peor aún, de un cinismo sin límite.

NO MENOS SORPRENDENTE fue escuchar que el gobierno mexicano alienta y facilita el paso de sus ciudadanos hacia Estados Unidos. Así lo expresó Glen Spencer, presidente de una organización privada con sede en Arizona que se dedica a cazar indocumentados. Desafortunadamente no hubo quien pudiera desmentir la calumnia, por lo que logró su propósito: crear animadversión en contra de México y de los trabajadores migratorios. Pero hay que estar tranquilos porque seguramente en la agenda de los líderes de las organizaciones de los mexicanos que residen allá refutar calumnias de ese tipo ocupa un lugar tan importante como la promoción del voto en el extranjero. De no ser así, esa animadversión gravitará aún más sobre la precaria situación de los que, según aseguran, mejorará su situación cuando puedan votar, aunque lo hagan fuera de su país.

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