<<< regresar a la portada


19 de julio de 2004
gyz

GARROTES Y ZANAHORIAS

La culpa es de John Wayne. Cuando llegan aquí algunos ejecutivos extranjeros, acostumbrados a escuchar a los mexicanos de las viejas películas de Hollywood hablar perfectamente bien el inglés, se sorprenden de que haya que saber decir más que "buenos días" en español para comunicarse con la gran mayoría de la gente.

Nuestras deficiencias en el manejo de idiomas extranjeros son más que anecdóticas; se miden en pesos y centavos. Según el último estudio de sueldos de la consultoría Aon-Intergamma y la editorial México Watch, un ingeniero encargado de una fábrica gana en promedio 102 mil pesos al mes.

Los que dominan el inglés, sin embargo, ganan 198 mil, casi el doble. También existen grandes diferenciales ­55 y 68 por ciento, respectivamente­ a nivel de director de finanzas y de secretaria.

piesEs más que obvia la insuficiencia de oferta en el mercado laboral de personas con habilidades en lengua inglesa (por no decir otros idiomas).

Obvio, también, es el rechazo de amplios sectores de la población al aprendizaje del inglés.

Tampoco es difícil encontrar la razón. El idioma siempre ha sido el punto de lanza del imperialismo cultural. Lo ha sido en sus tiempos para España y Reino Unido. Hoy día es casi igual el número de personas en el mundo que tienen el inglés o el español como lengua materna, pero el inglés rebasa con creces nuestro idioma como lingua franca internacional. Y aunque el idioma es de origen británico, no cabe duda de que la cultura que enarbola ahora es la estadunidense. 

Sin embargo, muchos de nuestros esfuerzos para repeler el imperialismo cultural nos han salido por la culata. El doblaje en el cine se ha presentado como defensa del español, pero ha tenido un doble impacto negativo: Hollywood nos ha invadido a costa del cine nacional, y tampoco hemos tenido el beneficio de exponernos a otro idioma. Y ese sí que es benéfico, igual si se trata del inglés o del náhuatl.

No puede ser coincidencia que los dos escritores mexicanos más renombrados a la vuelta del milenio ­Octavio Paz y Carlos Fuentes­ hayan tenido un dominio magistral de más idiomas que el puro español.

***

El último grito de la moda en teléfonos celulares son los que cuentan con cámara digital integrada. Pero lo que para muchos es mero juguete electrónico, para los mirones constituye un arma poderosa. Tan es así que los celulares con cámara han sido prohibidos ya en dos países y sus usuarios enfrentan demandas en varios más.

De todos es conocido el fetichismo masculino. ¿De dónde más sacan sus utilidades las marcas VickyForm y Victoria's Secret? También ha sido llevado al nivel de arte. El cineasta Luis Buñuel estaba obsesionado con los pies femeninos, y quien haya visto Los olvidados (1950) recordará la escena en que El Jaibo (Roberto Cobo) contempla con morbo los pies de la madre (Stella Inda) de su amigo Pedro (Alfonso Mejía) mientras ella los lava (para después consumar su deseo adolescente).

Lo de los celulares, sin embargo, es otro asunto. Con pretexto de estar enviando un mensaje de texto, los mirones los usan en lugares como escaleras eléctricas para tomar fotos por debajo de las faldas o por dentro de las blusas de mujeres. Nunca sospechan ellas que las imágenes vayan a aparecer en cuestión de horas en sitios pornográficos de Internet §

<<< regresar a la portada