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México D.F. Domingo 18 de julio de 2004
ANDANZAS
Colombia Moya
El adiós de una bailarina
LA DESPEDIDA DE Solange Lebourges del escenario
con el ballet Teatro del Espacio revela una vez más el conocido
estilo publicitario de la compañía para cada acto, algo que
ni todas las compañías ni todos los bailarines han sabido
manejar, algunos por modestia, otros por ignorancia, y los más por
los pocos espacios con que, con conocimiento de causa, se van dejando a
la promoción y difusión de esta extraña carrera en
franca contradicción con el gasto o el alarde de las propias instituciones
sobre su impulso a la cultura.
MUCHOS
HAN SIDO los bailarines (as) que en silencio o apenas advertidamente
se han retirado de la danza sin que se les haya reconocido en todos los
rubros su apoyo y significación dentro de una compañía,
porque en México, muy convenientemente , el estrellato en la danza
no existe. Aquí no se hacen estrellas, se usa a la gente. Las únicas
estrellas de la danza son los directores (as) de las propias compañías
con el certero cálculo de que si magnifican demasiado a sus bailarines
se les van y pueden formar su propia compañía, si su nombre
hubiera crecido de tal forma, convirtiéndose así en potencial
competencia artística y económica ante los peleadísimos
presupuestos o subvenciones del estado.
BAJO EL RIGUROSO manto de la disciplina y la forma
tan gregaria de la danza, manejada siempre por los mismos nombres o herederos
de probada confianza, para seguir criterios impuestos hace 50 años;
el caldo de cultivo para poderosas personalidades y talentos en este pequeño
ámbito resulta casi imposible. Las torres de marfil y los subsidios
y prebendas obtenidos por los (las) jerarcas del baile, son ciclopeos.
No sólo controlan la disciplina en clases y ensayos, sino en la
conducta externa y personal que obviamente no signifiquen un riesgo para
la estabilidad y seguridad de "El grupo"... "La compañía"...
which means, o significa...la de tales jerarcas.
"LA CRITICA", la mayoría de las veces apadrinada
por alguna de estas personalidades o fogueada, aprendiendo superficialmente
de mentores del ramo, se deshace en alabanzas y opiniones, eco de lo que
esta gente cree y declara de ella misma.
Y LUEGO SE quejan de que no hay suficiente público
para la danza. Así, los nuevos coreógrafos, aunque no les
gustara, deben repetir este patrón escandaloso para poder sobrevivir
artística y económicamente sin que realmente nunca llegue
la renovación verdadera, pues los espacios y los subsidios siguen
en las mismas viejas manos, pues su trabajito les costó; hasta que
el agotamiento o la desilusión les hace botar el arpa mientras las
fortalezas bendecidas con el presupuesto oficial siguen igual, inamovibles.
Crea fama y échate a dormir, crea tu cadena de cuates o beneficiados
y nunca te faltarán peones.
INCAPACES DE INNOVAR, crear nuevas propuestas y
oportunidades, las autoridades se reducen a ir por lo segurito y lo que
les cuentan "las voces" garantizadas, repartiendo el paliativo de las becas...
precisamente a los recomendados por los mencionados jerarcas o achichincles
de los mismos y todo queda en famili...again... ad infinitum...
ya que son jueces y agoreros de lo mismo, siempre los mismos.
DE ESTE MODO, el adiós a la danza de la
señorita Lebourgues, figura indiscutible, repetida e irremplazable
en las filas del ballet Teatro del Espacio, vestigio de aquel grupo de
franceses(as) que trajo el maestro Descombey a la compañía
luego del divorcio con Flores Canelo, representa algo indudablemente bueno,
justo, inteligente y sano, porque dará oportunidad necesariamente
a nuevas formas, a otra figura, esperamos que sea mexicana, y renovarse
o padecer.
BUENO SERIA TAMBIEN que un buen monto de ex bailarines(as)
repartidos en el presupuesto oficial en todo tipo de cargos y niveles intelectuales,
investigativos, burocráticos, magisteriales o coreógrafos,
cedieran el lugar a las nuevas generaciones.... pero quién se la
juega, ¿verdad?
AUNQUE PARTE DE todo esto, en cierta forma, Solange
Lebourgues brilla por ella misma como una piedra preciosa en la maquinaria
del ballet Teatro del Espacio y merece todo el respeto y aprecio por sus
años de trabajo en la mencionada compañía de la que
también tiene el talento de retirarse a tiempo, y a quien deseamos
buena vida y prosperidad. Habría que revisar la compleja estructura
de la danza y las redes financieras de la cultura para renovar, reinventar
y mantener siempre fluyendo una maquinaria que no lastime a la gente, la
respete y la reconozca, pero que permita la renovación y oportunidad
a la marea de jóvenes desempleados sin esperanza... o hasta siempre
esperar... muerto el rey...! ¡viva el rey! lo cual c'est pas juste.
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