México D.F. Sábado 17 de julio de 2004
Una jornada más por la pintora, en el Centro Cultural del Bosque
Evocaron la obra llena de poesía de Frida
ARTURO JIMENEZ
Una vez más, en ''ejercicio de nuestra identidad cultural", la pintora Frida Kahlo fue recordada en la galería del Centro Cultural del Bosque como parte de las diversas actividades con motivo del cincuenta aniversario de su fallecimiento, ocurrido un 13 de julio de 1954.
Esta ocasión tocó turno a los pintores Rina Lazo y Arturo García Bustos, alumnos de ''la maestra Frida" y ayudantes de Diego Rivera, a quien le molían los colores y colaboraban pintando algunas áreas de murales como Sueño de una tarde de domingo en la Alameda.
Participó además la artista Begoña Zorrilla, quien ha recorrido varios países para hablar de Frida, de su vida y obra, y de cómo ambas están imbricadas por la autobiografía, el cuerpo y el dolor, pero no como queja, sino como estoicismo e ironía.
La actualidad de Kahlo, dijo Rina Lazo, es indiscutible en el arte, la liberación de la mujer y el compromiso político. Y la alumna recordó la impresionante presencia de su maestra de pintura, su amabilidad, su capacidad para la alegría y su encanto personal.
Luego de evocar aquella mañana en que se enteró de la muerte de la pintora, el muralista y compañero de toda la vida de Rina Lazo, Arturo García Bustos, comentó que se encontraba en el local del Partido Comunista Mexicano, tomó la bandera roja de esa organización y se fue al Palacio de Bellas Artes a ponerla sobre el féretro.
La de Frida Kahlo, agregó, fue una vida creativa llena de gracia y poesía. ''Fue una gran pintora y héroe de nuestro tiempo, grande de corazón". Con la admiración a ella en aquella primera mitad del siglo XX, dijo, sus pocos alumnos ''fuimos precursores de la pasión que hoy recorre el mundo".
Begoña Zorrilla proyectó diversas diapositivas de obras de Kahlo para ilustrar sus comentarios sobre esa mujer ''fusión de mito y realidad". Y aparecieron elementos como la muerte, la vida, la sexualidad, los dioses prehispánicos, la presencia de la cultura popular, de sus colores, el amor por Diego Rivera.
Zorrilla comentó obras como Pensando en la muerte, El ciervo herido, Las dos Fridas y Frida con monos. O Frida naciendo de su madre muerta, o amamantada por una matrona indígena o cobijando con sus brazos al bebé Diego, o ella pequeñita a lado de él, gigante.
En fin, una jornada más en honor de la inagotable Frida Kahlo.
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