México D.F. Sábado 17 de julio de 2004
REPORTAJE /CLAROSCUROS
DE LA EDUCACION ARTISTICA
Instrumenta Verano, única iniciativa que busca
la excelencia
Más de un siglo de rezago en la enseñanza
de la música
Superar cánones decimonónicos para elevar
la enseñanza de la música en México, coinciden especialistas,
implica un complejo proceso que llevará años, por lo que
sugieren ''comenzar ya''
ANGEL VARGAS ENVIADO
Puebla, Pue. Un rezago de más de un siglo
en lo concerniente al método de enseñanza y otro de casi
50 años en cuanto al acceso a materiales de estudio y consulta,
son dos de los principales rasgos que definen el perfil actual de la educación
musical en México.
Tal es el punto de vista de prestigiados docentes, creadores
e instrumentistas nacionales, entre ellos los compositores Ana Lara y Jorge
Torres, así como el flautista Horacio Franco, quienes califican
de ''lamentable" ese panorama ante la abundancia de potencial artístico
y talentos en el país.
La génesis de esta problemática, de acuerdo
con los especialistas, abarca diversos momentos y estructuras de la vida
social: desde la falta de orientación y cultura en el seno familiar
hasta la falta de interés o desentendimiento del Estado en desarrollar
una eficiente política educativa, que incluya la educación
artística en los planes oficiales de los niveles básicos.
A lo anterior, consideran, deben sumarse la inercia y
la pasividad en la que se haya inmersa la sociedad al esperar que todo
provenga de un gobierno benefactor o paternalista, en vez de emprender
proyectos e iniciativas que involucren la participación del sector
privado.
Falta de orientación vocacional
''Vicios''
como ''el sindicalismo en las instituciones de enseñanza profesional
públicas'', entre ellos el Conservatorio Nacional o las escuelas
Nacional de Música de la UNAM y la Superior de Música, son
otros de los lastres señalados, pues en muchos casos dificultan
e inclusive impiden la renovación de cuadros académicos mejor
preparados.
Parte fundamental de ese atraso, subrayan, también
radica en la inexistente orientación vocacional a edades tempranas,
estigmas y prejuicios sociales sobre la profesión artística,
la como ya se dijo inadecuada preparación de algunos maestros, lo
cual obedece y va ligado con la carencia de recursos y estímulos.
Esta serie de observaciones cobran sentido e importancia
en estos días que la capital poblana se ha convertido en sede del
único encuentro de educación musical con propósitos
de excelencia que existe en el país.
Se trata de la segunda versión de Instrumenta Verano,
proyecto anual nacido en el seno de la sociedad civil merced al promotor
cultural Ignacio Toscano, mediante el programa Instrumenta, que él
encabeza.
Después de dos semanas de actividades, ese encuentro
llega hoy a su fin con un concierto de música sinfónica en
la ciudad de Puebla, programa que será repetido mañana domingo
en el Palacio de Bellas Artes.
Prejuicios vigentes
En ese contexto, Horacio Franco asume que la falta de
una estructura bien diseñada para detectar y consolidar talentos
es uno de los principales problemas por los que México no está
situado como potencia artística a escala mundial.
La falta de educación en la familia, así
como las enormes deficiencias en el sistema escolarizado son otros de esos
obstáculos, enfatiza el flautista, quien se desempeña como
profesor en el Conservatorio Nacional.
''Sufrimos tantos estragos de una mala educación
y de rezagos tan grandes, en términos de educación formal,
que los padres de familia están instalados en Big Brother,
el futbol y los escándalos de la política, lo cual, aparte
de patético, me parece que son aspectos que están minándole
mercado a la cultura en el país", prosigue.
''Es muy común todavía, por ejemplo, que
muchos padres trunquen las aspiraciones o vocaciones artísticas
de los niños impidiéndoles la práctica de alguna,
sea música, danza o pintura, con el convencimiento de que son puras
mariconadas, actividades para putos o de buenos para nada."
De acuerdo con el intérprete, esos prejuicios,
además de demostrar la enorme ignorancia e intolerancia que priva
aún en la sociedad, también son una especie de reflejo de
la falta de interés que prevalece en la política gubernamental
en relación con el arte y la cultura.
''Por increíble que parezca, los artistas somos
considerados actualmente por mucha gente que administra los dineros de
la cultura como parásitos sociales."
Se forman atrilistas, no músicos
Para la compositora Ana Lara, quien se ha desempeñado
también en la docencia, las deficiencias en el nivel de educación
básica son definitivas para impedir el desarrollo de la enseñanza
musical en el ámbito profesional.
Mientras en otros países la música es parte
integral de la educación, observa, en México ''desafortunadamente
no sucede eso".
Entonces, abunda, cuando los jóvenes ingresan al
conservatorio, prácticamente lo hacen sin conocimientos musicales,
y los que se dan allí no son tan buenos: existen problemas de audición,
solfeo, armonía, en fin de cosas básicas.
''Y en muchos casos lo que se está haciendo en
las escuelas es formar atrilistas y no músicos, lo cual es un problema
muy grave", subraya.
Al igual que Horacio Franco y Jorge Torres, Ana Lara está
convencida de que los planes de estudio de las escuelas profesionales ''no
son vigentes para nada", ante lo cual profesores de una nueva generación
comienzan a incluir enseñanzas fuera de los programas oficiales.
Precisa la autora: ''Hemos conservado una estructura educacional
del siglo XIX en la que el siglo XX se pasa totalmente por alto y en la
que los jóvenes no tienen contacto con la realidad musical del país,
tampoco las perspectivas suficientes para desarrollarse bien como músicos".
Denuncia Franco: ''Nuestros planes de estudio son muy
anacrónicos e inclusive muy ridículos. Los hicieron cuando
no había perspectiva a largo plazo y sólo se crearon para
el momento.
''Tan es así que, por ejemplo, el plan de estudio
para guitarra lo hizo un guitarrista que tocaba la vihuela y el laúd,
que había estudiado musicología y que por lo mismo escribía
muy bien. Decidió así incluir cuatro años de lectura
y redacción, y tres años de taller de música antigua,
porque él tocaba laúd.
''Como paradoja, en tanto, el plan de estudios de órgano
no contempla música antigua, cuando es un aspecto esencial para
el instrumento. Entonces, los planes de estudio son arbitrarios y a veces
muy mediocres. Son algo que debe realmente modificarse para que por lo
menos los alumnos no deban estudiar una carrera tan larga, tan basada en
cánones decimonónicos."
La escasa o inclusive nula existencia de material de estudio
y consulta (libros, partituras y discos compactos) de reciente creación
en las escuelas y conservatorios es otro de los aspectos que impiden el
desarrollo de los estudiantes, sostiene Torres, quien es profesor en la
Escuela Superior de Música.
''Tenemos un déficit enorme en la compra de material,
en pocas palabras no hay partituras contemporáneas para estudiar,
a diferencia de otros lugares, como París, que al lado tienes una
biblioteca con lo último que se ha compuesto", dice.
''En México, lo más reciente que tenemos
se remonta, si bien nos va, a 30 o 40 años. Esa es nuestra triste
realidad; no se ha considerado invertir en material didáctico.''
Por eso, enfatiza el compositor, hay tantas reservas e
inconformidades con el proyecto de la administración foxista de
construir la megabiblioteca.
''No necesitamos de una biblioteca gigante. Lo que sí
resulta imprescindible y urgente es actualizar con nuevo material las ya
existentes. Estamos en verdad en la calle de la amargura."
Sociedad clasista
De acuerdo con Horacio Franco, el socioeconómico
es también un factor condicionante para el retraso que mantiene
el país no sólo en su educación musical y artística,
sino en la educación pública.
''Somos un país totalmente clasista y lleno de
estigmas sociales, un país en el que si no eres hijo de nadie, si
no tienes dinero o no eres 'gente bonita' prácticamente te será
imposible lograr algo o te costará mucho trabajo", señala.
''Hay muchos músicos en México, como sucede
en casi todas las profesiones, que han comprado su carrera y su nombre
con dinero; y eso, aparte de que me da pena por ellos, es uno de los tantos
aspectos por los que nos mantenemos en el atraso.
''Lo clasista de la sociedad mexicana, entonces, ha impedido
que sobresalgan las personas talentosas, porque la necesidad de trabajar
y ganarse la vida que tiene esa gente que no es hija de nadie, le hace
perder la concentración y las fuerzas para procurarse una carrera
decente."
Poner a México al día en materia musical,
coinciden los tres artistas, es un proceso que llevará varios años
''y que tendríamos que comenzar ya".
Interviene Lara: ''Son muchas las inercias que debemos
enfrentar: el Estado es una, la plantilla docente es otra, porque evidentemente
para renovar los planes de estudios se necesita actualizar los conocimientos
de los maestros y no es generalidad que ellos quieran hacerlo".
Cada sexenio, como el ave Fénix
Elevar el nivel musical del país, sostienen, es
una responsabilidad social, de cada persona y cada músico, no sólo
del gobierno.
Asimismo, es esencial incluir la enseñanza musical
en la educación básica de cualquier niño.
''En los países del primer mundo musical, que no
necesariamente son del primer mundo económico, todas las materias
están acompañadas por la música como otra disciplina
importante de conocimiento y formación", expresa la compositora.
Sobre las bondades de incluir la enseñanza de la
música en los planes de estudio de nivel básico, apunta Torres,
''es una expresión que favorece el desarrollo de las sinapsis neuronales,
es decir, el cerebro se desarrolla mejor. Ayuda a la concentración,
a la convivencia, al respeto y la tolerancia. No es cuestión poética,
es real".
De allí que el autor critique la visión
del sistema político mexicano y del gobierno actual:
''El problema es que cada sexenio el país vuelve
a comenzar, como el ave Fénix, aunque muy patético.
''Este Estado tecnócrata considera a la cultura
y al arte como algo suplementario.
''Esa es la diferencia entre los países desarrollados
y el nuestro. En Europa y Asia la enseñanza de la música
es fundamental para la formación del individuo, mientras que aquí
no sólo se le excluye, al igual que las demás expresiones
artísticas, sino que se busca quitar otros conocimientos esenciales,
como la historia.
''Están obstinados en reducir la enseñanza
sólo a materias técnicas y tecnológicas. Esa es su
propuesta para un Estado feliz: crear obreros y maquiladores.
''Se quiere hacer de México un país de primer
mundo con una educación de quinta.
''¡Eso es imposible!"
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