DESFILADERO

Jaime Avilés

Plan de los 3 Puntos

ƑQué hará la televisión ante el desafuero?
Elías Troncoso será el fiscal contra AMLO

DILEMA DE LA TV. Cuando al "gobierno" de Vicente Fox se le revirtió la bomba mediática de los videoescándalos -con Carlos Ahumada preso en el Reclusorio Norte y la noticia de las 49 horas de confesiones hechas a las autoridades de La Habana, que pusieron a temblar a Santiago Creel-, tuvo que haber habido en Los Pinos una reunión del más "alto nivel" (bueno, perdóneseme el eufemismo) para, después de tanto asedio, poner en jaque al escurridizo pejelagarto.

ESTA COLUMNA HA descubierto lo que sucedió entonces. El general procurador general Rafael Macedo de la Concha convocó a su segundo de a bordo, el licenciado Carlos Javier Vega Memije, titular de la subprocuraduría especial para delitos federales, y le ordenó que, de cualquier manera, acusara penalmente a Andrés Manuel López Obrador.

UNA FILTRACION, DESDE los sótanos de la Procuraduría General de la República (PGR), ha revelado que, entonces, Vega Memije llamó a por lo menos 15 agentes del Ministerio Público Federal para que, trabajando cada uno a toda máquina, integraran el expediente de El Encino. Y en ese momento, con gran alivio, Creel declaró que "la justicia es apolítica", y días después, cuando López Obrador comenzó a defenderse, ahora por este enésimo golpe, el inflasecretario de Gobernación le respondió, palabras más, palabras menos: "Que no se queje", sin ocultar el tonito de burla.

SI A ESTO no se le llama golpe de Estado en contra de un gobernante legítima y constitucionalmente electo, la lengua castellana ha dejado de existir. Pero no termina allí la historia. De acuerdo con lo que señala la ley, el día en que se consume el desafuero -si los priístas lo respaldan, y todo indica que así lo harán- habrá un gran espectáculo en la sala principal del Palacio Legislativo de San Lázaro.

TODOS LOS SEÑORES diputados ocuparán sus curules y en la llamada máxima tribuna, debajo de las enormes banderas mexicanas, se instalará una suerte de tribunal más bien semejante a la Tremenda Corte del pícaro y entrañable Trespatines. En ese escenario, netamente teatral, tomarán asiento, de una parte, el fiscal que asistirá, por supuesto, cargado de acusaciones y condenas prefabricadas y, de la otra, el acusado, a quien sus adversarios quisieran ver ese día con piyama de rayas blancas y negras, como un bufón en desgracia.

DE ACUERDO CON el libreto que se está preparando, el señor fiscal tomará la palabra y, como en la famosa película de Mario Moreno Cantinflas, Ahí está el detalle, iniciará su perorata. Después, porque así le corresponde conforme a derecho, intervendrá López Obrador y tratará de demostrar a todos los presentes que llegó hasta ese sitio como víctima de una terrible y repugnante injusticia.

AQUI DEBE, OPORTUNAMENTE, abrirse un paréntesis para la reflexión. ƑQué harán las grandes cadenas de televisión en ese momento? ƑProporcionarán al público una cobertura en vivo, de costa a costa y de frontera a frontera? ƑO con su muy previsible silencio se harán cómplices de Fox, de Creel, de Macedo de la Concha y de Marta Sahagún que, a fin de cuentas, también está detrás de esto?

LA PREGUNTA ES oportuna porque, en ese instante, mientras la audiencia se lleva a cabo, previsiblemente estarán en las calles cientos de miles o quizá millones de personas. He aquí un tema que deberían ir discutiendo desde ahora los programadores televisivos; incluso, en busca de rating, podrían organizar desde ahora una suculenta mesa redonda protagonizada tal vez por los mismos políticos y politólogos que en el Canal de los Videoescándalos analizaron la megamarcha de junio.

ACASO JOAQUIN LOPEZ Dóriga y Javier Alatorre, desde sus respectivos nichos de mercado, podrían retomar aquella sana costumbre que les permitía consultar a su auditorio realizando encuestas inmediatas con teléfonos abiertos en los que el público sólo debía responder Sí o No. Y ya echada al vuelo la imaginación de esta columna, quizá podrían comenzar desde ahora preguntándonos si creemos que López Obrador es inocente o culpable.

La cruda del fiscal

UNO DE LOS mayores problemas para el subprocurador Vega Memije es que ninguno de los agentes del Ministerio Público Federal que armaron al vapor la acusación contra el jefe de Gobierno del Distrito Federal, repito, ninguno posee las suficientes dotes oratorias para darle a su acusación un mínimo viso de credibilidad. Es por ello que, después de realizar un cuidadoso casting entre no pocos abogados que conoce (y también entre algunos que no conoce), Vega Memije ya tiene listo el nombre de quien hará las veces del temible fiscal.

EL AGRACIADO SE llama Elías Troncoso. Es, por supuesto, mexicano, anda cerca de los 50 años de edad y, por más pasmosa que resulte esta supuesta coincidencia, ha trabajado toda la vida a la sombra de Vega Memije. Es, por decirlo de alguna manera, su protegido, y cuenta con su lealtad incondicional. Pero Elías Troncoso -también lo han filtrado ya las voces disidentes de la PGR, que las hay-, anda por ahí diciendo que, desde que recibió este encargo, duerme mal, come sin gusto, sufre a menudo de pesadillas y tiene de antemano una cruda moral que le ha entristecido la existencia.

ES QUE NO es para menos. Cuando suba a la tribuna de San Lázaro no hará el papel de un abogado en busca de la ciega justicia, sino el de un títere contratado para causarle daño a un hombre decente y perjudicar a los electores mayoritarios de la capital del país que le entregaron su voto a ese hombre decente y se sienten satisfechos de la manera en que los está gobernando.

PERO ELIAS TRONCOSO, como un buzo que se sumerge en aguas sucias, tendrá que apretarse la propia nariz para no vomitarse asqueado por su propia vileza y cometer la que sin duda será la peor aberración jurídica de su carrera profesional. Sabe ese abogado que en todos los juicios como ese que va a emprender, las autoridades acusadas se enlistan de arriba hacia abajo, empezando -en este caso concreto- por el jefe de Gobierno, pasando luego por el secretario y el subsecretrario de Gobierno, después por el oficial mayor, y así hasta llegar al responsable directo de la obra material que fue impugnada y por la que otro juez concedió el amparo y ordenó que se suspendieran los trabajos específicos como -en este caso concreto de nuevo- la apertura de una calle de cien metros que iba a darle servicio a un hospital.

SI BIEN LOS responsables de la autoridad acusados por el fiscal, insisto, se inscriben de mayor a menor importancia, los abogados acusadores, tradicionalmente, empiezan el proceso encarándose con el funcionario de hasta abajo de la lista. Si Elías Troncoso quisiera reconciliarse con su atribulada conciencia, aún podría rectificar las instrucciones de Vega Memije y Macedo de la Concha e, incluso en presencia de López Obrador y ante el pleno de la Cámara de Diputados, llamar al ingeniero que abrió la famosa calle en El Encino e invertir la pirámide de la infamia.

POR LO DEMAS, no se trata solamente de una cuestión moral sino también de orden práctico. En el total de los tribunales de nuestro país hay más de 8 mil acusaciones contra funcionarios de alto rango a quienes se considera culpables de haber violado una sentencia de amparo. Como López Obrador lo señaló en su momento, si a todas esas figuras públicas las juzgaran con el mismo rigor que a él, comenzando por la de más alta jerarquía, México se quedaría sin presidente de la República, sin gobernadores, sin secretarios de gabinete, y se cumpliría entonces aquella demanda de los argentinos en los días aciagos del corralito: "Que se vayan todos".

LO BUENO ES que Elías Troncoso aún cuenta con algunas semanas para escoger entre su tranquilidad interior y el supersueldo que sin duda ya le habrá ofrecido Vega Memije.

Crece el apoyo

TODO LO ANTERIOR, sin embargo, no ha hecho sino provocar indignación e inquietud en amplias franjas de la población mexicana. Prueba de ello son las 50 mil firmas que el domingo pasado otorgaron los habitantes de Ciudad Nezahualcoyotl a la dirigencia local del PRD para protestar contra el desafuero del peje de gobierno. Otra demostración de lo mismo es el entusiasmo que suscitó la convocatoria a la marcha de las cien horas en el Zócalo. Y sólo en el mismo tenor puede explicarse la fervorosa adhesión de los lectores de esta columna al autodenominado Plan de la Casa Lamm.

HA DESPERTADO TAL curiosidad esa propuesta que cientos de personas han acudido a la mismísima Casa Lamm para solicitar una copia o mayores informes al respecto. Y ese breve tumulto de visitantes no calculados ha movido a los directivos de la Casa Lamm a explicarme, amable y telefónicamente, que ellos tienen a su cargo una institución cultural apolítica, dedicada a la difusión de las artes, no a la agitación social ni mucho menos, en virtud de lo cual solicitaron que el nombre del plan se modifique.

PUESTO QUE ESE documento fue leído bajo los hermosos techos de la Casa Lamm y como a este columnista nunca le ha gustado abusar de la hospitalidad de sus anfitriones, Desfiladero propone que en adelante las ideas agrupadas en ese texto se conviertan, sin alteración alguna, en el Plan de los 3 Puntos, que además podrá ser abreviado con la fórmula P3P y suena incluso mejor. Por lo pronto, un lector ha creado ya un primer foro de discusión que se puede consultar en la Internet llamando a [email protected]. Y mientras tanto se sigue recibiendo correspondencia en el buzón de esta columna.

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