México D.F. Martes 13 de julio de 2004
Revela encuesta aversión de personal
especializado del sector Salud a portadores de VIH
Exhiben en Bangkok el grado de estigma a seropositivos
en México
ALEJANDRO BRITO ENVIADO
Bangkok, 12 de julio. La prueba de detección
del VIH debiera ser obligatoria para trabajadores del sexo comercial, hombres
con prácticas homosexuales, médicos y extranjeros, opinan
médicos, enfermeras, sicólogos, trabajadores sociales y personal
administrativo de hospitales públicos de México.
Una
encuesta del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) de México
revela que 86 por ciento del personal de salud de hospitales de IMSS, ISSSTE
y de la Secretaría de Salud apoyarían la detección
obligatoria del VIH en trabajadores sexuales, 66 por ciento opina lo mismo
en el caso de los hombres que tienen sexo con hombres y 55 por ciento está
en favor de hacerlo con los extranjeros, poblaciones a las cuales, además,
culpan de la epidemia. Por otro lado, aunque la mayoría, 89 por
ciento, se manifestó en favor de no hacer público el estatus
positivo del paciente, uno de cada tres encuestados respondió que
el jefe o patrón tiene derecho de saber el seroestatus de
sus empleados.
Estos datos fueron difundidos por investigadores de ese
instituto de la Secretaría de Salud en la primera jornada de la
15 Conferencia Internacional de sida, inaugurada el domingo en Bangkok,
Tailandia, por el secretario general de la ONU, Kofi Annan.
En diferentes presentaciones, César Infante y Silvia
Magali Cuadra, del Centro de Investigaciones en Sistemas de Salud del INSP,
expusieron que la encuesta fue aplicada a 373 proveedores de servicios
de salud en hospitales de Yucatán, estado de México y del
DF. Se trata del primer intento de medir los niveles de estigma y discriminación
hacia las personas que viven con VIH/sida presentes en hospitales públicos.
Los resultados no dejan de sorprender por tratarse del sector mejor informado
al respecto. Pese a que la mayoría recién había recibido
capacitación, 25 por ciento no supo diferenciar entre ser portador
del virus y haber desarrollado el síndrome.
Además, un elevado porcentaje del personal de salud,
78 por ciento, se percibe en riesgo de contraer la infección, por
lo que da trato diferenciado a los pacientes con VIH/sida. "Muchos médicos
no operan sin los resultados de la prueba de detección del paciente",
explica a La Jornada César Infante, uno de los autores de
la encuesta. Al final de su presentación en la sesión dedicada
al VIH/sida en el lugar de trabajo, el especialista explica que en el caso
de resultados positivos, los médicos llegan a posponer la cirugía,
se la dejan al médico del siguiente turno, aducen falta de sangre
o hacen lo posible por no entrar en contacto con el paciente VIH positivo.
De esta manera, "el test se convierte en instrumento de discriminación".
Además, añade, se aplica la prueba sin consentimiento del
paciente, a quien sólo se le informa que se le harán exámenes
de sangre, pero la prueba del VIH "se va en el paquete" sin ninguna asesoría
de por medio.
A pesar de que no hay un solo caso documentado en México
de médicos o personal de salud infectados por un pinchazo de aguja
o por una cirugía, el temor persiste incluso entre quienes no corren
riesgo. "Un porcentaje alto de sicólogos y trabajadores sociales
creen que corren riesgos al tratar a un paciente con VIH", explica la especialista
Silvia Magali en la sección de presentación de carteles.
"¿Qué tipo de consejería dan si sólo se trata
de hablar con el paciente? Son especialistas que deberían estar
muy bien entrenados."
El personal de salud de los hospitales públicos
no desconoce las medidas universales para evitar infecciones durante su
labor; sin embargo, la mayoría responde que tomaría precauciones
extras a las medidas recomendadas para tratar a personas con VIH/sida,
como usar doble o triple guante.
Magali Cuadra explica que las discriminaciones y estigmatizaciones
en los hospitales públicos ocurren en un contexto de mala calidad
de los servicios, donde escasea el material para llevar a cabo las medidas
universales de protección, lo que fue señalado por los encuestados
como uno de los obstáculos para acercarse o tocar a pacientes con
VIH/sida.
Lo curioso es que esta desconfianza y temor del personal
de salud se extiende a los médicos: 59 por ciento de la muestra
estuvo de acuerdo en aplicar la prueba obligatoria del VIH al personal
médico y 48 por ciento no consultarían un dentista VIH positivo.
Los especialistas informaron que se pretende ampliar la
muestra a otros estados de la República para tener un diagnóstico
más representativo del problema, pero los resultados obtenidos en
esta muestra pueden ser el punto de partida para tomar desde ahora medidas
contra la discriminación a las personas con VIH/sida en los hospitales
públicos.
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