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México D.F. Domingo 11 de julio de 2004
James D. Cockcroft*
Vientos de renovación en América Latina
Las inversiones extranjeras directas en América
Latina y el Caribe han disminuido por cuatro años consecutivos (2000-2003),
mientras que ha aumentado la salida de divisas de la región por
concepto de ganancias remitidas por empresas trasnacionales a sus países
de origen. Setenta por ciento de la población latinoamericana trabaja
en el sector económico "informal". En bre-ve, el genocidio económico
de la globalización neoliberal sigue en marcha.
Por eso hay un nuevo ascenso popular y una intensificación
de la lucha de clases en toda América Latina. Los movimientos sociales
protestan la privatización de la na-turaleza, la commodificación
de la vida y el pillaje que significa la globalización neoliberal
impuesta por el imperialismo, junto con el chantaje de las deudas externas
ilegítimas. A la vez, hay fuertes contratendencias: desestabilización
de gobiernos de centro-izquierda o populistas-nacionalistas, complots y
movilizaciones contrarrevolucionarias, represiones salvajes y criminalización
de los actos de protesta, aceleración de la violencia contra las
mu-jeres, gays y transexuales, y las minorías étnicas y asociaciones
progresistas, y amenazas graves contra la soberanía de naciones
como Venezuela y Cuba.
En el caso mexicano, los ladrones mi-llonarios de México
y otros países están tratando de privatizar todo, incluyendo
el sistema público de educación. Intentan acabar con el derecho
humano a un trabajo y un salario dignos, y cobrar más im-puestos
sobre los alimentos, las medicinas, los libros y las prestaciones. Sin
embargo, desde antes y después de1994, cuando se levantaron los
zapatistas en Chiapas, los movimientos sociales mexicanos han re-sistido
al entreguismo de Vicente Fox y sus antecesores priístas en la presidencia.
Ejemplos incluyen la campaña del Sindicato Mexicano de Electricistas
contra la privatización de electricidad y el movimiento de los ejidatarios
de San Salvador Atenco, que derrotó el proyecto de construir un
nuevo aeropuerto internacional.
El movimiento social mayor en América Latina es
el del pueblo cubano, que resiste el fortalecido asedio de Estados Unidos.
En mayo de 2004, más de 10 por ciento de la población cubana
llenó las calles de La Habana para denunciar los nuevos planes contrarrevolucionarios
del gobierno estadunidense de imponer un "cambio de régimen" en
la tierra martiana, la única liberada del imperio. El sistema social
y político en Cuba constituye la al-ternativa más completa
lograda hasta hoy por una nación al orden imperialista de explotación,
depredación ecológica y despojo impuesto al mundo por el
imperialismo y su globalización.
Cinco jóvenes cubanos están encarcelados
en Estados Unidos bajo los cargos falsos de ser espías o asesinos,
mientras los terroristas espiados por ellos en Miami gozan de plena libertad
y hasta aparecen junto a Bush II y otros funcionarios públicos que
los tratan como héroes. Los cinco cubanos entregaron información
al FBI que permitió evitar 170 ataques terroristas. A la vez, es
posible que haya inmensos depósitos de petróleo en la parte
cubana del Golfo de México. Todo esto ha causado en el gobierno
bushiano incrementar la campaña de "cambio de régimen" contra
el pueblo cubano, creando un peligro bastante grave para toda "nuestra
América", como la llamaba José Martí.
Para entender los movimientos sociales de América
Latina, hay que destacar ocho puntos:
1. El rol de los indígenas, notablemente en Bolivia,
Perú, Ecuador, Guatemala y México, pero hasta un nivel sorprendente
también en países donde hay pocos de ellos, por ejemplo Argentina
y Chile. Las etnias de todas las Américas viven y reconocen el hecho
que atrás del imperialismo hay más de 500 años de
sujeción genocida y su resistencia. En este sentido, los indígenas
se dan cuenta de ciertas realidades fundamentales, como la continuidad
del im-perialismo, el uso del secuestro, desaparición y tortura
rutinarias, destrucción ecológica, y la creación y
perpetuación de una deuda externa no pagable para chantajear económicamente
a pueblos enteros.
2. Los roles de las mujeres y la gente pobre, vistos en
el surgimiento de su resistencia y liderazgo -fueran los casos de las comandantes
zapatistas, las Madres de Plaza de Mayo, las piqueteras y obreras
argentinas que recuperan fábricas abandonadas por sus patrones;
las masas pauperizadas venezolanas y los Círculos Bolivarianos que
defienden a su presidente y el constitucionalismo; las obreras, vendedores
ambulantes y amas de casa bolivianas de la gran ciudad de El Alto, quienes
organizan sus comités barriales de defensa y lucha, cuadra por cuadra;
o los miles de hambrientos nicaragüenses, que lanzaron su marcha de
protesta hacia Managua en abril de 2004. Es de sus levantamientos, su toma
de conciencia -y de los nuevos análisis feministas e investigaciones
económicas sobre la pauperización y su rol en la acumulación
de capital- que proviene de la necesidad de incorporar una teoría
del patriarcado y de la triple explotación de la mujer en cualquier
investigación del imperialismo y del desarrollo de los movimientos
sociales.
3. El rol de los medios de comunicación como actores
políticos. Este papel se ve en los atentos de fuerzas derechistas,
mafiosas y pro imperialistas de provocar incidentes y derrocar gobiernos
progresistas, como en los casos venezolano y cubano (el acto ilegal y provocador
del reciente lanzamiento por el gobierno estadunidense de una plataforma
aérea, un C-130 Comando Solo, para la transmisión
de radio y TV Martí). Se ve también en la criminalización
de los movimientos sociales. En los noticieros se invocan repetidamente
las palabras "actos de violencia" (sin referencia a los agentes provocadores
del Estado) para describir las protestas pacíficas del movimiento
altermundista, durante sucesos como el descarrilamiento de la cumbre de
la OMC en Cancún y del ALCA en Miami 2003 (lo que forzó al
gobierno de Estados Unidos a aceptar un "ALCA flexible"), y el encuentro
ineficaz de la Comunidad Europea y naciones latinoamericanas en Guadalajara
2004.
4. El rol de la juventud, en las calles durante el argentinazo
de 2001, en las huelgas estudiantiles, en los movimientos contra la impunidad
de los oficiales de las guerras sucias pasadas y actuales, en los
movimientos en favor de los derechos de las y los homosexuales y transexuales,
o en el movimiento altermundista por "otro mundo posible".
5. El rol de los campesinos, a pesar de las nuevas olas
de represión violentísimas dirigidas contra ellos. En muchos
países, como México y Brasil, por ejemplo, el campesinado
en su mayor parte es un nuevo proletariado y funciona como fuerza de trabajo
barata, flexible y migrante, aunque a la vez comienza un proceso de recampesinización
cuando tiene que volver a parcelas rurales para cultivar los alimentos
mínimos para la supervivencia. Sea en los movimientos cocaleros
de los países andinos o el Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem-Terra
(MST) de Brasil, las regiones rurales y las afueras urbanas latinoamericanas,
por lo general, constituyen una zona de guerra de clases intensísima.
6. El rol de trabajadores sindicalizados o tratando de
sindicalizarse. Ellos y ellas desarrollan nuevas formas de lucha contra
los patrones y los charros, como la formación de confederaciones
sindicales independientes -por ejemplo, Frente Auténtico del Trabajo
(FAT) en México- o alternativas -Unión Nacional de Trabajadores
(UNT), en México, y la nueva confederación del mismo nombre
en Venezuela-. Además, se internacionalizan de las luchas obreras.
Casos sobresalientes incluyen las fábricas de Coca Cola en Guatemala
y Co-lombia y varias otras luchas en las maquiladoras de México
y Centroamérica. Otro caso ejemplar es la huelga de los 625 trabajadores
afiliados al independiente Sindicato Nacional Revolucionario de Trabajadores
de la Compañía Hulera Euzkadi, propiedad de la trasnacional
alemana Continental Tire, en El Salto, Jalisco. En febrero de 2004, el
SNRTE ganó el reconocimiento oficial de la existencia legal de su
movimiento de huelga iniciado hace más de dos años, y en
mayo sus líderes viajaron a Alemania para recibir aún más
apoyo internacional. Muchos sindicatos participan también en las
grandes manifestaciones altermundialistas, como en Cancún o Miami
2003 y Guadalajara 2004, o en el Foro Social Mundial, que atrae más
que 100 mil participantes del movimiento altermundialista a sus encuentros
internacionales anuales.
7. El rol de los fundamentalismos, especialmente el del
mercado de la globalización neoliberal que subyace todos los fundamentalismos
en sus etapas contemporáneos. Este tortura millones de personas
diariamente. Por año mueren 36 millones de personas por hambre;
la mitad de los niños en el mundo sufren de desnutrición.
8. El creciente reconocimiento entre los pueblos de América
Latina de la necesidad de aliarse en sus luchas e internacionalizarlas.
Ejemplos del nuevo internacionalismo incluyen la Marcha Mundial de las
Mujeres (www.marchemondiale.org); el MST en Brasil, que forma una
parte de la Vía Campesina, una red de movimientos de campesinos
en 87 países; la campaña por la desmilitarización
de América Latina, iniciada en Chiapas en 2003, que ya tiene lazos
con la campaña internacional para cerrar las 702 bases militares
estadunidenses en el mundo, y el Foro Social Mundial.
*Historiador y sociólogo de la Universidad Estatal
de Nueva York
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