México D.F. Sábado 10 de julio de 2004
Con la novela El cazador de luciérnagas,
el periodista completa una trilogía
La crueldad humana es lo peor que hay en la vida: Lorenzo
León
La falta de humanismo impide identificar a los hombres
que luchan por un ideal, deplora
Estados Unidos la utiliza y la exhibe ante el mundo,
como en la guerra contra Irak
JORGE CABALLERO
El periodista y escritor Lorenzo León Zazueta (Sinaloa,
1928) lanza su tercera novela, El cazador de luciérnagas.
El autor, en entrevista con La Jornada, define
esa obra como ''el pináculo de una vida. El personaje, Fabrizio
Fierro, es una especie de Buda mexicano, un Siddharta mexicano. También
es una sinfonía que se oye a través de toda una vida, por
eso lo visualicé en una sintonía en tres partes y no le puse
capítulos.
''La primera parte es el ser, el hombre; luego la magia
de la vida y el final de la vida que es el camino a la eternidad.''
El cazador de luciérnagas (Durandarte Editores,
2004) complementa la trilogía iniciada con su novelas Café
turco, memoria de un reportero que se hizo pasar por adivino y prolongada
con Negros, nubarrones negros, ''donde retrato el sufrimiento del
pueblo de México, la historia de la provincia mexicana a través
de un obrero y de un campesino'', explica.
El águila, símbolo de nobleza
Lorenzo León Zazueta menciona que su personaje
de El cazador de luciérnagas ''son todos los hombres libres,
los que tienen ideas, los que luchan por un ideal; todos esos hombres son
Fierro. Los hombres que dan sin ver qué les regresan, los que no
ponen la otra mejilla para que les den otro chingadazo.
''El problema es encontrar a estos hombres, casi todos
son invisibles que conocen el poder, que han estado cerca y que lo han
tenido, pero nunca lo han tomado, nunca han gritado aquí estoy.
Lo que pasa es que la falta de humanismo ha llegado a tal grado que no
los identificamos.''
Avecindado
en Puerto Vallarta, el periodista cuenta una anécdota para ilustrar
su anterior respuesta: ''Hace algunos años fui a Mazatlán
y entré a una farmacia a comprar una aspirina o un mejoral. Me quedé
viendo la farmacia que estaba muy bien surtida, con banderas de Estados
Unidos... estrellas texanas... era una de las primeras boticas que trabajaba
las 24 horas del día.
''Comencé a platicar con el dueño de la
farmacia que era un hombre de mi edad, en esa época como andaba
con insomnio, tuvimos mucho tiempo para platicar y me dijo: 'Yo he estado
mucho tiempo en México, nunca encontré a un hombre como tú,
ahora, qué curioso, llegas por acá y nos encontramos'. Platicamos
horas enteras tomando sólo café, no necesitamos nada más.''
León Zazueta explica la pista para reconocer a
las personas como su protagonista de El cazador de luciérnagas:
''¿Cómo reconocemos a los iniciados? Jesús, ¿cómo
les hacía saber quién era él?, pues con su báculo
dibujaba un pez en la tierra y después lo borraba con el pie.
''Al igual que Sócrates, no escribió ninguna
palabra, porque Platón habló por Sócrates. Cristo
no dejó ninguna palabra escrita porque no les interesa simplemente.
Esos son los humanistas, los conductores de la humanidad.
''El cazador de luciérnagas no interesó
a los grandes editores porque tiene pocas hojas, porque no tiene sangre,
ni violencia, ni un gringo grosero que se conquiste una mexicana
y se la coja y tengan hijos, porque es un libro limpio.
''Fabrizio Fierro -prosigue Lorenzo León- habla
de que la basura al quemarse toma un gran ascenso, pero no por eso una
basura nunca llegará a ser un águila, que es el símbolo
universal de dignidad.
''El león es universalmente noble y se usa en los
escudos de armas; no hay un tigre porque este animal no es noble. El águila
es noble, el halcón no, el tiburón no es noble, el delfín
sí. Su nobleza radica en que el águila hace lo mismo que
el halcón, se come un pájaro en el aire, únicamente
que el halcón se lo come vivo, cruelmente; el águila mata
a su presa y después se la almuerza, ese es el símbolo de
nobleza, porque no es cruel.
''Lo peor que hay en la vida es la crueldad humana; dañar
si es necesario, pero no con crueldad. Por ejemplo, la guerra de Estados
Unidos contra Irak es con crueldad. Sé que tienen una lucha, pero
ese país usa la crueldad y la exhibe en el mundo.''
La palabra da libertad
Lorenzo León da un giro a la plática y expresa:
''La búsqueda del conocimiento, de eso se habla en El cazador
de luciérnagas. Muchas veces uno cree que va por el sendero
correcto y se va por una vereda que nos hunde más.
''El hombre al que su mujer pide dinero y dinero, con
ambición, él se mete en negocios turbios como vemos en México;
mientras gozan de ese dinero, y nadie lo sabe, piensan que están
en el camino correcto y ahora están en la cárcel y la miseria.
''El problema es saber si se va en el camino correcto
o incorrecto y eso sólo se sabe mediante la propia inteligencia.
Nadie lo sabe decir, ni los padres ni los abuelos; uno mismo sabe cuándo
hace bien o hace mal, al igual que cuando uno sabe que le duele un callo,
aunque el zapato esté muy bonito.
''La premisa del cazador es una búsqueda de la
buena vida, en el buen sentido de la palabra: de la vida del humanista.
El asunto es vencer los distractores, por eso mi personaje conoce la embriaguez,
a las mujeres, la traición, los amigos, el dolor, ha vencido a la
muerte.
''Mi personaje es una fábrica de fierro, un hombre
fuerte, invencible en la mente y en las acciones. Ha vencido a la muerte
y se ha superado.''
Acerca del germen de su cazador de luciérnagas,
manifiesta: ''He leído mucha literatura universal, los rusos, los
ingleses, los italianos, las filosofías, teologías, religiones;
mi conocimiento autodidacta es muy extenso.
''Este autor es Lorenzo León Zazueta, el protagonista
es un Buda mexicano. Jorge Luis Borges siempre decía que él
era todos sus personajes y si le preguntas a Pablo Neruda él es
el cartero, y el minero y él era el que hablaba con los mineros,
o sea, el hombre es la medida de todas las cosas.''
Por último, el autor de El cazador de luciérnagas
asegura que ''ésta es una trilogía en 76 años de vida.
El hilo conductor de la obra es mi vida, mi familia, mis hijos, mis amores,
mis odios, mis encuentros y desencuentros.
''Me alimento de donde se nutre el escritor: de los viajes
y de sus reflexiones.
''Además tengo muchos artículos sueltos
publicados en algunos periódicos en los que he colaborado y estoy
pensando recopilar.''
La pulsión de León Zazueta por esa recopilación
es porque: ''La palabra da libertad y yo he dicho lo que me ha dado la
gana, tanto en mis artículos periodísticos como en mis libros.''
Más información sobre el autor en la dirección
electrónica [email protected]
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