México D.F. Jueves 8 de julio de 2004
Advierten sobre un intento de privatización y mercantilización
Empleados del sector cultura del gobierno federal rechazan el proyecto de ley
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
Trabajadores del sector cultura del gobierno federal, adscritos al Sindicato Nacional de Trabajadroes de la Educación (SNTE), manifestaron ayer su absoluto y definitivo rechazo al proyecto de Ley de Fomento y Difusión de la Cultura que la presidenta del CNCA, Sari Bermúdez, propuso al Poder Ejecutivo y que éste a su vez presentará como iniciativa formal ante la Cámara de Diputados.
Representantes sindicales de 10 delegaciones del SNTE anunciaron ayer el inicio de una serie de acciones para impedir que prospere ese proyecto que, como dio a conocer La Jornada (1/07/04), concentraría y centralizaría las atribuciones del CNCA, convirtiéndolo de facto en una secretaría de cultura, en detrimento de dependencias como los institutos nacionales de Antropología e Historia y el de Bellas Artes.
Representantes sindicales pertenecientes, entre otros, al INAH, al INBA y a Radio Educación, reprocharon los términos hasta ahora conocidos de dicho proyecto de ley y lo calificaron como un intento de imposición.
A la reunión sindical, efectuada en el auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología, asistieron representantes de grupos artísticos, manuales, investigadores y docentes vinculados con el sector cultura.
Una de las primeras acciones que realizarán será reunirse con diputados de la Comisión de Cultura, el próximo miércoles.
Cuestionaron el sigilo con que se maneja el proyecto y acordaron solicitar a las autoridades culturales, por medio de los legisladores, que den a conocer el contenido del proyecto.
Los presentes celebraron lo que describieron como un rencuentro de los trabajadores de la cultura, al que se refirieron como un reinicio de la lucha por la defensa de sus derechos y de las instituciones culturales.
De acuerdo con el proyecto, del cual La Jornada posee copia, el Estado se vería obligado a brindar apoyo a las llamadas ''industrias culturales", entendidas como ''asociaciones y sociedades con actividades de producción, comercialización, reproducción, distribución y comunicación que favorecen la creación cultural".
Lo general de la descripción implica el riesgo de que las beneficiadas por ese apoyo terminen siendo empresas como Televisa, Televisión Azteca y OCESA, entre oros grandes consorcios del entretenimiento masivo.
Aspectos como éste fueron calificados por esos representantes como un intento de privatizar y mercantilizar la cultura.
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