México D.F. Domingo 4 de julio de 2004
En Tapachula y Comitán el grupo Beta
ha atendido a 4,754 indocumentados en 5 meses
En ascenso, número de centroamericanos que intentan
cruzar México ilegalmente
ALONSO URRUTIA ENVIADO
Guatemala, 3 de julio. El sostenido incremento
de la migración por la frontera sur de México ha implicado
un aumento de las cifras de atención a indocumentados por parte
de los grupos Beta. En los primeros cinco meses del año los servicios
que han requerido los ilegales centroamericanos representan ya 61
por ciento del total de los reportados durante 2003, de acuerdo con cifras
del Instituto Nacional de Migración (INM).
Dos grupos apostados en Tapachula y Comitán, Chiapas,
han atendido a 4 mil 754 migrantes que han requerido auxilio en su fallido
intento por internarse en territorio mexicano, en su mayoría de
manera transitoria, para dirigirse a su destino final: Estados Unidos.
Las cifras no incorporan la atención a indocumentados centroamericanos
en el norte del país, donde se incrementan los riesgos.
En buena medida esto ha permitido reducir durante el año
en curso el número de muertes de indocumentados centroamericanos,
pues al mes de mayo únicamente habían fallecido ocho ciudadanos
de origen guatemalteco por causas atribuibles a riesgos físicos:
deshidratados sólo cuatro y el resto por diversas causas.
Quizá
el caso de Guilder Alvarez Barrera sea el más dramático.
El reporte oficial sobre su muerte atribuye el deceso al impacto que tuvo
una anemia aguda: sección de la arteria femoral provocada al tratar
de abordar un tren en movimiento.
Sin embargo, es el único fallecimiento por ese
tipo de percances. Los grupos Beta dan cuenta de otros 27 casos en los
que los migrantes han sufrido la amputación de algún brazo
o pierna debido a las difíciles condiciones de viaje.
Para autoridades de Guatemala, esta es sólo una
parte de los riesgos que enfrentan los centroamericanos. A éstos
se deben añadir otros que también los acechan en su camino:
asaltos e incluso homicidios, así como la violación a sus
derechos humanos. La cifra de muertes y heridos no recogen los provocados
por la violencia humana.
Empero, de acuerdo con el reporte de los grupos Beta -que
se limita a dar cuenta sobre la información en materia de derechos
humanos y de riesgos de violencia-, únicamente al mes de junio este
tipo de orientaciones ya superaba 36 por ciento el total contabilizado
en 2003, en gran medida por el aumento sustancial del flujo migratorio,
estimado en 50 por ciento, entre 2002 y 2004.
Las violaciones a los derechos humanos de los migrantes
centroamericanos son atribuidas en gran medida a la corrupción que
impera entre las autoridades de ambos lados de la frontera. Quizá
por ello, como parte del Acuerdo de Repatriación Segura y Ordenada,
se incorpora el combate a la corrupción en las áreas migratorias
de ambos gobiernos.
En el caso de Guatemala, en el contexto de la firma del
citado arreglo, se denunció que durante 2003, todavía bajo
el gobierno de Alfonso Portillo -a quien el nuevo gobierno investiga por
corrupción-, se dio el hecho de que la repatriación de 89
mil migrantes centroamericanos no fue completada. Según denuncias
en este país, la mayoría se las arregló para permanecer
en esta nación y buscar eventualmente internarse de nueva cuenta
a territorio mexicano.
Con el nuevo arreglo, México asume el compromiso
de financiar el traslado de indocumentados de El Salvador y Honduras a
su país, a cambio de que la vigilancia en los autobuses que los
trasladen esté a cargo de la policía nacional guatemalteca.
Las cifras no son menores: 89 mil de ambos países.
El aumento en la migración centroamericana ha obligado
al INM a ampliar la capacidad de las estaciones migratorias en el sureste
del país, esencialmente en Chiapas. Ya se proyecta la construcción
de una nueva estación migratoria en esa entidad, con el propósito
de revertir el hacinamiento que ha provocado el aumento del flujo migratorio.
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