Políticos del país caribeño debaten "plan de transición" que quiere imponer Washington

Celebraciones independentistas de Cuba y Estados Unidos, en La Habana

Decide Fidel Castro que se transmita reunión parlamentaria por el canal internacional

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

La Habana, 2 de julio. De la fiesta que ofrecía el más importante diplomático de Estados Unidos salió una masa compacta de globos azules, blancos y rojos que el viento se llevó hacia el auditorio donde, a menos de un kilómetro, Fidel Castro y la cúpula dirigente cubana rebatían el plan de Washington para un "gobierno de transición" en la isla.

En la exclusiva zona de residencias del oeste de La Habana, el jefe de la misión estadunidense, James Cason, celebró el jueves por la noche el aniversario 228 de la independencia de su país. A la misma hora, a unos cientos de metros, en el Palacio de las Convenciones sesionaba la Asamblea Nacional del Poder Popular, el parlamento cubano.

No había quien pudiera recordar cuándo estuvieron tan cerca dos reuniones similares, desde que en 1977 se abrieron en Washington y en La Habana las secciones de intereses, oficinas de rango inferior al de embajada, puestos de avanzada de dos países situados a menos de una hora de vuelo pero sin relaciones diplomáticas desde hace más de cuatro décadas.

Esa coincidencia fue patente en la ruta de acceso a la residencia de Cason, que ayer estuvo cortada al tránsito normal, en un anillo de seguridad en torno a la sesión parlamentaria, una de las pocas ocasiones del ritual político cubano que reúne al jefe de Estado, a su hermano menor y ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, Raúl Castro; al Consejo de Estado en pleno, al Buró Político y a la dirigencia regional del Partido Comunista, al gabinete ministerial y a más de 500 diputados, en su mayoría funcionarios públicos o líderes de organizaciones sociales.

Los globos irrumpieron cuando Cason terminó un discurso de contrapuntos entre los dos sistemas políticos: "En nuestra largamente establecida democracia es posible que no demos el suficiente valor a las bondades que poseemos y olvidemos lo duro que tuvimos que luchar para lograr nuestras libertades. No es el caso de Cuba, donde el costo de defender los derechos humanos es tan alto".

Escuchaban diplomáticos destacados en La Habana, periodistas extranjeros, religiosos y unas decenas de cubanos, ninguno vinculado con las estructuras oficiales. Al contrario. Entre ellos estaban los más conocidos opositores, incluso Leonardo Bruzón, quien acaba de salir de la cárcel, donde estuvo dos años sin juicio, y Las damas de blanco, grupo de mujeres, esposas o hijas de disidentes presos que han hecho de sus albos vestidos un gesto testimonial por la liberación de sus familiares.

Unos minutos antes Castro había sorprendido a los participantes a la otra reunión con un anuncio: contra la costumbre, la sesión parlamentaria estaba saliendo en vivo por el canal internacional de la televisión cubana.

La emisora del Congreso de Estados Unidos había preguntado el miércoles si habría transmisión. "Se les informó que sí. Ustedes han estado hablando para el mundo", aseveró Castro a los diputados, quienes para entonces ya llevaban horas diciendo que la "transición" no pasará.

Sus protestas contra una parte del plan, la que limita los viajes a Cuba, se conectan con las de los emigrados que han quedado varados en Miami y no podrán visitar a sus parientes en la isla antes de tres años.

ƑEsa conexión será un nuevo punto de apoyo en una contienda política como la que devolvió a su país al balserito Elián González? La conjetura surge cuando Castro habla del interés del Congreso estadunidense por la sesión en La Habana y más tarde el presidente de la Asamblea, Ricardo Alarcón, aclara a los parlamentarios que no está terminando esa noche la discusión del asunto, sino que apenas empieza.

Desde su residencia, Cason elogió la atmósfera de discusión pública de su país: "Sólo sacando los problemas a la superficie los ciudadanos podrán unirse para resolverlos. Sólo sugiriendo otras opciones es que los estadunidenses podrán debatir cuál es el mejor rumbo a seguir".

"Es el discurso de la transición", dijo un invitado a la fiesta. Pero en Estados Unidos...