México D.F. Jueves 1 de julio de 2004
Comparecieron directores de bancos ante legisladores
Piden cirugía mayor a la banca de desarrollo
para evitar riesgos
VICTOR CARDOSO
Diputados y senadores exigieron ''una cirugía mayor''
a la banca de desarrollo de México para evitar que en menos de una
década puedan presentarse quiebras que representen un gasto mayor
para el erario.
El
planteamiento fue hecho por legisladores de diversos partidos integrantes
de la tercera comisión de la Comisión Permanente del Congreso,
que citaron a comparecer a los directores de Nacional Financiera (Nafin),
del Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) y Banco Nacional de
Obras y Servicios Públicos (Banobras), Mario Laborín, Héctor
Reyes Retana y Luis Pazos, respectivamente.
Laborín y Pazos dedicaron sus exposiciones a engarzar
avances en materia de financiamientos productivos a los sectores público
y privado, y sólo reconocieron el peso de los pasivos laborales
en las finanzas de cada una de las instituciones. En el caso de Nafin,
72 por ciento del gasto en servicios personales es para cubrir el pago
de jubilaciones, derivado de que por cada trabajador en activo (882) hay
1.6 jubilados. Banobras, por su parte, tiene 1.4 trabajadores jubilados
por uno activo.
La participación de Reyes Retana parecía
ir en el mismo tenor, pero casi al final soltó la advertencia sobre
la ''terrible'' sobrerregulación de la banca de desarrollo, la duplicidad
de funciones y, entre otros, la escasez de recursos económicos para
cumplir sus funciones. ''En la mayoría de los países los
recursos para promoción se asignan presupuestalmente y aquí
quieren que salga de nuestros propios recursos; nos exigen resultados,
pero no nos dan las herramientas para lograrlos'', respondió a las
críticas de los legisladores.
Entre
enero y mayo de este año, Bancomext registró pérdidas
por 180 millones de pesos, pero si se excluye el gasto promocional de los
resultados financieros, habría una utilidad de 39 millones de pesos.
Y eso que ese tipo de gasto disminuyó 14 por ciento, al pasar de
706 millones de pesos en 2000 a 605 millones en 2003, afirmó.
Por su parte, el director de Banobras, Luis Pazos, también
se sumó a los reclamos y señaló que la sobrerregulación
impide una mayor eficiencia en la asignación de créditos.
Muchos funcionarios de la institución, dijo, prefieren no otorgar
créditos a enfrentar represalias por un error.
En esa situación, la cartera de crédito
de Banobras es de 140 mil millones de pesos, 8 mil millones menos que en
2000 y 17 por ciento menor a 2002, cuando llegó a 169 mil millones
de pesos.
Frente a este panorama, advirtió: ''Si no nos ponemos
las pilas, en 10 años no hay Banobras''.
Mientras tanto, Mario Laborín reconoció
un problema de fondeo para atender los requerimientos derivados de las
relaciones laborales en Nafin. Citó que a la institución
le faltan mil millones de pesos para respaldar el pago de sueldos y faltarían
recursos adicionales por otros 4 mil millones de pesos para seguros médicos
y otras prestaciones.
Dijo que entre 2001 y 2003 la institución a su
cargo tuvo que absorber un impacto de mil 300 millones de pesos derivados
de impuestos no pagados, aumento en la reserva, pago de jubilaciones y
liquidaciones, y gastos en sistemas
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