México D.F. Miércoles 23 de junio de 2004
Autor de la novela Hotel Balmori, publicada
por el sello Joaquin Mortiz
La literatura es la mejor forma de vivir: Francisco
Pérez Arce
La trama tiene como contexto el movimiento estudiantil
del 68, el neocardenismo y la irrupción del zapatismo en Chiapas
Ese libro ''hace las veces de espejo o eco de la realidad'', expresa
ANGEL VARGAS
Obstinarse en olvidar puede ser la peor decisión.
Puede convertirse en una medida profundamente dolorosa, implacable, incluso
por encima del propio recuerdo. No por otra causa sino porque es un deseo
o una determinación que, de manera paradójica, en muchas
de los casos arraiga aún más la memoria.
Es
por ello que algunos de los personajes de Hotel Balmori (Joaquín
Mortiz), la más reciente novela del historiador y escritor mexicano
Francisco Pérez Arce, si bien persisten en mantener un silencio
sepulcral sobre su pasado, nunca se afanan por olvidarlo.
Otros, como es el caso de la protagonista de esta narración,
una joven y bella mujer que de pronto se quedó sin nadie en la vida,
se empeñan en recuperar la memoria como una forma de asirse de su
existencia y darle sentido.
Esto ocurre teniendo como entretelones algunos de los
sucesos históricos y políticos más relevantes del
último tercio del siglo XX mexicano, como el movimiento estudiantil
del 68, las guerrillas de los años 70, el movimiento democrático
encabezado por Cuauhtémoc Cárdenas a finales de los años
80 y la irrupción neozapatista de Chiapas en 1994.
Tales acontecimientos, merced a la destreza de la pluma
del autor, se mezclan y fusionan con situaciones y hechos ficticios para,
a la postre, dar cuerpo a una argamasa de sorpresa y suspenso en la que
resulta difícil distinguir entre lo real y lo inventado.
El tema es la memoria
No obstante tales referencias históricas y políticas,
así como el origen profesional de Pérez Arce como estudioso
del pasado, no se trata de una novela testimonial ni histórica,
mucho menos política, como aclara el escritor en entrevista.
''Mi intención nunca fue hacer una obra didáctica
ni un ensayo, tampoco para ser leída entre líneas", explica.
''El tema es la memoria. De cómo la protagonista,
al verse de repente despojada de su pasado, va en busca de él. Ese
es el punto de partida."
La recuperación y el uso de hechos históricos
en los que se desenvuelve la trama de Hotel Balmori sólo
cumplen una función escenográfica y de creación de
atmósferas, aspecto del que el autor asume que quizá sí
influyó en gran medida su otro oficio profesional.
''Obviamente no puede separarse al historiador del escritor.
Sin embargo, hacer literatura permite libertades que de ninguna manera
pueden tomarse como historiador, entre ellas tener que apegarse estrictamente
a los sucesos y a las fuentes", abunda.
''Lo que importa en el caso de esta novela es cómo
viven los personajes sus circunstancias, sus deseos, sus frustraciones,
el desamparo, sus culpas, y no preocuparse por el origen ni la veracidad
de la información."
Pérez Arce refuta que el cultivo de la literatura
sea una forma de descontaminarse de su trabajo como historiador y economista.
El lenguaje, referente común
''Para mí la literatura es la mejor forma de vivir.
Es entrar en la ficción con toda libertad para inventar y recuperar
personajes, situaciones, anécdotas, para expresar todo aquello que
no puede expresarse mediante otros géneros sino sólo mediante
la literatura", indica Pérez Arce.
''Antes de ésta, tengo tres novelas. Si yo supiera
de antemano qué quiero decir, haría un ensayo. En literatura
no se sabe exactamente qué se quiere decir hasta que se está
desarrollando el texto, pues es mucho lo que quiere expresarse."
En el caso específico de Hotel Balmori se
da cuenta de un suceso no real, pero que tiene mucho de semejante con hechos
que realmente ocurrieron, como el asesinato de la familia del líder
campesino Rubén Jaramillo, indica. Por eso es un libro que ''hace
las veces de espejo o de eco de la realidad".
Abunda: ''Cada escritor tiene motivaciones extrañas,
su manera de trabajar y de encontrar sus referentes con la realidad. En
el caso de los míos son muy próximos e inmediatos: están
definidos por mi biografía, las vivencias históricas que
generacionalmente me han tocado vivir.
''Sin embargo, independientemente de cuáles sean
los referentes específicos de cada quien, todos los escritores,
inclusive aquellos que cultivan lo más alejado de la realidad, la
literatura fantástica, tenemos un referente común: el lenguaje."
-Como historiador y escritor, y dado que en su libro se
entremezclan sucesos reales con inventados, ¿qué opina de
la tan trillada frase de que la ficción supera en muchos casos a
la realidad?
-Los hechos que nos tocan vivir hacen valedera esa frase
muy a menudo. Cuando vivimos el asesinato de (Luis Donaldo) Colosio, así
como el de (José Francisco) Ruiz Massieu; la insurreción
de los indígenas chiapanecos en 1994; cuando vemos al presidente
Fox diciendo y haciendo cosas que nadie se las hubiera imaginado, me parece
que esa frase está muy viva, aunque a mí no me gusta mucho.
''Pienso que la realidad no tiene porqué compararse
con la ficción. Son esferas distintas.''
No puede haber olvido
Si bien en Hotel Balmori hay pasajes e historias
cruentos e insospechados, como una matanza de campesinos cometida por el
ejército, dos sobrevivientes que logran huir, nexos con la guerrilla
y el hampa, y un militar arrepentido, los personajes persisten en mantener
la memoria como un acto de reafirmación.
Al respecto indica el autor: ''No puede haber olvido.
Aunque es algo que algunos quisieran en ciertos momentos, siempre hay algo
que los regresa a su memoria.
''La vida del ser humano está hecha más
de olvidos que de recuerdos. Eso es algo esencial para vivir, cierto, pero
hay pasajes tan fuertes en la existencia que son indesechables".
La presentación de la novela de Pérez Arce
será el próximo 8 de julio, a las 19 horas, en el Café
la Selva (Torres Adalid casi esquina Gabriel Mancera, colonia Del Valle).
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