México D.F. Viernes 18 de junio de 2004
La comisión del 11-S da a conocer
más detalles sobre la incompetencia del gobierno
Las mentiras de Bush no implicarían una derrota
electoral, dicen expertos
Si la economía de EU mejora y se calma la situación
en Irak, podría relegirse: Larry Sabato
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 17 de junio. La comisión
bipartidista que investiga los atentados del 11 de septiembre divulgó
hoy nuevos detalles sobre la incompetencia absoluta del gobierno de George
W. Bush en los momentos en que se realizaban los secuestros de los aviones,
además de revelar una mentira directa del presidente al pueblo estadunidense,
y por otro lado, el secretario de Defensa Donald Rumsfeld intentó
sin éxito explicar su aprobación explícita para violar
la Convención de Ginebra en Irak.
Pero estas revelaciones y las crecientes dudas de la credibilidad
de Bush y su gobierno, que parecen multiplicarse cada día, no necesariamente
implican que resulte en la derrota del presidente en las elecciones nacionales
de noviembre, dicen expertos.
"Bush definitivamente está en apuros por lo de
Irak", afirma Larry Sabato, politólogo de la Universidad de Virginia.
"En casi toda encuesta confiable, no alcanza más que estar empatado
con su contrincante y en algunas está perdiendo hasta por 7 puntos,
lo cual equivale a unos 9 millones de votos". Pero en entrevista con La
Jornada, Sabato advirtió que si los problemas de seguridad en
Irak se "calman" después del traslado del poder civil a un gobierno
interino y si la economía estadunidense continúa mejorando,
Bush aún podría ganar en noviembre, a pesar de las mentiras,
engaños y hechos que demuestran incompetencia en el manejo de su
gobierno.
James
Lindsay, un analista del Consejo de Relaciones Exteriores, asociación
de especialistas en política exterior, agrega que el hecho de que
el presidente estuviera equivocado al afirmar que existía un vínculo
entre Al Qaeda y el régimen de Saddam Hussein es menos importante
que si la situación de seguridad en Irak mejora y Washington puede
empezar a regresar algunas tropas. "Las conclusiones de la comisión
¿hacen más fácil para que los demócratas digan,
miren, el gobierno está mal? La respuesta es: sí", declaró
Lindsay al New York Times. "Pero la pregunta más grande para
el gobierno es si puede lograr estabilizar a Irak. Si hace eso, neutralizará
en gran medida la amenaza que el tema de Irak representa para la relección
del presidente".
Tanto Lindsay como Sabato están de acuerdo en que
las revelaciones casi cotidianas sobre la incompetencia, evasión
y hasta de mentiras explícitas han minado la credibilidad del presidente.
Hoy la comisión bipartidista que investiga los atentados del 11
de septiembre presentó audiograbaciones y emitió un informe
documentando la extensa falta de comunicación y el fracaso de altos
funcionarios en responder a la noticia del secuestro de aviones ese día.
Pero el daño político más severo
causado por la comisión podrá ser la documentación
difundida esta semana y que mina lo que tal vez es la última justificación
oficial que quedaba para lanzar la guerra contra Irak: el argumento de
que el régimen de Hussein estaba vinculado a Al Qaeda y por lo tanto
con los atentados contra las Torres Gemelas y el Pentágono.
El presidente Bush insistió hoy en que "había
una relación entre Irak y Saddam y Al Qaeda". Pero en un intento
aparente para responder al informe de la comisión, agregó:
"este gobierno nunca dijo que los atentados del 11 de septiembre fueron
orquestados entre Saddam y Al Qaeda".
Esta segunda declaración sólo puede ser
caracterizada como una mentira explícita. Bush, en una carta enviada
al Congreso de Estados Unidos fechada 18 de marzo de 2003 -dos días
antes de que su gobierno lanzó la guerra contra Irak- declaró
que la guerra estaba autorizada bajo la legislación que permite
el uso de fuerza contra aquellos que "planearon, autorizaron, cometieron
o apoyaron los atentados terroristas ocurridos el 11 de septiembre de 2001".
Copia de la carta aun está disponible en el sitio oficial de la
Casa Blanca en Internet.
Aun si el presidente sobrevive a esta nueva ronda de ataques
contra su credibilidad, es casi seguro que está considerando deshacerse
de su secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. Bush se vio nuevamente obligado
a reiterar su confianza en Rumsfeld, pero horas más tarde éste
no logró responder a preguntas insistentes sobre por qué
había autorizado personalmente que los militares en Irak escondieran
de la Cruz Roja a un detenido iraquí durante por lo menos 7 meses.
Altos funcionarios del Pentágono han insistido
durante meses en que todos sus prisioneros en Irak son sujetos a las Convenciones
de Ginebra y un informe del Pentágono emitido este año, y
respaldado por Rumsfeld, afirmaba explícitamente que ocultar a la
Cruz Roja a detenidos es "engañoso, contrario a la doctrina del
ejército, y en violación de la ley internacional".
Hoy, Rumsfeld insistió en que no había ninguna
obligación de notificar "inmediatamente" a la Cruz Roja sobre todo
detenido, pero un abogado del Pentágono señaló que
Estados Unidos sí está obligado a notificar "puntualmente"
a la Cruz Roja.
El secretario de Defensa intentó entonces escaparse
de la responsabilidad, informando que él sólo estaba respondiendo
a una solicitud del director de la CIA, quien había pedido que ese
prisionero se mantuviera detenido sin registrar su presencia en las listas
oficiales, las cuales se entregaban a la Cruz Roja.
Al concluir su ronda con la prensa, Rumsfeld reconoció
que el Pentágono está iniciando una investigación
sobre la razón por la cual la Cruz Roja no fue informada de la presencia
de este prisionero en Irak. Pero como suele hacer, Rumsfeld se dedicó
ha criticar a los medios en general, y al Washington Post en particular,
por minar la guerra contra el terrorismo y colocar en peligro a los soldados
estadunidenses al sugerir que oficiales y funcionarios de alto nivel habían
emitido órdenes autorizando la tortura y la violación de
las convenciones de Ginebra.
El New York Times, al describir los múltiples
ataques sobre la credibilidad del presidente esta semana, resumió
la respuesta de la Casa Blanca como un intento para negar, frente a las
cámaras de televisión, toda contradicción que se presentara
con la esperanza de poder cambiar el tema antes de las elecciones. "Su
objetivo real pareció como poner un curita sobre cualquier herida
que sufrió, continuar avanzando hacia el 30 de junio, cuando Estados
Unidos retornará la soberanía a los iraquíes, y después
confiar en su capacidad de redefinir la elección en términos
más favorables para el señor Bush".
|