México D.F. Jueves 17 de junio de 2004
No invirtió suficiente en educación,
infraestructura y tecnología, afirma el Nobel
México ha perdido competitividad y atractivo
para inversionistas, dice Stiglitz
Al no restructurar el sector bancario, debilitó
al exportador que se quedó sin crédito
DAVID ZUÑIGA
México ha perdido competitividad y atractivo para
los inversionistas, porque desaprovechó el impulso económico
que le dio el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)
y no invirtió suficiente en educación, infraestructura y
desarrollo tecnológico, afirmó el premio Nobel de Economía
2001, Joseph Stiglitz.
En entrevista con La Jornada, el autor de Los
felices 90. La semilla de la destrucción, sostiene que el principal
factor que contribuyó a que México empezara a salir de la
crisis de 1994-95, más que el paquete de rescate financiero de Estados
Unidos, fue el incremento de las exportaciones derivadas del TLCAN, favorecidas
por la devaluación y por créditos de empresas estadunidenses
a sus filiales mexicanas.
Sin
embargo, señala, el crecimiento posterior a la crisis no tenía
bases sólidas y el país no restructuró en forma eficiente
su sector bancario, a pesar de que era parte central del plan de rescate
del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial. Como resultado,
el sector no exportador se debilitó por falta de crédito
y los salarios se estancaron durante años. Hoy día, la principal
ventaja comercial de México, que consiste en los bajos costos de
transporte por su cercanía con Estados Unidos, está quedando
rebasada.
Aún así, la receta aplicada en México
por los organismos financieros internacionales se llevó a Tailandia,
Indonesia, Corea del Sur, Rusia, Brasil y Argentina, ''con resultados que
podrían situarse entre el mero fracaso y el desastre''.
Por otra parte, el ex asesor económico de Bill
Clinton advirtió que el aumento de tasas de interés en Estados
Unidos perjudicará a México, al incrementar el costo de su
deuda externa y encarecer más el crédito de la banca en el
mercado interno.
El ex vicepresidente del Banco Mundial coincidió
con el presidente del Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos, Alan
Greenspan, en que por ahora no se vislumbraban grandes presiones inflacionarias
y el aumento de tasas podría ser ''moderado''; sin embargo, el mayor
problema será a mediano y largo plazos, debido al elevado endeudamiento
de Estados Unidos y su bajo nivel de ahorro interno, lo que ''inevitablemente
llevará a más incrementos en las tasas reales''.
El gobierno de Bush, ejemplo de ''irresponsabilidad
fiscal''
El catedrático de la Universidad de Columbia cuestionó
el optimismo sobre la recuperación de Estados Unidos y advirtió
que en 2005 la tasa de crecimiento volverá a bajar. El desempeño
de 2004, explica, será mejor que en los tres años previos,
pero ello no quiere decir que la economía se haya fortalecido: el
país acaba de pasar por cuatro años de pérdida de
empleos, situación no vista desde la Gran Depresión.
No obstante, los mayores problemas son el ''enorme'' déficit
comercial y el fiscal, que reducirán la capacidad de Estados Unidos
para invertir en educación, tecnología e infraestructura
básica, lo que a su vez mermará el crecimiento a largo plazo.
''Greenspan y casi todos los analistas han empezado a
darse cuenta de cuán irresponsable ha sido la administración
de George W. Bush, que ha aplicado recortes fiscales y ha incrementado
el gasto, medidas que, juntas, son el ejemplo más extremo de irresponsabilidad
fiscal jamás visto''.
Interrogado sobre la recomendación de la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económicos para que Estados
Unidos aplique una reforma fiscal que reduzca su déficit, Stiglitz
dijo que el problema es la baja productividad de la estructura fiscal estadunidense.
Por ello, dijo, se deben cobrar más impuestos a la población
de mayores ingresos, que durante los últimos 25 años ha recibido
grandes beneficios fiscales, y ser ''muy cuidadosos'' en la aplicación
de impuestos al consumo, los cuales considera regresivos.
Una herencia peligrosa
El autor de El malestar en la globalización
considera que George W. Bush está en desventaja electoral porque
''le ha mentido abiertamente al pueblo de Estados Unidos una y otra vez:
lo ha hecho sobre la guerra en Irak y sus costos, sobre la capacidad de
la economía para soportar los recortes fiscales de 2001 y 2003,
y sobre el abasto de medicamentos para el programa Medicare. Ha prometido
reducir el déficit a la mitad en cinco años, pero al mismo
tiempo impulsa medidas que lo empeoran''.
Si Bush resulta electo, afirma, lo más probable
es que el déficit se incremente y se mantengan los privilegios para
la clase más rica, y si gana Kerry heredará ''un desastre'';
sin embargo, podría enfrentarlo con una reforma tributaria y una
restructuración del gasto.
Otro legado de Bush es el persistente riesgo de fraudes
corporativos como los cometidos por WorldCom, Enron y Xerox, pues si bien
la ley Sarbanes-Oxley, que prevé nuevas normas de contabilidad y
protección a los accionistas fue un paso en la dirección
correcta, es insuficiente.
En el ámbito externo, el gobierno de Bush ''ha
demostrado que no cree en la democracia global, quiere dictar las normas,
no entiende la justicia social, que todos vivimos en un planeta que compartimos
y que problemas como el calentamiento global nos afectan a todos. Cuando
el país más poderoso del mundo actúa con base en estas
premisas surgen problemas.
''Para mí es absolutamente vital que haya un cambio
de administración. Creo que con un nuevo gobierno en Washington
se crearán las bases para una nueva globalización, para tratar
de establecer un nuevo orden económico basado en principios de justicia
social y solidaridad, que comparta la mayoría de la gente''.
Un planteamiento del nuevo libro de Stiglitz es impulsar
la cooperación entre mercado y Estado. El gobierno ''debe asumir
la función que le corresponde: socio, no sirviente de la comunidad
empresarial. La principal responsabilidad del gobierno es con la gente''.
Si las autoridades asumen y fortalecen su papel de regulador, ello redundará
en beneficios para el sector privado, al ofrecer reglas claras que a su
vez favorecerán la inversión.
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