México D.F. Jueves 17 de junio de 2004
La entrega de personas se realiza sin respetar
los acuerdos bilaterales
Cada día, EU deporta a 2 mil 500 mexicanos indocumentados
Se calcula que unas 15 bandas internacionales trafican
con ciudadanos centroamericanos
ALONSO URRUTIA ENVIADO
Naco, Son. Casi son las dos de la madrugada. Una
camioneta de la Patrulla Fronteriza se acerca a la línea, se abren
las puertas y, vigilados a la distancia, casi una veintena de indocumentados
desesperados, hartos y tensos son devueltos a su realidad: México.
Es la suerte que diariamente corren 2 mil 500 mexicanos, según las
cifras oficiales del Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos.
Las deportaciones no tienen hora ni contemplaciones. No
se cuidan las formas pactadas en los convenios. Mujeres y niños
son repatriados como todos, a pesar de los acuerdos bilaterales que hablan
de su deportación ordenada y en horarios diurnos.
Ampollados y hambrientos, aún deben pasar un trámite
más: ratificar su identidad, confirmar que son mexicanos.
-¿Identificación?
-No traigo nada. Se perdió.
-¿Quién eres tú? ¿De dónde
eres?
-María del Rosario. De Tiríndaro, Michoacán.
Nerviosa, Rosario se esfuerza porque le crean los datos
sobre su identidad. Que su verdadero nombre es María del Rosario
y sobre todo que es michoacana, para que la dejen pasar al país.
No hay papel que dé fe de ello. Es una peculiar lucha por acreditar
su identidad.
Otros, quienes se presentan con maltrechas y, a veces,
hechizas credenciales de elector, pretenden convencer al oficial de migración
que son el mismo que aparece en la foto. "Soy Eddie Pérez. De Apango,
Puebla. ¿Y por qué saliste así? No sé. ¿Qué
no ve que estoy igual de feo?", intenta bromear para distender el momento.
-¿Qué comida hay en Puebla? -le preguntan.
-Camote.
-¿Qué más?
-Mole.
-Pásale -concluye el diálogo.
Rogelia Méndez, de Motozintla, Chiapas pasó
por algo similar.
-¿Cómo sé que eres de Chiapas?
-Soy de allá.
-¿Quién es Marcos?
-El subcomandante.
-Pásale.
Rogelia sonríe y cruza junto con su hija de 10
años. Son preguntas elementales para confirmar su nacionalidad.
Decenas de paisanos de Chiapas, Guerrero, Zacatecas, Michoacán
y otras entidades regresan lo mismo por Naco que por Nogales o Agua Prieta,
muy distantes del Sasabe, donde muchos fueron detenidos. Se identifican
con lo que sea, hasta con el papel de la reciente liberación de
la cárcel de algún condado cercano. "Estuve seis años
por vender droga y seis meses más por pegarle a un guardia". Como
él, varios ex convictos regresan a México, sin más
trámite.
En Nogales, un proceso similar culmina con un desplante
de humillación. Tres camiones llegaron casi al mismo tiempo, casi
un centenar de migrantes dejan algunos desperdicios en su tránsito
a México. El grito de un oficial de la Patrulla Fronteriza se escucha:
"¡hey, llévate tu basura!". Un indocumentado chiapaneco recoge
la bolsa que acababa de tirar al piso antes de regresar al país.
Ariel Venegas, subdelegado regional en Nogales del Instituto
Nacional de Migración (INM), explica las necesidades de los interrogatorios:
"son necesarios, porque la Patrulla Fronteriza nos quiere meter muchos
goles. Nos manda muchos centroamericanos."
Los centroamericanos, aferrados a no ser deportados hasta
su país de origen, ven en su regreso a México la última
esperanza para volver a intentar cruzar la frontera sin gastar los miles
de dólares que les cuesta el viaje desde su tierra.
Juan Fernando Tax. Tuxtla Gutiérrez.
-¿Qué hay en Tuxtla?
-No sé, vivo en un rancho, lejos.
-¿En Tuxtla?
-Sí.
-¿Qué sabes de Chiapas?
-No he salido del rancho.
-¿Traes pisto?
Se esculca las bolsas y dice que ya no le queda.
Primera señal que es de Guatemala. El pisto entre
los guatemaltecos es el dinero, y no la bebida.
-¿Eres guatemalteco?
-No.
-A ver, ¡fájate, ya no hay nadie!
(todo el grupo ha pasado ya y sólo queda él).
Tímidamente intenta quitarse el pantalón.
-Ya déjalo, eres de Guatemala.
-¿Ya te dieron de comer?, ¿quieres agua?
-le ofrecen.
Fajarse en Guatemala es desnudarse. Media hora después
es devuelto a la Patrulla Fronteriza.
Venegas reconoce que los interrogatorios son un trabajo
un tanto ingrato, pero que como autoridad migratoria mexicana tienen que
hacerlo para evitar deportaciones indebidas. "En ocasiones hemos tenido
que devolverles medio camión".
El paso de extranjeros por Sonora ha registrado un notable
incremento a partir de este año. Un drástico cambio en la
delegación regional del INM, precedido por el cese de todos los
mandos medios, ha llevado a que se duplique la cifra de indocumentados
detenidos en el estado. En cuatro meses se ha incrementado en casi 80 por
ciento las detenciones comparadas con las cifras de 2002, y ya se superó
la totalidad de los registrados en 2003, pues al 19 de mayo la cifra era
de 3 mil 104. Hay una investigación en marcha sobre el proceder
de los anteriores responsables de la delegación del INM en Sonora.
Para el nuevo delegado, Jorge Luis Mireles, la clave está
en la aplicación de operativos en toda la entidad comenzando
por el aeropuerto de Hermosillo, donde en el año más de medio
millar de extranjeros han sido detenidos.
De acuerdo con las cifras del INM, el paso de indocumentados
brasileños ha comenzado a incrementarse, si bien los centroamericanos,
y especialmente los guatemaltecos -casi la mitad del total-, salvadoreños
y hondureños, componen el grueso de migrantes detenidos.
También se han montado operativos en la
terminal aérea de Ciudad Obregón y en diversos sitios entre
Hermosillo y la frontera. Esta vez, los aseguramientos se dieron
en el punto de revisión de Benjamín Hill.
Casi una treintena de guatemaltecos permanecen varados
a la orilla de la carretera, a la espera de un autobús fletado por
el INM para su traslado a Hermosillo y de ahí a la estación
migratoria de Iztapalapa.
En el grupo hay muchos menores, todos con historias diferentes,
pero con el denominador común de la pobreza. Salarios de menos de
tres dólares al día como jornaleros.
-¿Será que se apiaden, señor? -pregunta
uno de ellos.
Minutos después llega el camión. Y sin más,
todos inician el viaje a Hermosillo.
Según Venegas, la tendencia de detenciones en 2004
hace suponer que se duplicarán respecto a las de 2003. Y aunque
también se han incrementado las querellas contra los polleros
-123 en el mismo periodo, que involucran a 200 traficantes- es claro que
el desmembramiento de bandas no guarda relación con el ritmo de
detenciones.
Es difícil detener a los polleros -reconoce
Venegas- "traen muy aleccionados y amenazados a los migrantes, tienen sus
datos, saben dónde viven en muchas ocasiones. Entonces, aunque nosotros
intuyamos quién es el guía, no podemos actuar, salvo con
denuncia expresa".
Mireles refiere que el estimado de bandas internacionales
que opera en el tráfico de centroamericanos es de entre 12 y 15,
pero casi todas tienen ramificaciones. Sin embargo, su combate corresponde
a la Procuraduría General de la República.
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