México D.F. Martes 15 de junio de 2004
Afirmaba ser protegido de Acosta Chaparro y
delinquía con total impunidad, acusan
Desde los 70, la carrera delictiva de Montiel López,
según testigos
Señalan ante la SIEDO que Estrada Cajigal conocía
y solapaba los delitos del ex jefe policiaco
JESUS ARANDA
La
carrera delictiva de José Agustín Montiel López -ex
coordinador general de la Policía Ministerial de Morelos, detenido
por la Procuraduría General de la República (PGR) por la
protección que brindó a los líderes del cártel
de Juárez, Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, y
Vicente Carrillo Leyva- comenzó desde su ingreso en los años
70 a la Dirección Federal de Seguridad (DFS), donde conoció
a los generales Arturo Acosta Chaparro y Francisco Quirós Hermosillo,
para terminar como brazo derecho del gobernador de esa entidad, Sergio
Estrada Cajigal.
De acuerdo con declaraciones rendidas ante la entonces
Unidad Especializada en Delincuencia Organizada -actualmente Subprocuraduría
de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO)-,
las cuales sirvieron de base para ejercitar acción penal contra
Montiel López y Alberto Pliego Fuentes, ex coordinador de la Policía
Judicial de Morelos, actualmente prófugo, existen evidencias de
que el primero fue "protegido" de Acosta Chaparro e, incluso, de que Estrada
Cajigal estaba al tanto de los ilícitos en que participaban sus
ex jefes policiacos.
Las declaraciones de testigos presenciales fueron también
tomadas en cuenta para que Raúl Coutiño Morfín, agente
del Ministerio Público de la Federación, solicitara el 23
de mayo de 2003 órdenes de cateo a lugares en los que "concurren
ocasional o habitualmente" Carrillo Leyva y Esparragoza Moreno.
Búsqueda de documentos
Además -indica la petición, de la cual tiene
copia La Jornada-, con los cateos se buscaba hallar agendas con
números telefónicos de otros miembros del cártel
de Juárez, títulos de propiedad, contratos de arrendamiento,
órdenes de pago y de cobro, identificaciones de servidores públicos
protectores de criminales y documentación sobre operaciones mercantiles
o financieras ilícitas.
La petición, añade el escrito, era necesaria
para acreditar el cuerpo del delito de operaciones con recursos de procedencia
ilícita y delincuencia organizada y que la PGR pudiera actuar penalmente
contra Carrillo y Esparragoza. Así, se solicitaba el cateo de siete
propiedades ubicadas en la ciudad de Cuernavaca, en el poblado de San José
Vista Hermosa; en los municipios de Tlaltizapán y Chinconcuac; además,
el agente federal daba cuenta de que, para lograr la detención de
Carrillo y Esparragoza, se anexaban fotos de éstos en el expediente.
La dependencia federal da cuenta de una declarante, identificada
como Beatriz, que narró reuniones en las que participaron El
Azul y los jefes policiacos mencionados, en el poblado de Huitzilac.
También se informa de encuentros en la hostería Las Quintas.
Respecto de la relación de Montiel con los generales
mencionados, quienes fueron sentenciados por la justicia militar por nexos
con el narcotráfico, la declarante afirma que, cuando trabajaban
en la DFS, Acosta Chaparro y Quirós Hermosillo conocieron a Pliego
Fuentes y Montiel López.
"Acosta Chaparro agarró a Pliego como ayudante
y también a Montiel, y desde entonces anduvieron juntos por todos
lados.
"Por ejemplo, cuando Acosta Chaparro estuvo en Guerrero
-como director de la policía-, se llevó a Pliego y Montiel."
Agrega el testimonio que desde entonces Acosta Chaparro
tenía nexos con Vicente Carrillo, como después los tuvo con
Amado Carrillo Fuentes, El señor de los cielos y, en consecuencia,
Pliego y Montiel trabajaron para la organización delictiva.
"Debido a esas relaciones existe una gran red de complicidad
con las autoridades de Morelos y ex funcionarios, así como con gente
de la PGR en la entidad."
Otro testigo, con clave Rodrigo, afirmó ante los
agentes federales que Pliego Fuentes fue agente del Centro de Investigación
y Seguridad Nacional y realizaba sus negocios con el narcotráfico
con total impunidad "porque se decía protegido del general Acosta
Chaparro".
Un elemento central que revela los nexos entre funcionarios
y narcotraficantes es el testimonio rendido el 25 de enero de 2003 por
Marco Antonio Yépez Uribe, en contra de quien la PGR ejerció
acción penal el 23 de abril de 2004.
El proceso contra Yépez Uribe es consecuencia de
la averiguación PGR/UEDO/352/2002, "por los delitos de violación
a la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada y contra la salud, en
la modalidad de colaboración al fomento al narcotráfico,
y homicidio calificado, en agravio de Luis Alan Pano Vega, ex comandante
de la Policía Ministerial de Morelos, quien fue ejecutado
en 2002".
Según el testimonio, Yépez fue escolta y
jefe de seguridad de Lauro Ortega Martínez cuando éste fue
gobernador de Morelos. Después señala que Carrillo Leyva
hacía llegar droga al aeropuerto de esa entidad y que, para transportarla
a otros sitios, contaba con la protección de gente de confianza
de Montiel López.
Además de estar involucrado en el homicidio de
Pano Vega, Yépez se refirió al asesinato de Benjamín
Gómez González, El Chino. Afirmó en su declaración
ministerial que el 15 de junio de 2002 fue a una comida a casa de éste,
en Temixco, Morelos, en la que se encontraban varios invitados.
Ahí, Benjamín Gómez platicó
que le había salido mal la cargada o siembra de droga,
comentario que causó molestia entre funcionarios de la entidad.
Yépez narró posteriormente una reunión celebrada el
20 de junio de 2002 en Casa Morelos -residencia del gobernador del estado-,
en la que participaron Guillermo Tenorio Avila, procurador; Diego Eugenio
Salinas Novión, director operativo de Caminos y Puentes, y Estrada
Cajigal.
"El gobernador comenzó a preguntarme la razón
por la cual querían matar a Salinas Novión, a lo que le contesté
que era un lío amoroso, ya que andaba acostándose con la
esposa de un narcotraficante, pero el gobernador me dijo que teníamos
que hablar como éramos, como hombres, y me pidió, para empezar,
el nombre de mi jefe, y le dije que si íbamos a hablar de mi jefe
mejor me paraba y me iba. De nuevo el gobernador me preguntó el
nombre de la persona que quería matar al señor Salinas, contestando
que se trataba de Benjamín Gómez, El Chino. Salinas
Novión señaló: 'Ah, ese hombre es el que me ha querido
perjudicar desde hace tiempo', porque él había descubierto
la venta de droga en las casetas de cobro y había corrido a 300
personas, entre ellas a la esposa de Benjamín.
"Después el gobernador me cuestionó sobre
cómo se iba a desarrollar el operativo para dar muerte a
Salinas Novión, explicándole yo cómo se iba a llevar
a cabo (...) Después de esto me dijo el señor gobernador
que de cuánta lana estábamos hablando. Le contesté
que no era cuestión de dinero, que lo que queríamos era formar
un grupo especial y sacar a toda la gente del Distrito Federal que Montiel
había llevado, que por eso estaba Morelos como estaba, ya que los
policías ministeriales deben ser del estado de Morelos, y el gobernador
le preguntó al comandante de la Policía José Luis
Chávez qué le parecería la Dirección Metropolitana;
también le dije que quería formar el grupo especial, 'que
mi jefe directo sea usted y el señor procurador', y me contestó:
'Perfecto, hágame este trabajito bien y se va usted al cielo'."
Más adelante Yépez declara sobre el asesinato
de Gómez en un cañaveral por el rumbo de Tlaltizapán,
operativo por el que horas después serían felicitados
por el propio gobernador, según el testimonio que consta en actas.
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