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México D.F. Lunes 14 de junio de 2004
El país encabeza denuncias levantadas
en el contexto del acuerdo paralelo al TLCAN
Trasnacionales violan derechos humanos laborales en
México
Contratación de menores, entre los abusos practicados
por firmas como Sony y General Electric
PATRICIA MUÑOZ RIOS
Empresas extranjeras asentadas en México, como
Dol-INS, General Electric, Honeywell, Sony, Sprint, Maxi Switch, Taesa,
DeCoster Egg, Han Young, Itapsa/Chelín y Solec, realizan prácticas
violatorias de los derechos humanos laborales, como discriminación
sexual, contratación de menores de edad, atropellos a la libertad
sindical e incumplimiento de los reglamentos de higiene y seguridad, según
señalan denuncias levantadas en el contexto del Acuerdo de Cooperación
Laboral de América del Norte.
Durante la vigencia de este acuerdo paralelo al Tratado
de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), México ha
recibido a la fecha 29 denuncias por violaciones a los derechos laborales,
Estados Unidos 14 y Canadá 11, revelan informes del Centro de Reflexión
y Acción Laboral (Cereal).
Puntualizan que en el caso de México, la mayoría
de las violaciones laborales que se han presentado corresponden a empresas
de capital extranjero. Por ejemplo, informa sobre el caso de la compañía
Dol-INS, la cual fue denunciada por contratar menores de edad.
A
su vez, General Electric, Honeywell, Sony, Sprint y Maxi Switch fueron
señaladas ante esta instancia trinacional por cometer actos de discriminación
sexual, es decir, dar un trato diferente a las mujeres trabajadoras respecto
del que otorgan en cuanto a salario y condiciones laborales para los hombres.
Mientras que otras compañías como Taesa y DeCoster Egg, obstruyeron
la libertad sindical, según establecen las denuncias presentadas.
La investigación del Cereal, dirigida por su coordinador
general, Carlos Rodríguez Rivera, indica que desafortunadamente
ninguna queja ha llegado a nivel de panel (que es la única instancia
que sanciona comercialmente), sino que sólo se han llevado a cabo
"consultas ministeriales" para ver estos casos, entre los funcionarios
de los países involucrados, los cuales han emitido "recomendaciones".
Para este centro, los abusos laborales que cometen las
trasnacionales, junto con el recrudecimiento de la situación de
los derechos de los migrantes mexicanos en Estados Unidos, permite concluir
que para el capital internacional no importan los acuerdos que firmen sus
gobiernos porque no los respetan y no hay autoridades legales internacionales
que los obliguen a hacerlo.
Señala, además, que durante la vigencia
del TLCAN, "no ha habido ni más ni mejores empleos"; los pocos trabajos
que se han creado con precarios, es decir, no cumplen con prestaciones
de ley; los salarios mínimos y contractuales han perdido entre 19
y 20 por ciento de poder de compra; se ha incrementado la enorme diferencia
entre los salarios que se pagan en México, Estados Unidos y Canadá
y se han abaratado los costos laborales con la consecuente precarización
del trabajo.
Entre 1994 y 2003 la demanda de empleo fue de 9.3 millones
en México, pero sólo se creó una tercera parte, es
decir 3 millones, y 60 por ciento quedó insatisfecha" indicó
el Cereal, y explicó que incluso para 2003 por primera vez en la
historia contemporánea de México, la ocupación en
la informalidad supera a la del sector formal de la economía.
Aun cuando el sector manufacturero concentró en
el periodo del TLC 87.35 por ciento de las exportaciones totales del país
y 49.5 de la inversión extranjera, "hoy existen menos empleos que
antes del tratado", ya que se tienen 81 mil 400 menos empleos directos
en este rubro y también menos empleos indirectos; y el sector de
la maquila perdió entre finales de 2000 y el primer semestre de
2003 más de 291 mil 600 empleos.
Además de los insuficientes trabajos, los pocos
que se han creado son "precarios", porque el 55 por ciento de ellos no
cumple con ninguna de las prestaciones de ley. Así, para el segundo
trimestre de 2003, de los formalmente asalariados 41 por ciento no tiene
ninguna prestación, 10 millones laboran con un contrato verbal y
sólo 30 por ciento están sindicalizados, estima el Cereal.
Y en cuanto a las remuneraciones, entre 1994 y 2003 los
salarios mínimos y contractuales perdieron, respectivamente, 20
y 19 por ciento de su poder de compra. En tanto, los salarios y prestaciones
en el sector manufacturera cayeron 9 por ciento y los de la industria manufacturero
siguieron -en promedio- 40 pesos por debajo de los salarios industriales.
De esta forma, los trabajadores mexicanos contratados
por las filiales norteamericanas ganan 75 por ciento menos que los obreros
y empleados de estas mismas compañías en Canadá, y
en relación con Estados Unidos la diferencia es de cuatro contra
10 dólares la hora.
Así, el TLCAN "como componente de una estrategia
económica, no ha traído mayor crecimiento económico
ni mayor bienestar, ni mayor respeto a los derechos humanos laborales",
concluye el Cereal, y estima que el acuerdo fue una estrategia fallida
y que el convenio paralelo en materia laboral no ha permitido detener las
"presiones feroces" para disminuir los derechos laborales.
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