El problema de la inversión en México
En
México es muy baja la proporción
del producto interno bruto (PIB) que se destina a la inversión
productiva. Esto es lo que se llama coeficiente de inversión
que, desde 1988, no logra rebasar de manera decisiva 20 por ciento.
Durante todo este periodo, el promedio de dicho coeficiente está
por debajo del promedio alcanzado entre 1960 y 1980. La crisis de 1995
llevó este indicador a su nivel más bajo (14.6 por
ciento) y la recuperación posterior ha sido a todas luces
insuficiente para acrecentar el acervo de capital de la economía
que sirva de sustento para un crecimiento robusto y sostenido de la
actividad productiva y del empleo. La inversión en maquinaria y
equipo ha mostrado una tendencia descendente desde 2000. En tanto que
la construcción apenas exhibe una leve recuperación,
luego del largo estancamiento que registró. Entre 2001 y 2003 la
inversión total tuvo tasas de crecimiento negativas, sobre todo
aquella que se origina en el sector privado, mientras que la
inversión pública creció pero representa ya una
proporción muy pequeña del total, por lo que es incapaz
de compensar las deficiencias. La inversión extranjera no ha
satisfecho las necesidades de la acumulación de capital en
México. El papel dinámico del gasto en inversión
deberá asociarse de manera directa con el restablecimiento de la
expansión del mercado interno §
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