México D.F. Domingo 13 de junio de 2004
EUROPATADAS
Rubén Montedónico
Estreno y desilusión lusas
EL SELECCIONADO ANFITRION -dirigido por el técnico brasileño mundialista Luiz Felipe Scolari- no respondió ayer a la esperanza depositada en él por millones de portugueses y terminó siendo derrotado en el estadio Dragón de la ciudad de Porto por 2 a 1. Los griegos -sus rivales- ganaron su primer partido en la historia de esta competencia, apegándose invariablemente al orden técnico-táctico impuesto por su entrenador alemán, Otto Rehhagel: en el fondo, una línea con cuatro defensores; línea media con otros cuatro elementos, de entre los que, alternativamente, al hacerse con el balón uno de ellos se desprendía para juntarse con el único delantero neto. Ambas líneas -formadas como falanges macedónicas, aunque practicadas por un equipo únicamente de atenienses-, aprovecharon en su beneficio los errores defensivos lusitanos y terminaron por acallar las voces del público local.
LOS ORGANIZADORES -UEFA y Portugal- a la hora de elaborar el rol de competencia no dieron el debido valor a Grecia, que consiguió clasificar primera en su grupo, y de antemano descontaban una victoria lusa en la inauguración. Sin embargo, los helénicos probaron que reúnen las características necesarias para avanzar en la competencia, presionando a la defensiva en todo el campo, aprovechando los errores del oponente y teniendo en la banca un técnico solvente que apostó por una opción ganadora con base en atacar en cuña con dos elementos.
CON ESA DISPOSICION en el terreno, a los seis minutos Grecia inauguró el marcador cuando Georgios Karagounis aprovechó que Paulo Ferreira perdió la pelota en su medio terreno y remató con éxito, para desesperación de millones de adeptos portugueses. Para lo anterior colaboró el portero Ricardo, ensayando un pésimo lance defensivo.
LA SELECCION PORTUGUESA, superada la primera parte por la sorpresa del gol tempranero, fue prácticamente inofensiva, habiendo realizado apenas un remate peligroso Jorge Andrade, y un cabezazo, desde el manchón de penal, mal dirigido por Rui Costa.
PARA EL COMPLEMENTO, Scolari substituyó a Rui Costa y Simão por Deco y Cristiano Ronaldo. Cuando aún estaba la escuadra portuguesa adaptándose a la nueva integración, sufrió otro mazazo al concretarse el segundo gol de Grecia: Cristiano Ronaldo -figura joven del Manchester United- cometió falta sobre Seitaridis en el área grande portuguesa y con la ejecución acertada de la pena máxima Bassinas incrementó el marcador al minuto 50.
CON LA HOLGADA VENTAJA, la selección helénica renunció a la iniciativa y le dejó esa carga a Portugal, pero eran visibles las dificultades registradas por los locales para superar la bien escalonada defensa contraria que no cometía errores, ni por las bandas ni por el centro.
PORTUGAL ACENTUO la presión y creó situaciones de peligro mediante una variante ordenada por Scolari al ampliar la línea de ataque con la entrada de Nuno Gomes.
EL PELIGRO RONDO la portería griega pero su defensa consiguió contener los ataques de los segundos 45 minutos. En tiempo de reposición, Portugal consiguió descontar, cuando un centro de Figo fue conectado por Cristiano Ronaldo, que saltó por encima de los defensores y desvió el balón hacia el arco de Nikopolidis, que no pudo atajar el balón.
LA DERROTA OBLIGA a Portugal -plagado de grandes estrellas como Fernando Couto, Nuno Gomes, Luiz Figo, Cristiano Ronaldo y Pauleta- a vencer a Rusia el miércoles para mantener la esperanza de pasar a la próxima fase.
España: la magia del final
EN EL CAMPO de Faro, en Algarves, España debutó ante Rusia y consiguió triunfar por diferencia mínima. Los dirigidos por Iñaki Sáez quedaron a deber a la afición pese a ser una fuerza superior durante los 90 minutos.
SOBRESALTO VER EN el terreno a tanto figurón español de renombre incapaz de concretar la superioridad exhibida sobre los dirigidos por Gueorgui Yártsev, que tuvo las bajas en la defensa central de Onepko e Ignatsevich.
A LOS 59 MINUTOS el canario Juan Carlos Valerón entró a sustituir a Morientes, corrió hacia el área adversaria, recibió, hizo un quiebre y metió el gol: algo de una magia prometida andaba en la cancha.
LA PICARDIA LLEGO cuando Sáez sacó a un anodino Raúl e ingresó Fernando Torres: España tuvo futbol, visión de meta contraria y una cuota de alegría que le faltó gran parte de la contienda. Pero, sólo con chispazos geniales no se avanza.
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