México D.F. Domingo 13 de junio de 2004
Ríspido debate entre su representante
y la de Cuba
Encuentro regional femenil desecha presiones de EU
En el documento final se refrenda compromiso en favor
de la promoción integral de derechos sexuales y reproductivos
ANGELES CRUZ
Ni la acusación de Estados Unidos de que en Cuba
se promueve el turismo sexual y la prostitución, ni su velada amenaza
a los países centroamericanos de retirarles el apoyo económico
"que por millones de dólares" ha donado para sus programas de combate
a la pobreza, lograron incidir en el documento final de la novena Conferencia
Regional de Mujeres de América Latina y el Caribe, el cual refrenda
el compromiso de los países de la región a favor de la promoción
integral de los derechos sexuales y reproductivos de la población
femenina.
Por
aclamación, las representantes de los 48 países participantes
en el cónclave aprobaron el documento denominado Consenso de
México, luego de tres días de discusiones motivadas principalmente
por la intención del gobierno estadunidense de imponer su postura
en contra del aborto y los métodos anticonceptivos.
En la sesión previa a la clausura, la representante
de Estados Unidos, Ellen Sauerbrey, nuevamente expresó el rechazo
de su país a que el concepto de derechos sexuales y reproductivos
pudiera implicar la promoción del aborto, por lo que insistió
en reducir ese precepto al de salud reproductiva.
Sauerbrey enumeró los diversos montos, en millones
de dólares, que, según dijo, han sido donados por el gobierno
de George W. Bush para la realización de programas sociales de diferentes
organismos civiles y naciones.
Ahí mismo afirmó que en Cuba se promueve
el turismo sexual infantil y la prostitución, situaciones, dijo,
que no deberían extenderse a otras naciones.
La respuesta por parte de Cuba no se hizo esperar y su
representante, Yolanda Ferrer, señaló las agresiones terroristas
que ha protagonizado la administración Bush para "doblegar la voluntad
de las mujeres de Cuba y su revolución".
La participación de Ferrer, que fue precedida por
el aplauso de las asistentes, también se refirió al "nuevo
paquete de medidas injerencistas" impuestas por Estados Unidos, las cuales
forman parte del conjunto de acciones del bloqueo que por más de
40 años ha mantenido ese país en contra de Cuba.
Ferrer descalificó la postura externada por Sauerbrey,
cuando "la comunidad internacional acaba de ver lo que han hecho las tropas
de Estados Unidos con las mujeres detenidas en Irak, a las que han mancillado".
La cubana pidió a la presidencia de la conferencia que su presentación
sea incluida en las actas oficiales.
La mitad de la delegación mexicana, contra el
aborto
A la postura de Estados Unidos contra el aborto se sumaron
en las mesas de debate las representaciones de El Salvador, Nicaragua y
la mitad de la delegación mexicana, dijeron integrantes de la agrupación
conservadora Alianza Mundial de la Juventud.
Por la mañana, las integrantes de las organizaciones
civiles de mujeres y feministas de América Latina y el Caribe denunciaron
la pretensión de Estados Unidos de obstaculizar "la construcción
de acuerdos políticos". Dijeron que vía fax y correos electrónicos
los países centroamericanos recibieron el mensaje estadunidense
en el que les recuerda que existen 2 mil 500 millones de dólares
de su Cuenta Desafío del Milenio pendientes de aprobación
para 2005.
Al final esta amenaza sólo "convenció" a
El Salvador y Nicaragua, que reservaron su aprobación de algunos
de los artículos del Consenso de México.
Entre los compromisos asumidos por los 48 países
participantes en la conferencia está el de adoptar medidas, incluidas
leyes y reformas institucionales, para asegurar el pleno desarrollo y adelanto
de las mujeres de todas las edades y garantizarles el acceso a la justicia
y el ejercicio y goce de todos los derechos humanos, civiles, políticos,
económicos, sociales y culturales.
Con el reconocimiento de que desde la cuarta Conferencia
Mundial de la Mujer (Pekín, 1995) se han logrado avances, aún
insuficientes, a favor de ese sector de la población, también
se estableció el compromiso de asegurar la plena inclusión
de la perspectiva de género en los planes nacionales de desarrollo.
Además, superar las condiciones de pobreza en que viven las mujeres
y adoptar políticas que promuevan la creación de empleo y
la equidad con respecto a los hombres.
Por otro lado, se insta a los gobiernos a reconocer el
valor económico del trabajo doméstico y productivo no remunerado,
procurar protección y apoyo para las mujeres que trabajan en el
sector informal y establecer políticas que concilien la vida familiar
y laboral, así como involucrar a los hombres en este proceso.
El apartado relativo a la sexualidad establece el compromiso
de los países de revisar y aplicar la legislación que garantice
el ejercicio responsable de los derechos sexuales y reproductivos, así
como el acceso sin discriminación a los servicios de salud, incluida
la salud sexual y reproductiva.
Otro de los incisos se refiere a la adopción de
medidas para eliminar todas las formas de violencia hacia las mujeres.
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