México D.F. Viernes 11 de junio de 2004
Científicos de la UNAM revelan nuevos
descubrimientos en ese cráter de Yucatán
En Chicxulub, el mayor impacto de un bólido
en el sistema solar
Los hallazgos refuerzan la teoría de que ese
evento provocó la extinción de los dinosaurios
KARINA AVILES ENVIADA
Merida, Yuc., 10 de junio. Los nuevos hallazgos
de las investigaciones encabezadas por científicos de la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM) en el cráter de
Chicxulub revelan que en lo que hoy es territorio nacional ocurrió
el impacto más grande de un meteorito no sólo en la Tierra,
sino en el sistema solar, y refuerzan la hipótesis de que dicha
colisión ocasionó la extinción de los dinosaurios.
Las perforaciones científicas realizadas en esa
estructura geológica enterrada en esta península dan cuenta
también de la identificación de material con componentes
ricos del meteorito (sílice y hierro), así como de microfósiles
de organismos marinos de la era mesozoica, los cuales estaban en las rocas
que formaban la península antes del impacto.
Las investigaciones, en las que participan 40 instituciones
académicas, entre las cuales destacan las universidades de Zaragoza
y Granada, en España, y Cambridge, en Inglaterra, establece además
que el impacto fue oblicuo y el cráter -con diámetro de 180
a 200 kilómetros- es único, de carácter complejo,
asimétrico y con multianillos.
Así, se abre la posibilidad de resolver una de
las grandes incógnitas sobre un impacto que ocasionó la extinción
de más de 65 por ciento de las especies que vivían en el
planeta -entre ellas los dinosaurios- hace 65 millones de años,
periodo que marca la transición del cretácico al terciario.
Estos resultados se darán a conocer en cuatro semanas,
en dos volúmenes especiales de la revista de la Sociedad de Especialistas
en Meteoritos. El director del Instituto de Geofísica de la máxima
casa de estudios de México, Jaime Urrutia Fucugauchi, explicó
que la institución inició un programa de perforación
en el cráter con ocho pozos iniciales, en tres de los cuales -los
UNAM V, VI y VII- se recuperaron rocas del impacto, en tanto que los otros
permitieron conocer más sobre la geometría y estratigrafía
de la estructura.
Posibilidad de un segundo impacto
Para
realizar perforaciones de mayor profundidad y ante los altos costos, el
proyecto cuenta con el apoyo del Programa Internacional de Perforaciones
Científicas en Continentes, el cual invirtió un millón
750 mil dólares en los estudios en el pozo Yaxcopoil I, ubicado
en una hacienda henequenera al sur de Mérida.
Por medio de los trabajos realizados en dicho pozo, considerado
un laboratorio de sitio, se recuperó el material en forma continua
desde 400 metros de profundidad hasta mil 511. A los 800 metros se encontró
la llamada "brecha del impacto" del objeto interestelar, apuntó.
Hasta ahora se tienen 4 mil 500 metros de roca, con una
alta cantidad de material fundido, producto de las altas temperaturas producidas
por la caída, explicó. El funcionario detalló que
los componentes ricos del meteorito son el sílice y el hierro, materiales
poco comunes en las rocas terrestres.
Por otro lado, informó que algunos estudios de
los grupos académicos participantes sugieren la posibilidad de un
segundo impacto -además del ocurrido en el Chicxulub-, que estaría
relacionado con la extinción de los organismos marinos.
En esta hipótesis habría una diferencia
temporal del orden de 250 mil a 300 mil años entre el impacto y
la extinción de los organismos marinos. Sin embargo, consideró,
es difícil apoyar esta propuesta porque debe existir una relación
más directa entre la colisión y la desaparición de
especies.
Existen tres cráteres en todo el orbe de estos
tamaños -uno en Africa del sur, otro en Canadá y el de México-
y es difícil que haya habido otro impacto cercano en tiempo al del
Chicxulub, añadió.
De los tres cráteres, destacó, el mejor
conservado es el de esta península, por lo cual es un registro geológico
único, por medio del cual se ha podido conocer con estas investigaciones
datos sobre su estructura asimétrica, su evolución y sus
implicaciones en la diversificación de especies y en la correlación
de eventos de extinción.
Recordó que el Chicxulub es el resultado del choque
en la tierra de un bólido de 10 a 14 kilómetros de diámetro
a una velocidad de unos 30 kilómetros por segundo. Todavía
se desconoce la profundidad de la parte central del agujero, pero podría
ser de cuatro a cinco kilómetros.
Los resultados de estos estudios refuerzan la teoría
de que el impacto ocasionó la desaparición de los dinosaurios.
En este sentido, hay varias líneas de investigación, una
de las cuales establece que la capa de polvo que dejó interrumpió
la fotosíntesis, lo que desencadenó la extinción de
organismos pequeños y mayores.
Otra hipótesis señala que se inyectó
gran cantidad de bióxido de azufre y de carbono a la atmósfera,
lo cual provocó un cambio climático y efectos de lluvia ácida,
que ocasionaron un deterioro ambiental, añadió.
Por último, dio a conocer que hay dos programas
a futuro para la excavación y la exploración profunda en
la zona marina del cráter, esto es, entre Sisal y Puerto Progreso.
Dicho proyecto se iniciará en 2005 o 2006 con el respaldo del Programa
Integrado de Perforación Oceánica, basado en financiamiento
japonés.
Dicha investigación, que es uno de los proyectos
universitarios de mayor envergadura, ha recibido recursos adicionales de
la propia universidad, del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
y del gobierno de Yucatán.
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